Morante y el quejío
Por Jorge Arturo
Diaz Reyes, 21 de mayo del
2014 - 21:25
Un ¡Ay! profundo y
prolongado, dramático y lejano que resuena
como un grito de dolor, de auténtica pena interior. Es el quejío, esa voz flamenca
sin par. Ninguna otra podría expresar mejor el sentimiento morantista hoy a la
salida de Las Ventas.
Cuarta
corrida consecutiva del genio de la Puebla en esta plaza, con expectativa
máxima, lleno total y reventa inmisericorde. Cuarta decepción consecutiva. Ocho
toros a “contraestilo”, ocho. Ocho lidias mortinatas, ocho. Ocho ilusiones a la
basura, ocho. Junto con los euros que costaron a los que vinieron de toda
España; desplazamientos, entradas, hospedajes, bebidas, alimentos, lucro
cesante, etc… y ni hablemos de los peregrinos transcontinentales.
A
donde están su mentón empotrado, su rictus litúrgico, sus manos desmayadas, su abandono,
su tronío, su duende, su poder lidiador de torero histórico ¿A donde? Se
preguntan cariacontecidos y menos ricos que a la entrada sus feligreses.
¡Oh guitarra!
Corazón malherido
por cinco espadas...
Corazón malherido
por cinco espadas...
Lloraba García Lorca en sus Romances del cante jondo. ¡Ay
Federico García! Llama la guardia civil, esta tarde no fueron cinco las espadas
fueron dieciocho, contando pinchazos y descabello. Pero qué importa corazón
malherido ¿Viste la trinchera? ¿Sentiste el pellizco?
Crónica de
la corrida de hoy en la sección América.
No hay comentarios:
Publicar un comentario