18 de mayo del 2014 - 21:25
Afición por metro cuadrado
La plaza de Las Ventas, por San Isidro, se convierte cada
tarde en la mayor concentración de aficionados por metro cuadrado en el mundo.
De aficionados, digo. No de gente que le gusta ir a toros, sino de aquellos a
los que definía "Guerrita" con eso de que es mucho más difícil hacer
un buen aficionado que una figura del toreo.
Para quienes venimos de América es un gusto constatarlo
(y a veces dudarlo), según las reacciones del público durante las corridas.
Pero más aún, paseando en los preámbulos de cada una, por la esplanada, los
alrededores de la puerta grande, o de la puerta de arrastre, observando,
escuchando, capturando fragmentos de
conversaciones, frases fugaces, palabras aisladas, con ese acento zeteado,
que nos suena gracioso y a la vez propio
de la fiesta, de su denominación de origen.
Pero por encima del acento, o mejor dicho al fondo de él,
un concepto del toreo, de sus valores, de su signíficado, de su ritualidad,
mucho más hondo y arraigado en esa reservorío subconsciente que deposita la
historia en las personas. Entonces pnsamos que la densidad (por metro cuadrado)
aquí, más que poblacional es cultural.
Crónica de la corrida de hoy en www.cronicatoro.com
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