VIÑETA 480
Una carta fabulosa
Jorge Arturo Díaz Reyes, XI 14 2022 |
Foto: Victorino Martín |
Hola Jorge: Hace frío por estos días acá en
Extremadura, pero nada, vengo de generaciones a la intemperie. Decidí
escribirte abiertamente (puedes publicarlo), con perdón de tantos de los tuyos
que inconsultos ahora lo hacen por nosotros. Apersonándose sin pedir permiso, administrando
a capricho nuestros “derechos”, asignados por ellos mismos, entre los cuales,
claro, no va la opinión de los “representados”. Creo que a ustedes les pasa igual
con los políticos allá, ¿no?
Bueno, ya sabes, vivo retirado desde hace más de ocho
meses en mi finca. El placentero arte de la procreación, los paseos por el
campo y el oír lo que suena por ahí ocupa mis días. Divago, rumio, disfruto… He
subido de peso, entenderás. Los ímpetus, las cicatrices y los recuerdos de mi bravía
juventud se van atenuando.
Aunque no, nunca los de aquel domingo 6 de marzo
pasado en Olivenza. ¡Uf! Qué fiesta. Cómo la viví. Pleno, con toda la alegría y
el vigor de mis 578 musculosos kilos (¡Ay! volver a tenerlos). Lástima que te
la perdieras. Quizá la conozcas, te copio un fragmento de la nota que publicó
Sixto Naranjo en “El Albero” ese día. Modestia aparte, me pareció justa (nada
de sobre):
“La lidia total llegó con el precioso quinto.
Tomó una vara cobrada a ley viniéndose de largo y empujando abajo. Y después,
el delirio en un sobresaliente tercio de banderillas protagonizado por el
propio Ferrera en compañía de Fernando Sánchez y José Chacón. La plaza en pie
de nuevo. Las hechuras no podían fallar y no fallaron. Embistió con humillada y
enclasada nobleza por el pitón izquierdo y por ahí lo reventó Ferrera. Tandas
cada cual más profundas y con más número de muletazos, con el victorino
respondiendo a la apuesta del torero. Por el derecho, sin ayuda, apuntó menos
humillación, pero se daba con igual temple y ritmo. Por ello volvió a la zurda
el torero para dejar una serie rotunda. Otra vez a la zocata sin ayuda y un
cambio de mano que resultó eterno. La llama del indulto ya había prendido para
entonces en los tendidos. Se intuía y presentía. No se hizo de rogar mucho el
palco, que asomó el pañuelo naranja entre el delirio de los tendidos…”
Ahí cambió mi destino. Ahora en mi ganada molicie tengo
tiempo hasta para vuestra literatura. Y a propósito, supe que le dieron el Premio
Cervantes al poeta Venezolano Rafael Cadenas. Casi póstumo, tiene 92 años. Como
siempre sacudieron su biografía, exhibieron sus fotos y lo ametrallaron a
preguntas. Los periodistas. Él, qué como yo ha sido tan discreto, callado y
rebelde, a una contestó: “La vida suele llamarse hipócritamente sagrada por los que atentan
contra ella”.
No sé por que imaginé
que hablaba entre otros de nuestros “protectores” de oficio. Zoófagos, glotones
de carnicerías, que por ley amenazan borrarnos de la faz de la tierra, prohibiendo
las corridas (nuestro sustento). Dizque para impedir que sigamos defendiendo la
vida en buena lid, ritualmente, públicamente.
Porque según alegan lo
decente, lo verdaderamente moral, “nuestro derecho” y fin, es el asesinato indefenso,
con descuartizamiento, masivo, cotidiano, anónimo, infame, oculto. Como el de todos
los millones y millones de mansos (bienaventurados los mansos) que no tienen el
privilegio de salir al ruedo. Tendría otras muchas cosas tan, tan humanas cómo estas
que comentarte. Pero disculpa, debo cortar. Irresistibles mugidos me
reclaman.
PD: Siento que mis
parientes anunciados para la feria de tu pueblo a fin de año, ya no vayan. Cosas
de salubridad, dicen.
Hasta la próxima. Saludos
de tu amigo cornudo, aun vivo y feliz.
Madero
Nº 52. Semental
certificado
Las Tiesas - España
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