lunes, 31 de octubre de 2022

LA MUERTE INDIGNA - VIÑETA 478

 
VIÑETA 478
 
La muerte indigna
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 31 2022 
Fotograma: Plaza Toros TV
 
—¡Voto por el General López para que los diputados no sean asesinados! —dicen que clamó el senador Mariano Ospina Rodríguez hace 183 años en el congreso colombiano.
 
El general José Hilario López, conmilitón de Bolívar, veterano además de la guerra de independencia, de varias guerras civiles, entre las muchas que han jalonado nuestra historia, fue así electo presidente de la república por un cuatrienio, durante el cual abolió la esclavitud, expulsó los jesuitas y modernizó el estado, hasta donde pudo. Sin prohibir el toreo.
 
El poeta José Eusebio Caro, su indeclinable opositor, copartidario de Rodríguez, dedicó a esa elección estos duros versos…
 
La esposa del romano Colatino,
a verse impura prefirió morir,
los hombres del congreso granadino
besaron la mano al asesino,
a trueque de vivir.
 
Tras lo cual debió exiliarse a Estados Unidos, de donde solo pudo volver para morir joven (37) en Santa Marta, cerca de donde había fallecido 23 años antes El Libertador.
 
Bueno. ¿Y qué tiene qué ver todo esto con los toros? Pues mucho, creo. Sobre todo, ahora, cuando el parlamento sucesor de aquel de 1849 se dispone a votar (¿mañana?) una sustitutiva del proyecto prohibicionista, la cual, a cambio de seguir con un espectáculo adulterado, “racionalizaría”, “morigeraría” la esencia del rito, mediante la muerte indigna del toro.
 
Misma que día tras día, sufren millones de animales en el mundo. El asesinato aleve, sórdido, a mansalva y sobreseguro, con ocultamiento, en los corrales o en el matadero, luego de haberlo burlado, y de paso, anticipar la extinción de la especie a corto plazo.
 
Apostasía que reniega del fundamento y justificación moral del rito (la corrida). El toro muere cara a cara, vida por vida, públicamente; con reverencia, liturgia, identidad y oportunidad de defensa. En alegoría religiosa de la competencia biológica original, que mantuvimos, cuando éramos decentes, dignos y ecológicos (no ecologistas), con la naturaleza toda.
 
Si los toros tuviesen uso de razón, libre albedrío y voz y voto, como presumen delirantemente los auto concesionarios del “derecho animal”, creo que hoy podrían mugir a coro, por todas las dehesas de la tierra, las rimas de Caro, increpando a los “taurinos” fementidos que quieren besar la mano de quienes pretenden asesinarles vilmente a trueque de vivir (su negocio).
 
Conmigo que no cuenten estos “morigeradores”. Además, creo que la oportunista y envalentonada mayoría parlamentaria tampoco les arrojará esas treinta monedas... Mejor así.
 

lunes, 24 de octubre de 2022

EL EXTRAVÍO ANIMALISTA - VIÑETA 477

 
VIÑETA 477
 
El extravío animalista
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 24 2022
Serpientes mascotas. Foto: Mis animales
La enajenada pasión de Calígula (paradigma de tiranos y animalistas), por su caballo cónsul, “Incitatus”, parece vista desde hoy, apenas una pantomima profética de nuestra posmoderna época.
 
Así lo esbozan dos artículos, de distante origen, aparentemente inconexos, pero no. Publicados juntos en El País de España el viernes pasado: Uno desde Vigo, “Mascotas S.A.: una industria ‘milmillonaria’ que no para de crecer”, por la economista María Fernández. Y el segundo desde México, “Por una crítica de la izquierda desde la izquierda”, del escritor Jorge Volpi.
 
Proyectan a doble pantalla el panorama de una sociedad caligulina, tóxica, disparatada, que desfoga entre las dos formas modernas del autoritarismo eterno: fascismo (derecha), estalinismo (izquierda), su también estrábica relación con los animales, mediante la no mencionada masacre y esclavitud por un lado, y a contramano la morbosa transferencia de representaciones, valores y necesidades a ellos, por el otro.
 
Señala Fernández: que solo en Europa occidental, este año, el gasto en comida y accesorios para seres en sometimiento (mascotas), subirá de 36.500 millones de euros. Jacuzzis, alojamientos en resorts, escoltas y paseos en coche de alta gama son algunos de los servicios de los que disfrutan las mascotas de China, informaba por su lado el ABC, en una reseña de glamour: “La vida de lujo llega ahora a los perros asiáticos”. Y a los de muchos otros países, claro.
 
Todo esto cuando crecen los mataderos, el envenenamiento del hábitat, la tercera parte de la humanidad padece hambre y por la misma razón, la mortalidad infantil es igualmente monstruosa.
 
En 2021 España cruzó la barrera. —En sus hogares hay más perros que hijos— los han reemplazado, informa con fruición Adolfo Santa-Olalla presidente de la Asociación Española de la Industria de animales de compañía (Aedpac).
 
Mientras tanto. “Ante la creciente amenaza fascista que se expande como una mancha de agua desde Italia y Alemania hacia el resto de Europa, diversos partidos y grupos de izquierda —entre los que se cuentan desde republicanos y anticlericales hasta socialistas, comunistas y anarquistas— conforman grandes coaliciones para contener al enemigo. No sin dificultad, estos Frentes Populares aumentan su influencia y llegan al poder en Francia y España, aunque, una vez allí, se ven desgarrados por las pugnas entre sus facciones” (Volpi).
 
En medio de tal esquizofrenia política, el supuesto “derecho animal” desborda los derechos humanos refundiendo supremacismos antagónicos. Para citar el caso bandera, en la criminalización de un culto naturalista como el toreo. La izquierda de moda, que ha hecho propia esa cruzada, encuentra para ella complicidad en amplios sectores de la derecha.
 
Cuatro semanas atrás, la cámara de representantes colombiana, de mayoría derechista, en comunión suprapartidaria votó 101 a 23 la ley de prohibición a la tauromaquia, y se dispone a rematar la faena en el senado con igual desproporción.
 
No, no es inexplicable, una y otra empresa ideológica, maridadas por la demanda esnob, de los tiempos que corren, cortejando las respectivas clientelas y aplastando a los menos (electoralmente) con su híbrida y circunstancial mayoría... Como en los linchamientos. La democracia es un abuso de la estadística, ironizaba Borges.

lunes, 17 de octubre de 2022

NO FUE UNA SEMANA CUALQUIERA - VIÑETA 476

 
VIÑETA 476
 
No fue una semana cualquiera
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 17 2022
 
Hispanidad. Talavante y Joselito (apoderado). Foto: Las Ventas
No, no fue una más esta semana que cerró ayer a rejones las ferias de Jaén y Zaragoza, y de paso toda la temporada europea 2022, (salvo dos o tres festejos sueltos).
 
Había despertado el lunes 10 sobresaltada por los ecos iracundos de Morante, tras su pitada presentación con la corrida del Puerto en Las Ventas. --¡Mentiroso y chufla!-- increpó en el callejón a Miguel Abellán, director de asuntos taurinos de la Comunidad de Madrid, por no haber bajado “tanto así” el nivel del ruedo.
 
El martes en Colombia, una comisión “accidental” de parlamentarios, a toro pasado, continuaba por Bogotá llevando su pantomima “socializadora” de sordas “audiencias” que incluyó Manizales y Cali, con su proyecto de ley prohibicionista, el cual todos los partidos, unos más otros. menos, habían aprobado ya, de antemano, por abrumadora mayoría (101 a 23) en la plenaria de la cámara. Burla.
 
Mientras por contra, en Portugal, el presidente vetaba una ley que impediría a los menores de edad asistir a corridas en su país. Acá se estrenaba con éxito la película “Pepe Cáceres”, dirigida y protagonizada por su hijo Sebastián, y, cuarenta vacas de Guadalix eran exportadas a la ganadería mexicana de Golondrinas.
 
El miércoles 12, Hispanidad, con cartel de “No hay billetes” colgado desde semanas atrás en Las Ventas, Roca Rey abre la puerta grande junto a un sorprendente Francisco de Manuel, en tanto que a Talavante se le va un toro vivo y un titular grita: “Roca Rey: amo y señor de la temporada”. El becerrista Marco Pérez corta un rabo en el festival de La Maestranza, y José Juan Fraile, ganadero de El Puerto de San Lorenzo, glosa la protesta de Morante, diciendo que a él no le pareció que el ruedo de Madrid hubiese perjudicado la lidia de sus toros.
 
El jueves, contra viento y marea, Cali lanza los carteles de su feria decembrina (¿última?), con los triunfadores toros de Victorino Martín, Roca Rey, Emilio de Justo, Ferrera, Joselito Adame y Luis Bolívar como puntales. Brillan por ausentes los venteños de César Rincón que dieron una tarde histórica en la feria inmediatamente anterior.
 
El viernes en Zaragoza, otra vez Morante, quien exprimiendo números busca cumplir su promesa de superar las 100 corridas este año, es aclamado, y el “moranteo” loado como sucedáneo del toreo, por una faena de oreja con un manso flojo y pocacosa de Juan Pedro. Lejos, en Manizales, comienza en blanco la feria “Toros y Ciudad” (¿última?).
 
El sábado, triunfos por doquier. Ginés Marín, muy torero, hace llorar en el misericordioso ruedo al venerable picador Agustín Navarro, brindándole como despedida su triunfal faena con “Defensor”, el quinto de José Vásquez. Al tiempo que De Justo sale a hombros de Jaén, y Luque con cuatro orejas, rabo y De Miranda al costado, hacía lo propio en la “Pinzoniana” de Huelva. También “El Zapata” en Apizaco.
 
Ayer, al séptimo día, en el doble colofón ecuestre: Diego Ventura gana todo en Zaragoza, y Galán, Leonardo y Vicens, salen a hombros de Jaén. Y en lo pedestre:  Antonio Grande triunfal alternativa con Luque y Morante en Alba de Tormes, y así mismo Clemente con toros de Valverde en Istres. Pachuca, Guadalajara y Cadereyta reparten orejas, y en Manizales una manifestación libertaria, toreos de luces en cabeza, recorre las calles como preámbulo a la corrida del toro que terminó marcada por una gran faena de Ricardo Rivera a un noble gutiérrez…
 
Bueno, si como decía Ortega y Gasset, un mérito mayor de los toros es dar a la gente de qué hablar, esta semana cumplió con creces.
 

lunes, 10 de octubre de 2022

LA MUERTE DIGNA - VIÑETA 475

 
VIÑETA 475
La muerte digna
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 10 2022
Vuelta al ruedo a “Malagueño”, Nº 1 de Alcurrucén, mayo 24 de 2016. Foto: Las Ventas
El único animal que el hombre no mata hoy en indefensión, a mansalva y sobreseguro, es el toro de lidia. Esa verdad brutal, que la corrida desenmascara, ritualiza y purga cada tarde, hiere la hipocresía del antitaurinismo y lo mueve a clamar por su extinción.
 
La especie humana, llevada de su voracidad, ha violado las leyes naturales, roto el equilibrio ecológico, proliferado y abusado, amenazando la existencia del hábitat común. Desde hace mucho, no son los tiempos del recolector-cazador que, a riesgo propio, igual que los otros especímenes con los que competía, jugaba limpio, arrancaba, mataba y consumía solo aquello que necesitaba para vivir. Ahora son los tiempos del exceso, la sobreproducción, el consumismo, el derroche y la mega basura.
 
Son tiempos de cultivo, explotación, cría y masacre intensivos. Extracción desaforada, deforestación vesiánica, pesca masiva, mataderos en serie, y paradójica negación de la muerte. A la que no se considera parte de la vida, culminación de un ciclo que abre otros nuevos. No, no es eso, es anomalía inaceptable.
 
Enajenación de un mundo virtual. Delirio de un vivir sin término. Escape imaginario a la inexorable realidad. Entelequia del derecho animal y la cotidiana carnicería. Vehemencia de políticos aitos de proteinas, grasas y adornos de cuero. Abominación de la muerte digna porque debe ser indigna.
 
Prohibición de un culto ancestral que recuerda épocas olvidadas, de una ceremonia de honor y estética que recrea el acto fundamental de la biología, la lucha por la vida. Frente a frente, sin ventajas. Muriendo el uno y el otro eventualmente, con liturgia, lealtad, identidad y respeto. No con alevosía, ocultamiento, anonimato y sordidez.
 
No, eso no es parangón admisible para una cultura tan disparatada en su falacia de progreso. El toro bravo no debe volver a morir con dignidad, ejerciendo su instinto, batiéndose, avergonzando la falta de vergüenza. Debe desaparecer de la tierra, para que los otros animales, todos, inermes, puedan seguir siendo asesinados, descuartizados, cocinados, devorados por miríadas. En aras del moralismo, supuestamente animalista, que no aguanta espejos delatores.
 

lunes, 3 de octubre de 2022

LAS AUDIENCIAS DEL SORDO - VIÑETA 474

 
VIÑETA 474
Las audiencias del sordo
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 3 2022 

Una variopinta comisión de parlamentarios encabezada por Juan Carlos Losada, ponente ante el Congreso colombiano del enésimo proyecto prohibicionista, prepara una gira relámpago de “audiencias públicas” por Manizales, Bogotá y Cali en fechas a definir.
 
El político bogotano, altisonante moralista, enconado antitaurino, y no se, no me consta, si veterano de asonadas y otros hechos inciviles en la plaza de Santamaría, llegó a su excesivamente remunerada curul enarbolando la criminalización del toreo como bandera, y hallando complicidad casi unánime.
 
Su diatriba nada original, contra esta tradición medio milenaria en el país, parte integral de su cultura, legitimada por la constitución nacional mediante ley es, en resumen:
 
Que debe ser eliminada del territorio en cualquiera de sus formas, porque le parece: “arcaica, caduca, bárbara, corruptora de la juventud, impuesta por una no minoría, sí minoría de poder (contradicción), que instiga la violencia y viola el “derecho animal” (del cual se considera concesionario y portavoz inconsulto)”.
 
Losada, miembro de la coalición actual del gobierno, cuya consigna de campaña fue, “pacto histórico mediante un gran diálogo nacional”, intenta, en compañía de sus colegas viajeros, vender congruencia. Guardar apariencia democrática con esta tournée “socializadora”, ya prejuzgada. Sobre segura, claro, pues qué pueden perder viniendo con respaldo de sus agresivas claques a poner la oreja mocha, y menos haciéndolo con viáticos y gastos pagos (por nosotros). O mejor aun, cuando al tiempo aprovechan tribuna, presumen superioridad moral y levantan clientela.
 
Ofreciendo a los herejes que voluntariamente acepten renegar de su culto y renunciar a su modus vivendi, la indulgencia de ser en seis meses “reconvertidos” (rehabilitados) ciudadana y laboralmente, o si no reprimidos. Misma, extendida a los carniceros grupos narcos que infestan el país.
 
¿Cuál diálogo, cuál pacto, cuál respeto a la diferencia y a las minorías? Qué tal intolerancia y demagogia sean iniciativa de un liberal, respaldada por los otros partidos (la reciente votación en la plenaria quedó 101 a 23 en su favor), los vuelve a mostrar como asociaciones desideologizadas de mercadeo electoral, a los que apenas diferencia su competencia por el poder burocrático y el control de las finanzas públicas.
 
¿Habrá profesionales o aficionados taurinos que quieran hacer de comparsas en estas audiencias del sordo, cuando sea que las den? Quizás... “Hay gente pa’ toó”, decía El Gallo…