domingo, 25 de diciembre de 2022

ESTE RUEDO NUESTRO - VIÑETA 486

 VIÑETA 486

Este ruedo nuestro
Jorge Arturo Díaz Reyes 26 XII 2022 
Cañaveralejo. Foto: Camilo Díaz

En Cali, donde siempre hubo toros, bueno, casi siempre. Documentados, al menos desde 1560, veinticuatro años después de la fundación por el castellano Sebastián de Belalcázar.
 
Han existido muchos ruedos. El último (¿será?), este de Cañaveralejo en el que hace ya 65 años nació la feria con cinco corridas de toros. Por cierto, la segunda, de Mondoñedo notable, José Antonio Romero y Chamaco a hombros dieron paso a una celebración espontánea y continuada que asaltó el casco urbano, propagándose a todos los barrios y sus alrededores. Juanchito, del puente para allá, incluido.
 
Con tal fuerza prendió el jolgorio, que, al año siguiente, las autoridades decidieron tomar las riendas, nombrar junta organizadora, hacer un programa y montar apertura oficial con alcalde y todo (hasta hoy). Duró aquella cuarenta días y cuarenta noches; del 6 de diciembre de 1958 al 15 de enero de 1959. Qué tiempos aquellos.
 
Transcurrió como todas después, enraizada en la plaza, que por entonces quedaba lejos. De allí partió la cabalgata inaugural, multitudinaria (tradición abolida) que entrando en la ciudad la cruzaba hasta El obelisco, junto al río. Esa intervención político-administrativa municipal obligó a los historiadores obedientes a contar la segunda feria como primera y descontar la taurina original. Por ahí empezó la cosa.
 
Sin embargo, durante más de medio siglo, las corridas continuaron siendo causa y efecto. Luego, andando tiempo y alcaldes, lo derivado, lo accesorio, la guachafita extrataurina terminó tornándose fundamental para la municipalidad, y el esencial culto del toro, fue progresivamente relegándose, desconociéndose, anatematizándose y prohibiéndose… todavía no, porque la ley aún lo impide. Pero siguen trabajando en ello con ahínco. Están a un paso.
 
La plaza, mejor dicho, lo que han dejado de ella (hace poco vendieron casi la mitad de sus terrenos), fue causa común, propiedad de todos, madre de la feria y su epicentro. Levantada en las afueras, por extensión está hoy en el corazón de Cali. No solo topográficamente, sino histórica, cultural y sentimentalmente.
 
En ella, por generaciones, acumulando recuerdos hemos despedido los años viejos y recibido los nuevos, honrando el rito ancestral, marcando el tiempo con sus temporadas y viendo bullir la fiesta entre la fatalidad. Por eso y por su intrínseca belleza arquitectónica es monumento cultural, querido, referencial y parte de nuestro paisaje.
 
Cosas estas despreciadas por los políticos reinantes en este milenio. Muchos de ellos advenedizos, esnobistas, no enterados que deliran con recrear el mundo a su imagen y semejanza, y… lo más patético…, lo están logrando.
 

lunes, 19 de diciembre de 2022

DE CALI A MANIZALES - VIÑETA 485

 
VIÑETA 485
De Cali a Manizales
Jorge Arturo Díaz Reyes, 19 XII 2022 
Daniel Jiménez, aficionado, Quepd.
Aunque Cali tuvo fiesta de toros y afición desde cuatro siglos antes, hoy, la Monumental de Manizales y su feria tienen antigüedad sobre Cañaveralejo y la suya.
 
No mucha. Siete y tres años respectivamente, que más que distanciarles las hermanan. Además de la edad, la cercanía y la tradición que engarza sus temporadas; una cierra el año viejo, la otra inicia el año nuevo. También el contraste de sus climas, talantes y estilos en vez de separar atraen y aúnan la compartida feligresía.
 
Una procesión abigarrada de toreristas, toristas, turistas, clasisistas, esnobistas, todistas, periodistas… va y viene de diciembre a enero, del valle a la montaña, del calor al frío, y de un modo a otro de asumir la devoción taurina.
 
Pero algo más hondo las une hoy. Su condición de sobrevivientes acosadas. De ser las dos últimas grandes ferias del país. Bogotá, Medellín, Cartagena, Bucaramanga, Popayán, Ibagué, Armenia… fueron cayendo una por una bajo la saña de políticos regionales prohibicionistas. De izquierda y derecha, la verdad, que no se inculpen oportunistamente los prosélitos de bando a bando.
 
Los deja en evidencia una vez más el reciente triunfo en el senado con 50 votos a 4 del proyecto de ley aniquilador. Celebrado sin reato en las redes por la parlamentaria ponente, agradeciendo uno a uno la complicidad de los variopintos partidos y grupos: Verdes, Liberales, Conservadores, Radicales, Comunes y otras denominaciones: “U”, “ASI”, “AICO”… etc.Todos a una.
 
Por nuestro lado, los trashumantes viejos, cada vez menos, persistimos en el sube y baja. Recordándonos las grandes tardes. Añorando lo que no volverá. Lamentando la libertad arrebatada, la dignidad infamada, la felicidad lejana. Extrañando los amigos muertos. Refunfuñando, quizá con más razón que nunca, el “todo tiempo pasado fue mejor”.
 
Y ahora, para mayor pena, entre los muchos rostros extraviados de aquel pasado mejor, uno más nos hará falta. El de Daniel Jiménez. Abonado perenne de barrera en ambas plazas, con su Libia del alma. Hombre cabal, aficionado reverente, peñista cumplido, tertuliano singular…, viejo amigo de mi padre y mío. Cruelmente perdido por los vericuetos del tortuoso sistema nacional de urgencias (¡señores congresistas!), casi a punto de iniciar esta que de imponerse la intolerancia será quizá la peregrinación postrera.
 

lunes, 12 de diciembre de 2022

CONTANDO EPOPEYAS - VIÑETA 484

 
VIÑETA 484
 
Contando epopeyas
Jorge Arturo Díaz Reyes, 12 XII 2022 
O llevarás luto por mí, fragmento, página 381

Murió Dominique Lapierre y es difícil evocarlo como individuo y no como media pareja. La literaria que formó con Larry Collins. Bueno, a decir verdad, ni como lo uno ni como lo otro le recordó suficientemente la prensa taurina esta semana.
 
Que habría debido hacerlo, pues una de sus obras: “O llevarás luto por mí” (1968), quiérase que no, figura entre las más leídas, sino la más leída de la historia del toreo, en cualquier idioma.
 
Promediaban los sesenta. Esa década tremenda en todo aspecto, y en los ruedos dorada por Antonio Ordóñez, Diego Puerta, El Viti, Paco Camino, Curro Romero…, y desbordada por el turbión pasional que fue Manuel Benítez Pérez “El Cordobés”. Torero de masas y fenómeno taquillero, como no hubo antes ni después.
 
No el mejor, ni el más artista, ni el más poderoso, ni definitivamente el más canónico (al contrario), pero sí el que con su personalidad impactó de lleno en el espíritu de la iconoclasta generación emergente de la época. Lo encarnaba.
 
Los dos jóvenes, francés y norteamericano, reporteros de guerra, que se habían conocido como soldados de paz. Pese a ser competidores profesionales entre sí (Paris Match y Newsweek respectivamente), habían saltado juntos al estrellato con su libro ¿Arde París? El cual de una vendió más de 50 millones de copias, y luego dió pábulo a la millonaria superproducción hollywoodense del mismo título. Nuevos ricos entonces, fueron de vacaciones a España ese año 1964, recordaba el uno a la muerte del otro en el 2005:
 
“Apenas llegados, recibimos un telegrama de la gran revista internacional The Readers’ Digest, en el que nos pedía que escribiésemos un artículo sobre el más importante torero español de aquella época, El Cordobés. Ni Larry ni yo teníamos la menor idea sobre la tauromaquia, pero nos entusiasmaba el proyecto sólo con pensar en transformarnos en dos pequeños Hemingway. Y de hecho íbamos a poder contar toda la historia de la España moderna a través de este hijo miserable de un combatiente republicano muerto de hambre en un campo de concentración franquista. Este segundo relato, titulado...O llevarás luto por mí nos colocó definitivamente en la ruta de las grandes epopeyas históricas mundiales…”
 
Sí, tras cuatro años de investigación y redacción, ese inicio en la veta dé las grandes epopeyas mundiales fue su segundo estallido editorial, al que siguieron: Oh Jerusalén, Esta noche la libertad, El Quinto Jinete, ¿Arde Nueva York?…
 
Best sellers, que como pasó con su torero, si bien no los consagran paradigmas de arte, sí los dejan a la posteridad como estruendos globales de la narrativa realista. Esa que han dado en llamar “periodismo literario”. Tonto rótulo. Todo periodismo escrito bueno o malo es literatura buena o mala. Uno de sus géneros.
 
Los aficionados sesenteros, cada vez menos, no podemos olvidar aquel desatado “Cordobés” que vivimos jóvenes, afianzado en nuestra memoria por ese retrato inclemente, sobre la escena de su trágica España, que Lapierre y Collins mostraron al mundo tan crudamente.
 
Tampoco los taurinos de hoy, sesgos aparte, pueden ignorar ese testimonio, ni lo que aportó a la comprensión y propagación del perseguido culto. Luto por ti Dominique.

lunes, 5 de diciembre de 2022

EL ASUNTO - VIÑETA 483

 
VIÑETA 483
 
El asunto
Jorge Arturo Díaz Reyes, 5 XII 2022 
Fotograma: Plaza Toros TV
El toreo es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los toreros. De haber sido aficionado, quizá Clemenceau, el ultra ministro a quien Francia debe la victoria en la primera guerra mundial y el tratado de paz que la precipitó en la segunda, se habría hoy parafraseado a sí mismo: “La guerra es un asunto demasiado serio para dejarla en manos de los militares”.
 
Seguramente lo habría hecho, contemplando cómo tras décadas, en que las figuras, han extendido su mando más allá de los ruedos; a las taquillas, a las empresas, a las ganaderías, a los palcos presidenciales, a las oficinas gubernamentales de asuntos taurinos, a la publicidad, a la crítica, a los medios…, y por ellos a la afición y la opinión pública. Dictando sus pareceres, imponiendo sus preferencias, normatizando sus caprichos, capoteando los valores. ¿Cómo podría haber excluido de responsabilidad a quienes tanto han influido en el rumbo de la Fiesta?
 
Encarecimiento, facilismo, frivolización, privilegio de lo espectacular sobre lo ritual, remedos del “show business”, deslegitimación, descrédito, contracción, e impopularidad…, en un proceso debilitador que amenaza liquidación.
 
Cierran Iñaquito, La Santamaría, El Bibio, La México… Encogen Las Ventas. Arrecia el prohibicionismo en los parlamentos. La empresa de Madrid advierte: perdemos plata montando carteles a millón de euros. El Juli, paradigma de figuras, le dice con su rostro marcado por viejas cornadas, a la élite de la afición mundial (Asociación el toro de Madrid) en la cara: yo no creo en el torismo, escojo lo que me permite desarrollar mi toreo... Y el coro estalla en las redes: Sí, sí… el “espectáculo” ante todo. Es lo qué hay que salvar.
 
Y el animal sagrado, al que se le deben todas las ventajas. Y el culto a su racial trapío y fiereza imprevisible. Y el hondo significado sacrificial conjunto de la lidia, como voto de honor y comunión con la naturaleza. Y la devoción (emoción) que su verdad infunde. Y la sangre de los mártires (toreros). Y todas esas cosas que han hecho de la tauromaquia parte abismal de la cultura, que la han justificado y engrandecido siempre, y que aún la sostienen… ¿Qué?  ¿No son un asunto demasiado serio…, el auténtico asunto?

lunes, 28 de noviembre de 2022

ZOOFILIA - VIÑETA 482

 
VIÑETA 482
 
Zoofilia
Jorge Arturo Díaz Reyes, XI 28 2022 
Fotograma: Plaza Toros TV
Una cosa es amar a los animales y otra copular con ellos. Misma palabra, dos acepciones. Igual que otras muchas.

No hay que confundir. La costumbre y sus derivados; razón, cultura, moral… obligan a diferenciar según contexto el significado de las palabras polisémicas y los comportamientos que traducen. El lenguaje es un orden que la especie impone a todas las cosas y seres.

Somos animales, claro, pero razonamos, los únicos, luego aventajamos. Así ha sido y así es. Clasificamos y dictamos el verso y el anverso, el uso y el abuso, el sí y el no. Eso ha hecho de nosotros los máximos competidores biológicos. Ya sumamos 8.000 millones y aumentando. Necesitamos comer mucho, consumir mucho, depredar mucho para seguir proliferando.

Estas duras obviedades quedan ocultas en el animalismo retórico. Que pretende disfrazar la fatalidad ecológica, con poses trans-especie, que van de la zoomanía, hasta la zoocracia. Del mascotismo al exterminio del toro de lidia, negando el “espectáculo bárbaro” que lo sustenta. Del miedo al delirio de una vida sin muerte. Ofreciendo un utópico reino del “derecho animal”, definido, aplicado y restringido unilateralmente que ya de suyo es un contrasentido. Un reino sin corridas para que sigan la hecatombe y el festín sin arrepentimientos.

Prohibir solo esa “crueldad”. En lugar de toda la que ha signado desde siempre la relación del hombre con la naturaleza y consigo mismo. Esa inocultable crueldad que nos ha cargado de culpas y deudas que ya estamos pagando aterrorizados. Esa que ha escrito y sigue escribiendo la historia humana.

Es patético ver como se invoca la piedad y la civilización, para condenar el culto ancestral a un animal, cuidado y mimado más que ningúno, hasta una edad que a sus congéneres no se les permite llegar. El cual, sacralizado, se bate con un oficiante ceremonial, en privilegiadas condiciones de igualdad, identidad y respeto.

¿Cuál mayor muestra de amor y reverencia (zoofilia, primera acepción) del hombre a un animal que ofrecerle su propia vida en homenaje y expiación del abuso histórico?

¿Por qué resulta en particular este rito tan incomprensible y ofensivo a zoomanos, zoopatas y zoocratas? Quizas porque los deja en evidencia.

lunes, 21 de noviembre de 2022

MONÓLOGO DE LA HAMBURGUESA - VIÑETA 481

 VIÑETA 481

 Monólogo de la hamburguesa
 Jorge Arturo Díaz Reyes, XI 21 2022 
Foto: Cardamomo news

Sin pretensión. Soy de las que llaman sencillas o económicas y, aun así, la más solicitada del mundo. Mis elementos, los esenciales nada más. Dos hemisferios de pan, una hoja de lechuga, una rodaja de tomate y el medallón de carne pasado por la hoguera.

 

Sin embargo, cuanta complejidad tras mi aparente simpleza. Cuanta historia, trabajos, azares y sobre todo cuanta vida sacrificada para que mi existencia soporte otras existencias.

 

El buen trigo reproducido en campos de concentración, segado en lo mejor de su juventud, desgranado, triturado y llevado a los hornos; luego de ser amasado con la leche que las vacas prisioneras no pudieron dar a sus crías. Con los huevos que nunca fueron pollitos, cosechados en galpones industriales. Y la tierna lechuga inmisericordemente arrancada de su lecho y destrozada. Y el inocente tomate amputado de su frágil tallo y tasajeado. 

 

Y el novillo y el cerdo que no pudieron ser adultos porque sin oportunidad, masivamente fueron cebados, asesinados, desangrados, destripados, desmembrados, molidos y sus restos congelados antes de llegar a la parrilla y a la mesa. Cuántas vidas debieron terminar para ser lo que soy, alimento humano que al final, cerrando el ciclo, abonará nueva vida. ¿No es cruel? Me avergüenzo.

 

¿No hay derechos? ¿No hay proyectos de ley que prohíban esta barbarie? ¿No hay defensores de la vida (vegetal y animal) que impidan esta masacre pública? ¿Por qué los políticos ahora persiguen solo las corridas donde unos muy pocos toros tienen el privilegio de batirse digna y abiertamente? ¿Y todo lo demás, qué?

 

¿Hasta cuándo, tigres matando cervatillos, águilas desgarrando ratoncitos, peces grandes comiéndose a los chicos? ¿Libidinosos mutilando flores, para cortejar? ¿Abejas robando néctar? ¿Hasta cuándo este horror? ¡Alto al sadismo!

 

Que proscriban también el control de plagas, el aseo y la sanidad humana, en favor de los macro y microrganismos. Y en justicia, la biología completa, penalizando toda muerte y toda vida que de ella derive. De lo contrario, cualquier parcialidad será patraña.

lunes, 14 de noviembre de 2022

UNA CARTA FABULOSA - VIÑETA 480

 
VIÑETA 480
 
Una carta fabulosa
Jorge Arturo Díaz Reyes, XI 14 2022 
Foto: Victorino Martín
Hola Jorge: Hace frío por estos días acá en Extremadura, pero nada, vengo de generaciones a la intemperie. Decidí escribirte abiertamente (puedes publicarlo), con perdón de tantos de los tuyos que inconsultos ahora lo hacen por nosotros. Apersonándose sin pedir permiso, administrando a capricho nuestros “derechos”, asignados por ellos mismos, entre los cuales, claro, no va la opinión de los “representados”. Creo que a ustedes les pasa igual con los políticos allá, ¿no?
 
Bueno, ya sabes, vivo retirado desde hace más de ocho meses en mi finca. El placentero arte de la procreación, los paseos por el campo y el oír lo que suena por ahí ocupa mis días. Divago, rumio, disfruto… He subido de peso, entenderás. Los ímpetus, las cicatrices y los recuerdos de mi bravía juventud se van atenuando.
 
Aunque no, nunca los de aquel domingo 6 de marzo pasado en Olivenza. ¡Uf! Qué fiesta. Cómo la viví. Pleno, con toda la alegría y el vigor de mis 578 musculosos kilos (¡Ay! volver a tenerlos). Lástima que te la perdieras. Quizá la conozcas, te copio un fragmento de la nota que publicó Sixto Naranjo en “El Albero” ese día. Modestia aparte, me pareció justa (nada de sobre):
 
La lidia total llegó con el precioso quinto. Tomó una vara cobrada a ley viniéndose de largo y empujando abajo. Y después, el delirio en un sobresaliente tercio de banderillas protagonizado por el propio Ferrera en compañía de Fernando Sánchez y José Chacón. La plaza en pie de nuevo. Las hechuras no podían fallar y no fallaron. Embistió con humillada y enclasada nobleza por el pitón izquierdo y por ahí lo reventó Ferrera. Tandas cada cual más profundas y con más número de muletazos, con el victorino respondiendo a la apuesta del torero. Por el derecho, sin ayuda, apuntó menos humillación, pero se daba con igual temple y ritmo. Por ello volvió a la zurda el torero para dejar una serie rotunda. Otra vez a la zocata sin ayuda y un cambio de mano que resultó eterno. La llama del indulto ya había prendido para entonces en los tendidos. Se intuía y presentía. No se hizo de rogar mucho el palco, que asomó el pañuelo naranja entre el delirio de los tendidos…
 
Ahí cambió mi destino. Ahora en mi ganada molicie tengo tiempo hasta para vuestra literatura. Y a propósito, supe que le dieron el Premio Cervantes al poeta Venezolano Rafael Cadenas. Casi póstumo, tiene 92 años. Como siempre sacudieron su biografía, exhibieron sus fotos y lo ametrallaron a preguntas. Los periodistas. Él, qué como yo ha sido tan discreto, callado y rebelde, a una contestó: La vida suele llamarse hipócritamente sagrada por los que atentan contra ella”.
 
No sé por que imaginé que hablaba entre otros de nuestros “protectores” de oficio. Zoófagos, glotones de carnicerías, que por ley amenazan borrarnos de la faz de la tierra, prohibiendo las corridas (nuestro sustento). Dizque para impedir que sigamos defendiendo la vida en buena lid, ritualmente, públicamente.
 
Porque según alegan lo decente, lo verdaderamente moral, “nuestro derecho” y fin, es el asesinato indefenso, con descuartizamiento, masivo, cotidiano, anónimo, infame, oculto. Como el de todos los millones y millones de mansos (bienaventurados los mansos) que no tienen el privilegio de salir al ruedo. Tendría otras muchas cosas tan, tan humanas cómo estas que comentarte. Pero disculpa, debo cortar. Irresistibles mugidos me reclaman.
 
PD: Siento que mis parientes anunciados para la feria de tu pueblo a fin de año, ya no vayan. Cosas de salubridad, dicen.
 
Hasta la próxima. Saludos de tu amigo cornudo, aun vivo y feliz.
 
Madero

Nº 52. Semental certificado

Las Tiesas - España

lunes, 7 de noviembre de 2022

DESDE FRANCIA - VIÑETA 479

 
VIÑETA 479
 
Desde Francia
Jorge Arturo Díaz Reyes, XI 7 2022
Foto: Avignon, istockphoto.com
Se puede prohibir todo; las corridas, el arte, la filosofía, la música, la literatura, los libros, el amor, el sexo, la justicia, la maternidad, la alegría, la civilización…
 
Es posible, claro, y se ha logrado por épocas y sitios. Penalizar la fiesta, la solidaridad, la esperanza, la imaginación, la belleza. Desvirtuar la virtud, culpar la inocencia, violentar la razón. Gobernar el pensamiento, el lenguaje, la memoria, la tradición, la historia, la moral. Condenar la curiosidad, la ciencia, la crítica. Negar la realidad, la libertad, el sentimiento, la dignidad.
 
Amarrar la cultura, la elección, la costumbre. Obligar a vivir sin apego, sin felicidad, sin humanidad, uno tras otro, trabajo tras trabajo, bocado tras bocado, como los insectos. Vegetar en presente, ordenados, ausentes.
 
Sí, es posible vivir así, animalizados, porque todo lo que nos hace humanos es naturalmente prescindible. Lo que no es posible, por más que se pretenda, es aceptarlo sin dejar de ser lo que somos.
 
No sé para qué sirve la poesía, pero sí sé que es imprescindible” Alegaba Jean Cocteu, aficionado a toros y toreros, además de poeta, dramaturgo, escritor, crítico de arte, ensayista, pintor, director de cine y diseñador.
 
Anteayer, el Concejo municipal de Mont de Marsan votó una moción a favor de la diversidad cultural y la libertad, en protesta contra el antitaurino proyecto de ley Caron que cursa en la Asamblea Nacional de Francia, por contener una “ideología antihumanista, discriminatoria, borradora de culturas populares y de instituciones”.
 
Y el alcalde Charles Dayot, se sumó declarando: “Pedimos al Gobierno que proteja las muchas culturas y sectores amenazados por el antiespecismo radical cuyo portavoz en la Asamblea Nacional es el diputado Caron que, después de las corridas de toros, desea prohibir cualquier forma de interacción con el animal, como la cría, la caza, la pesca, el consumo de carne, la equitación, las mascotas en la ciudad…
 
No solo en América el autoritarismo animalista cuece sus habas.

lunes, 31 de octubre de 2022

LA MUERTE INDIGNA - VIÑETA 478

 
VIÑETA 478
 
La muerte indigna
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 31 2022 
Fotograma: Plaza Toros TV
 
—¡Voto por el General López para que los diputados no sean asesinados! —dicen que clamó el senador Mariano Ospina Rodríguez hace 183 años en el congreso colombiano.
 
El general José Hilario López, conmilitón de Bolívar, veterano además de la guerra de independencia, de varias guerras civiles, entre las muchas que han jalonado nuestra historia, fue así electo presidente de la república por un cuatrienio, durante el cual abolió la esclavitud, expulsó los jesuitas y modernizó el estado, hasta donde pudo. Sin prohibir el toreo.
 
El poeta José Eusebio Caro, su indeclinable opositor, copartidario de Rodríguez, dedicó a esa elección estos duros versos…
 
La esposa del romano Colatino,
a verse impura prefirió morir,
los hombres del congreso granadino
besaron la mano al asesino,
a trueque de vivir.
 
Tras lo cual debió exiliarse a Estados Unidos, de donde solo pudo volver para morir joven (37) en Santa Marta, cerca de donde había fallecido 23 años antes El Libertador.
 
Bueno. ¿Y qué tiene qué ver todo esto con los toros? Pues mucho, creo. Sobre todo, ahora, cuando el parlamento sucesor de aquel de 1849 se dispone a votar (¿mañana?) una sustitutiva del proyecto prohibicionista, la cual, a cambio de seguir con un espectáculo adulterado, “racionalizaría”, “morigeraría” la esencia del rito, mediante la muerte indigna del toro.
 
Misma que día tras día, sufren millones de animales en el mundo. El asesinato aleve, sórdido, a mansalva y sobreseguro, con ocultamiento, en los corrales o en el matadero, luego de haberlo burlado, y de paso, anticipar la extinción de la especie a corto plazo.
 
Apostasía que reniega del fundamento y justificación moral del rito (la corrida). El toro muere cara a cara, vida por vida, públicamente; con reverencia, liturgia, identidad y oportunidad de defensa. En alegoría religiosa de la competencia biológica original, que mantuvimos, cuando éramos decentes, dignos y ecológicos (no ecologistas), con la naturaleza toda.
 
Si los toros tuviesen uso de razón, libre albedrío y voz y voto, como presumen delirantemente los auto concesionarios del “derecho animal”, creo que hoy podrían mugir a coro, por todas las dehesas de la tierra, las rimas de Caro, increpando a los “taurinos” fementidos que quieren besar la mano de quienes pretenden asesinarles vilmente a trueque de vivir (su negocio).
 
Conmigo que no cuenten estos “morigeradores”. Además, creo que la oportunista y envalentonada mayoría parlamentaria tampoco les arrojará esas treinta monedas... Mejor así.
 

lunes, 24 de octubre de 2022

EL EXTRAVÍO ANIMALISTA - VIÑETA 477

 
VIÑETA 477
 
El extravío animalista
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 24 2022
Serpientes mascotas. Foto: Mis animales
La enajenada pasión de Calígula (paradigma de tiranos y animalistas), por su caballo cónsul, “Incitatus”, parece vista desde hoy, apenas una pantomima profética de nuestra posmoderna época.
 
Así lo esbozan dos artículos, de distante origen, aparentemente inconexos, pero no. Publicados juntos en El País de España el viernes pasado: Uno desde Vigo, “Mascotas S.A.: una industria ‘milmillonaria’ que no para de crecer”, por la economista María Fernández. Y el segundo desde México, “Por una crítica de la izquierda desde la izquierda”, del escritor Jorge Volpi.
 
Proyectan a doble pantalla el panorama de una sociedad caligulina, tóxica, disparatada, que desfoga entre las dos formas modernas del autoritarismo eterno: fascismo (derecha), estalinismo (izquierda), su también estrábica relación con los animales, mediante la no mencionada masacre y esclavitud por un lado, y a contramano la morbosa transferencia de representaciones, valores y necesidades a ellos, por el otro.
 
Señala Fernández: que solo en Europa occidental, este año, el gasto en comida y accesorios para seres en sometimiento (mascotas), subirá de 36.500 millones de euros. Jacuzzis, alojamientos en resorts, escoltas y paseos en coche de alta gama son algunos de los servicios de los que disfrutan las mascotas de China, informaba por su lado el ABC, en una reseña de glamour: “La vida de lujo llega ahora a los perros asiáticos”. Y a los de muchos otros países, claro.
 
Todo esto cuando crecen los mataderos, el envenenamiento del hábitat, la tercera parte de la humanidad padece hambre y por la misma razón, la mortalidad infantil es igualmente monstruosa.
 
En 2021 España cruzó la barrera. —En sus hogares hay más perros que hijos— los han reemplazado, informa con fruición Adolfo Santa-Olalla presidente de la Asociación Española de la Industria de animales de compañía (Aedpac).
 
Mientras tanto. “Ante la creciente amenaza fascista que se expande como una mancha de agua desde Italia y Alemania hacia el resto de Europa, diversos partidos y grupos de izquierda —entre los que se cuentan desde republicanos y anticlericales hasta socialistas, comunistas y anarquistas— conforman grandes coaliciones para contener al enemigo. No sin dificultad, estos Frentes Populares aumentan su influencia y llegan al poder en Francia y España, aunque, una vez allí, se ven desgarrados por las pugnas entre sus facciones” (Volpi).
 
En medio de tal esquizofrenia política, el supuesto “derecho animal” desborda los derechos humanos refundiendo supremacismos antagónicos. Para citar el caso bandera, en la criminalización de un culto naturalista como el toreo. La izquierda de moda, que ha hecho propia esa cruzada, encuentra para ella complicidad en amplios sectores de la derecha.
 
Cuatro semanas atrás, la cámara de representantes colombiana, de mayoría derechista, en comunión suprapartidaria votó 101 a 23 la ley de prohibición a la tauromaquia, y se dispone a rematar la faena en el senado con igual desproporción.
 
No, no es inexplicable, una y otra empresa ideológica, maridadas por la demanda esnob, de los tiempos que corren, cortejando las respectivas clientelas y aplastando a los menos (electoralmente) con su híbrida y circunstancial mayoría... Como en los linchamientos. La democracia es un abuso de la estadística, ironizaba Borges.

lunes, 17 de octubre de 2022

NO FUE UNA SEMANA CUALQUIERA - VIÑETA 476

 
VIÑETA 476
 
No fue una semana cualquiera
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 17 2022
 
Hispanidad. Talavante y Joselito (apoderado). Foto: Las Ventas
No, no fue una más esta semana que cerró ayer a rejones las ferias de Jaén y Zaragoza, y de paso toda la temporada europea 2022, (salvo dos o tres festejos sueltos).
 
Había despertado el lunes 10 sobresaltada por los ecos iracundos de Morante, tras su pitada presentación con la corrida del Puerto en Las Ventas. --¡Mentiroso y chufla!-- increpó en el callejón a Miguel Abellán, director de asuntos taurinos de la Comunidad de Madrid, por no haber bajado “tanto así” el nivel del ruedo.
 
El martes en Colombia, una comisión “accidental” de parlamentarios, a toro pasado, continuaba por Bogotá llevando su pantomima “socializadora” de sordas “audiencias” que incluyó Manizales y Cali, con su proyecto de ley prohibicionista, el cual todos los partidos, unos más otros. menos, habían aprobado ya, de antemano, por abrumadora mayoría (101 a 23) en la plenaria de la cámara. Burla.
 
Mientras por contra, en Portugal, el presidente vetaba una ley que impediría a los menores de edad asistir a corridas en su país. Acá se estrenaba con éxito la película “Pepe Cáceres”, dirigida y protagonizada por su hijo Sebastián, y, cuarenta vacas de Guadalix eran exportadas a la ganadería mexicana de Golondrinas.
 
El miércoles 12, Hispanidad, con cartel de “No hay billetes” colgado desde semanas atrás en Las Ventas, Roca Rey abre la puerta grande junto a un sorprendente Francisco de Manuel, en tanto que a Talavante se le va un toro vivo y un titular grita: “Roca Rey: amo y señor de la temporada”. El becerrista Marco Pérez corta un rabo en el festival de La Maestranza, y José Juan Fraile, ganadero de El Puerto de San Lorenzo, glosa la protesta de Morante, diciendo que a él no le pareció que el ruedo de Madrid hubiese perjudicado la lidia de sus toros.
 
El jueves, contra viento y marea, Cali lanza los carteles de su feria decembrina (¿última?), con los triunfadores toros de Victorino Martín, Roca Rey, Emilio de Justo, Ferrera, Joselito Adame y Luis Bolívar como puntales. Brillan por ausentes los venteños de César Rincón que dieron una tarde histórica en la feria inmediatamente anterior.
 
El viernes en Zaragoza, otra vez Morante, quien exprimiendo números busca cumplir su promesa de superar las 100 corridas este año, es aclamado, y el “moranteo” loado como sucedáneo del toreo, por una faena de oreja con un manso flojo y pocacosa de Juan Pedro. Lejos, en Manizales, comienza en blanco la feria “Toros y Ciudad” (¿última?).
 
El sábado, triunfos por doquier. Ginés Marín, muy torero, hace llorar en el misericordioso ruedo al venerable picador Agustín Navarro, brindándole como despedida su triunfal faena con “Defensor”, el quinto de José Vásquez. Al tiempo que De Justo sale a hombros de Jaén, y Luque con cuatro orejas, rabo y De Miranda al costado, hacía lo propio en la “Pinzoniana” de Huelva. También “El Zapata” en Apizaco.
 
Ayer, al séptimo día, en el doble colofón ecuestre: Diego Ventura gana todo en Zaragoza, y Galán, Leonardo y Vicens, salen a hombros de Jaén. Y en lo pedestre:  Antonio Grande triunfal alternativa con Luque y Morante en Alba de Tormes, y así mismo Clemente con toros de Valverde en Istres. Pachuca, Guadalajara y Cadereyta reparten orejas, y en Manizales una manifestación libertaria, toreos de luces en cabeza, recorre las calles como preámbulo a la corrida del toro que terminó marcada por una gran faena de Ricardo Rivera a un noble gutiérrez…
 
Bueno, si como decía Ortega y Gasset, un mérito mayor de los toros es dar a la gente de qué hablar, esta semana cumplió con creces.
 

lunes, 10 de octubre de 2022

LA MUERTE DIGNA - VIÑETA 475

 
VIÑETA 475
La muerte digna
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 10 2022
Vuelta al ruedo a “Malagueño”, Nº 1 de Alcurrucén, mayo 24 de 2016. Foto: Las Ventas
El único animal que el hombre no mata hoy en indefensión, a mansalva y sobreseguro, es el toro de lidia. Esa verdad brutal, que la corrida desenmascara, ritualiza y purga cada tarde, hiere la hipocresía del antitaurinismo y lo mueve a clamar por su extinción.
 
La especie humana, llevada de su voracidad, ha violado las leyes naturales, roto el equilibrio ecológico, proliferado y abusado, amenazando la existencia del hábitat común. Desde hace mucho, no son los tiempos del recolector-cazador que, a riesgo propio, igual que los otros especímenes con los que competía, jugaba limpio, arrancaba, mataba y consumía solo aquello que necesitaba para vivir. Ahora son los tiempos del exceso, la sobreproducción, el consumismo, el derroche y la mega basura.
 
Son tiempos de cultivo, explotación, cría y masacre intensivos. Extracción desaforada, deforestación vesiánica, pesca masiva, mataderos en serie, y paradójica negación de la muerte. A la que no se considera parte de la vida, culminación de un ciclo que abre otros nuevos. No, no es eso, es anomalía inaceptable.
 
Enajenación de un mundo virtual. Delirio de un vivir sin término. Escape imaginario a la inexorable realidad. Entelequia del derecho animal y la cotidiana carnicería. Vehemencia de políticos aitos de proteinas, grasas y adornos de cuero. Abominación de la muerte digna porque debe ser indigna.
 
Prohibición de un culto ancestral que recuerda épocas olvidadas, de una ceremonia de honor y estética que recrea el acto fundamental de la biología, la lucha por la vida. Frente a frente, sin ventajas. Muriendo el uno y el otro eventualmente, con liturgia, lealtad, identidad y respeto. No con alevosía, ocultamiento, anonimato y sordidez.
 
No, eso no es parangón admisible para una cultura tan disparatada en su falacia de progreso. El toro bravo no debe volver a morir con dignidad, ejerciendo su instinto, batiéndose, avergonzando la falta de vergüenza. Debe desaparecer de la tierra, para que los otros animales, todos, inermes, puedan seguir siendo asesinados, descuartizados, cocinados, devorados por miríadas. En aras del moralismo, supuestamente animalista, que no aguanta espejos delatores.