Avenida de
los toreros
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 30 de mayo del 2014 - 21:25
Me gusta ese
nombre. Todos los días llego por allí a la corrida. Pero no tanto por afición,
es mi ruta más corta. Nace arriba, en Francisco Silvela y cae templadamente
hacia la plaza, circunvalándola sobre su parte posterior con la gracilidad de
una larga cambiada, para desembocar en la Roberto Domingo, y morir, junto con
la Brasilia, en la calle Alcalá. Esta sí, auténticamente, históricamente, avenida
de los toreros, aunque no sea nombrada tal.
Porque sobre
ella, durante doscientos sesenta y cinco años, que son toda la historia del
toreo moderno, han estado y sido su escenario las tres plazas más importantes
de Madrid. La de la Puerta de Alcalá, donde Simón Bolívar, aficionado, que
había venido a casarse, vio morir a Pepehillo en los pitones de Barbudo.
La de la Fuente
del Berro, arena fatal del Espartero, Granero y Curro Puya, entre otros
grandes. Y la de Las Ventas, donde la fiesta sigue debatiéndose, como siempre
entre lo heroico y lo fatuo, entre lo bello y lo feo, entre lo cierto y lo
falso. Entre las corridas duras, como la de hoy o la duodécima, y las blandas
de las figuras... con sus llenos.
Crónica de la corrida de hoy en la sección América.
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