lunes, 25 de julio de 2022

DIEZ TOREROS - VIÑETA 466

 
VIÑETA 466
 
Diez toreros
Jorge Arturo Díaz Reyes, VII 25 2022
Antonio Ordóñez. Foto: Arjona, El Correo de Andalucía
Hacer listas de preferencias es un hábito, expresión de nuestro instinto taxonómico, pero también un derecho. Cada quien puede hacerlas de: gustos, comidas, bebidas, paisajes, hoteles, canciones, amigos, flores, pinturas, ciudades, novelas, películas…, lo que sea, cualquiera vale. Libertad personal.
 
Cómo a tantos aficionados, me viene hacerlas cada rato de: toros, ganaderías, faenas, plazas, libros, música taurina…, frecuentemente diferentes, confieso. Y ahora, una de toreros, muertos o retirados, que yo viera en muchas ocasiones y cuya condición de tales me haya conmovido particularmente.
 
No pretendo decir los “mejores”. Aunque varios de ellos quizá cabrían en muchas antologías de los últimos setenta años, edad de mis recuerdos. Aquí van en orden de aparición.
 
Antonio Ordóñez. Cuando niño le vi debutar en la Santamaría de Bogotá (1952), inauguró mi afición, la marcó y luego con su trascendencia como torero puro y valeroso la honró. Hemingway lo inmortalizó.
 
Joselillo de Colombia, además del afecto paisano, por ser el primero que justificara la categoría de figura nacional nuestra, y hasta su fin uno de los principales defensores y promotores de la fiesta en el país.
 
Pepe Cáceres, por su torería 24 horas al día, todos los días. Por su estética. Por su desnuda humanidad en el ruedo, alternando la vulnerabilidad con el arrojo, la vocación con el empeño y el fracaso con el triunfo, hasta la muerte.
 
Curro Romero, que más allá de la divinización sevillana, estremecía con la sublimidad de sus pequeñas obras y el estruendo de sus inhibiciones. Pero sobre todo por la esencia, como tituló su biografía Antonio Burgos.  
 
Paco Camino, por su tauromaquia de gran solidez, embebida de sabia andaluza en una versión muy propia e insoslayable. Las cuales no lograron embotar su temperamento ni el aseguramiento empresarial.
 
Manuel Benítez “El Cordobés”, su irreverencia interpretaba fielmente la de nuestra entonces joven y rebelde generación, convirtiéndolo en fenómeno cultural mundial. Quizá quien más universalizó el toreo, como cantó Gerardo Diego.
 
Santiago Martín “El Viti”, la ritualidad, la honestidad, la pulcritud. Auténtico maestro en todos los momentos de la lidia, aun en los menos felices. Su presencia confería grandeza y reverencia a la corrida. Lo de S.M. (su majestad) no era solo apócope de su nombre.  
Eloy Cavazos, su autenticidad mexicana, su alegre valor, el hacer de sus faenas fiesta. En la plaza de Cali (mi ciudad) dejó recuerdos de amor propio, hombría, capacidad, y combatividad que no se borrarán.
 
José Mari Manzanares, porque a lo largo de su carrera me ofuscó el no encontrar en él ese arte prístino que pregonaban casi todos, y una tarde al fin, logré, como Saulo camino de Damasco, verla.

César Rincón, héroe de carne y hueso. Ahí está su leyenda. Forjada en las plazas del mundo. Su verdad rompió las adversidades. Como escribió Joaquín Vidal en 1991: “era el toreo eterno, nada más que eso”.

lunes, 18 de julio de 2022

LA LIDIA DEL MEJOR - VIÉTA 465

 
VIÑETA 465
 
La lidia del mejor
Jorge Arturo Díaz Reyes, VII 18 2022
Rufián” de Jandilla. Fotograma: Plaza Toros TV
Premiado como “el mejor” del San Fermín 2022, y por ende candidato para toro de la temporada general (mundial). Quinto de Jandilla en la octava corrida, “Rufián”, número 70, negro, cinqueño, de 565 kilos, astifino, bien puesto, merece recordar las percepciones que aquel día motivó su lidia.
 
Salida soberbia. Solo la capa de Marín en el quite le rindió honores, por chicuelinas y media. Con prontitud, empuje y celo se jugó en la prolongada y bien situada vara de Manuel Cid y volvió por más, aunque no lo halló porque se le quitó el palo apenas tocar.
 
Murillo e Izquierdo le adornaron justamente y entonces, Talavante, como descubriendo la fortuna de su sorteo que le había deparado lo mejor de lo mejor, brinda por segunda vez al público. Doble brindis que ha menudeó en la feria, no se sabe si por exceso de reverencia o en busca de indulgencia, pues luego en las entrevistas no pocos de los oferentes se quejan de que su bullicio no los deja concentrar en la lidia.
 
Bueno, lo que sea. El extremeño, con cuatro por alto, un cambio, natural y el de pecho, se planta con toda su longilínea verticalidad en los medios, ya seguro de la joya que tenía entre manos. Frugalidad, quietud, y buen trazo, rentan de las embestidas fijas, humilladas y largas. Dos tandas izquierdas de gran precisión y elegancia confirman qué pese a los avatares de esta opaca temporada de su reaparición, la convicción que lo puso donde lo puso, persiste.
 
Pese al viento que le flamea el trapo, cinco derechas, una zurda y el de pecho seguidos de otros cuatro naturales de factura y el forzado exhiben la excelsitud del jandilla. Todos felices. En el callejón Borja Domecq sonríe complacido. Y la fiesta sigue con farol, costadillos, giros, trincheras, circulares… a todo va y de todo vuelve, leal, por abajo, bravo.
 
La faena roza el tiempo reglamentario, y solo en las postrimerías un amago de renuncia deslustra, solo eso, un amago fugaz, no le hace perfecto. Olvidándolo, acude invicto a las tres manoletinas, la trinchera y el por alto. Alejandro entra de frente rebotando contra los pitones y dejando una espada completa, pero levemente desprendida y tendida que no mata, que alarga, que hace sonar el aviso, que requiere tres golpes de cruceta tras los cuales se van también las orejas, la ovación al arrastre y la vuelta al ruedo para el matador que no tienen glosas.

lunes, 11 de julio de 2022

EL REGRESO DEL HÉROE - VIÑETA 464

 PAMPLONA 6ª 

El regreso del héroe
Jorge Arturo Díaz Reyes, VII 10 2022
 
Rafaelillo reapareciendo, dispara la tarde, corta tres orejas y sale a hombros con Escribano, Valadéz y el mayoral. Torerísima corrida de Javier Núñez… 
Rafaelillo tras la lidia del 4º: Plaza Toros TV

Hace tres años, despedazado el tórax por un miura, le sacaron medio muerto de este ruedo. Regresó está tarde, puso la plaza boca abajo, mató de una estocada sin puntilla, recibió las dos orejas y en la vuelta triunfal abrazó y besó al cirujano Ángel Hidalgo, a quien agradecido había brindado la faena diciéndole “Os debo la vida”.
 
Así de pasional comenzó la corrida, que resultaría histórica para el viejo hierro de La Palmosilla. Sus seis toros, cinqueños, ligeros de romana (516 kilos promedio), finos de cuernas, encastados, nobles y con mucho fondo todos, atacaron pronto los caballos, dieron largas y francas peleas, murieron honrando la divisa y se fueron bajo la batahola en los arrastres.
 
Al primero, “Arrumbadito”, colorado, par agujas, le saludó Rafaelillo con dos largas cambiadas de rodillas y cuatro verónicas y media. Tras las varas de Esquivel, alusivo quite de dos navarras, dos tafalleras y revolera por Escribano. Lipi y Mellinas sufren y aciertan en el tercio. Desde las tablas a los medios el murciano curtido con los toros más duros se regodea largamente con la fija repetición de las embestidas, encadenando por las dos manos tandas de a seis y siete muletazos, alternando las alturas. Sin populismo iguala y oficia una estocada total levemente desprendida pero fulminante. Con beneplácito unánime, su señoría doña Ana Elizalde sacó sonriente los dos pañuelos y la plaza entro de lleno en modo triunfo hasta el cierre. El retorno del que se dio por perdido no podía ser más feliz.
 
El cuarto, “Vinatero” fue bravo y Rafael se jugó con él como si no tuviese ya la puerta grande ganada. Ocho verónicas y la media de rigor. Agustín Collado le pica justo en sitio. Era la hora de la merienda cuando el brindis a los comensales tuvo que ser gesticulante para que lo atendieran. Nada. Pero cuando las cuatro derechas genuflexas, el de costado y el natural ayudado condujeron con mando a los medios los oles de boca llena brotaron. Y “La Pamplonesa” sonó. La faena, se insinuó de poso y seguro domino en las dos primeras series. Pero promediando la tercera, en el embroque, la embestida derrota, puntea sobre el triángulo de Scarpa en el muslo izquierdo cortando la taleguilla y buscando más blancos. Maltrecho y deschaquetado, pero recrecido reinicia la brega que alarga pues el palmosillo no parecía tener límite. Tirando la espada liga media docena de pases diestros y se manda una estocada total que rueda sin puntilla en los medios al gran toro. Le dieron una oreja, le pidieron duro la otra. Pero que más da, cualquier premio es corto para el significado de su regreso a la vida, simbolizando el de todos tras tres años de terrible pandemia. Es imposible ver a este valeroso sobreviviente solo en presente, sin el contexto de su heroica y larga carrera. Sin el recuerdo de como año tras año ha honrado el toro y el toreo. Que no vengan ahora las mezquindades peludas a tratar de empañar este feliz reencuentro con la plaza que casi le vio morir en su ley.      
 
Manuel Escribano, disfrutó su generoso lote. A portagayola con todo su histriónico preámbulo en ambos y con la poco airosa zambullida en el segundo. No pareció dar la importancia que merecía el estupendo “Remilgado”, que de tal no tuvo nada. Fatigó injustamente el unipase negándose a parar y ligar, y abundó en efectos y adornos feriadores. Nadie reparó en ello, ole y ole. Qué pesar del toro. Un espadazo pasado y letal cobró las dos orejas. Y aunque mucho más aplomado con el quinto, el pinchazo y la espada desprendida inhibieron al palco para dar la que hubiese sido la octava oreja de la fecha, que fue pedida con saña. A cambio dio una vuelta con prendas.
 
El mexicano Leo Valadez, hizo honor con el tercero a la gran temporada europea que vienen haciendo los hispanoamericanos. Debutó con tres verónicas, media de rodillas y una larga cambiada de pie muy logradas. Quitó regionalistamente con tras zapopinas, la última de rodillas y serpentina. Y Faena de fondo por diestra y siniestra, parando, ligando y templando, sin dislates y con acompañamiento de todo ruido y música. “Memorable” lo será con justicia para él. Manoletinas hasta de rodillas mirando al tendido, y una estocada de marca mayor que le valió el doble trofeo. “Sombrerito” era pastueño, como el que sueñan los niños toreros sortear algún día en Pamplona. Se avino con el, pero al final quizá se desconcentró. Alargó innecesariamente, cambió una buena igualada por otra no tan buena, dejó solo media espada caída, fallo tres veces con la cruceta, y oyó un aviso. Final triste para semejante toro.  
 
En el callejón, Javier Núñez, el ganadero solo atinó a contestarle a la bella Victoria Collantes “Nos lo merecíamos”, mientras su mayoral, a hombros con los toreos, eran llevado hacia el mar humano que rodeaba rugiente la plaza en el caer de la carnestoléndica noche sanferminera. 
      
FICHA DEL FESTEJO
Domingo 10 de julio 2022. Pamplona. 6ª de San Fermín. Sol y calor. Lleno. Seis toros de La Palmosilla serios, cinqueños encastados, nobles y con mucho fondo.
Rafaelillo, dos orejas y oreja con petición de otra.
Manuel Escribano, dos orejas y vuelta tras petición y aviso.
Leo Valadez, dos orejas y silencio tras aviso.
 
IncidenciasRafaelillo cogido por el cuarto pasó a la enfermería. Al final del festejo salieron a hombros los tres matadores y el mayoral.