VIÑETA 474
Las audiencias del sordo
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 3 2022
Una variopinta comisión de parlamentarios encabezada por Juan Carlos Losada,
ponente ante el Congreso colombiano del enésimo proyecto prohibicionista, prepara
una gira relámpago de “audiencias públicas” por Manizales, Bogotá y Cali en fechas
a definir.
El político bogotano, altisonante moralista, enconado antitaurino, y no se,
no me consta, si veterano de asonadas y otros hechos inciviles en la plaza de Santamaría,
llegó a su excesivamente remunerada curul enarbolando la criminalización del
toreo como bandera, y hallando complicidad casi unánime.
Su diatriba nada original, contra esta tradición medio milenaria en el
país, parte integral de su cultura, legitimada por la constitución nacional mediante
ley es, en resumen:
Que debe ser eliminada del territorio en cualquiera de sus formas, porque le
parece: “arcaica, caduca, bárbara, corruptora de la juventud, impuesta por una no
minoría, sí minoría de poder (contradicción), que instiga la violencia y viola el
“derecho animal” (del cual se considera concesionario y portavoz inconsulto)”.
Losada, miembro de la coalición actual del gobierno, cuya consigna de
campaña fue, “pacto histórico mediante un gran diálogo nacional”, intenta, en
compañía de sus colegas viajeros, vender congruencia. Guardar apariencia
democrática con esta tournée “socializadora”, ya prejuzgada. Sobre segura, claro,
pues qué pueden perder viniendo con respaldo de sus agresivas claques a poner
la oreja mocha, y menos haciéndolo con viáticos y gastos pagos (por nosotros). O
mejor aun, cuando al tiempo aprovechan tribuna, presumen superioridad moral y levantan
clientela.
Ofreciendo a los herejes que voluntariamente acepten renegar de su culto y renunciar
a su modus vivendi, la indulgencia de ser en seis meses “reconvertidos”
(rehabilitados) ciudadana y laboralmente, o si no reprimidos. Misma, extendida a
los carniceros grupos narcos que infestan el país.
¿Cuál diálogo, cuál pacto, cuál respeto a la diferencia y a las minorías? Qué
tal intolerancia y demagogia sean iniciativa de un liberal, respaldada por los otros
partidos (la reciente votación en la plenaria quedó 101 a 23 en su favor), los vuelve
a mostrar como asociaciones desideologizadas de mercadeo electoral, a los que
apenas diferencia su competencia por el poder burocrático y el control de las
finanzas públicas.
¿Habrá profesionales o aficionados taurinos que quieran hacer de comparsas en
estas audiencias del sordo, cuando sea que las den? Quizás... “Hay gente pa’
toó”, decía El Gallo…
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