lunes, 26 de junio de 2023

EN UN CHAT - VIÑETA 507

 
VIÑETA 507
 
En un chat
Jorge Arturo Díaz Reyes, 26 VI 2023  
Paco Ureña con los victorinos el 4 de junio en Las Ventas. Fotograma: Mundotoro TV
  — Solo hay una manera de torear.
  — ¿Cuál?
  — Bien
  —¿Cómo es?
  — Muy largo explicarlo. Mejor un ejemplo; Morante con “Ligerito” de Domingo Hernández, el 26 de abril en Sevilla. Faena plena, exquisita, unánime de cabo a rabo…
  —Pero lograr eso es casi un milagro, que requiere la coincidencia de variables poco menos que infinitas. Un torero y una cuadrilla en especial disposición física y mental, un toro propicio en su momento como aquel, un día y un clima como esos, una plaza en estado de gracia...
  — Providencial, claro que sí, por eso el auténtico arte de torear es tan raro y caro. Además, hay que ser Morante.
  ¿No acepta otra forma?
  — No
  — Es reducir el toreo a una sola opción.
  — Sí, la perfecta. O qué cree.
  — Creo qué el toreo significa mucho más, imperfecciónes incluidas. Un ancestral rito trágico, lo definía Unamuno. Metáfora de nuestra larga relación con la naturaleza, la cual recrea filogénicas vivencias emocionales: alegría, tristeza, estupor, amor, odio, solidaridad, pesadumbre, arrobamiento, miedo, enfado, compasión, catarsis…
  — Palabrería. Está intentando intelectualizar la cosa.
  — Solo tratando de entender. Toro, torero y observador son cada uno seres diferentes, y nunca los mismos, que interactúan en circunstancias cambiantes, afectados por incidencias imprevisibles, abocados a situaciones extremas, irrepetibles, todas de contenido y valorables.
  — La única valoración es la belleza.
  — Caben todas, es un arte vasto, profundo, riesgoso, cada suerte un albur, cada faena un mundo. Como en la vida, rotundidad, éxito, triunfo, fracaso, derrota, muerte, sufrimiento son eventualidades reales, válidas y cada quién responde a ellas proyectándose como es y como está.
   Muy enredado, mejor ponga un ejemplo, yo ya cité a Morante en Sevilla y quedó claro.
  — ¿Uno? Tal vez Paco Ureña en Madrid con Playero” de Victorino Martín el 4 de junio. Faena dura, de valor, dominio y verdad, con la vida en juego a cada trance. Un toro como ese, un torero con tal aptitud y actitud, una tarde y una plaza como aquellas. Conmovedor, significativo, y desafiante. También eso es toreo ¿cierto?
  —No. Es barbarie, yo no pago para que me asusten. ¿Acaso lo premiaron?
  — Hubo petición, pero negaron la oreja
  —Y además lo contratan poco. ¿No le dije? Hoy torear bien es torear bonito. La única manera.
  — Si eso fuera cierto y las orejas prueba, también habría que ver otras “bellezas” que premian cada rato.
  — Usted es ordinario, terco y anacrónico.
  —Quizás. Uno de los que aún sienten que en tauromaquia la lírica y la épica trascienden la estética.

lunes, 19 de junio de 2023

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL DULCE - VIÑETA 506

 
VIÑETA 506
 
La insoportable levedad del dulce
Jorge Arturo Díaz Reyes, 19 VI 2023
Fotograma: Mundotoro TV
La lluvia de orejas, el girar de puertas grandes, el sin fin de procesiones a hombros, los diarios titulares estrambóticos, los estrellatos repentinos… ¿Qué premian? ¿Qué pregonan? ¿La sumisión absoluta del toro? ¿La utopía conseguida? ¿La infalibilidad lograda del arte de torear? ¿El alcanzado paraíso de la verdad y la belleza eternas? ¿El hoy se torea mejor que nunca? ¿El no va más?
 
Y el poderle al toro que se cae, al manso, al bronco, al que se para en el embroque, al astuto, al de sentido, al revoltoso, al fiero que no se deja y trae el auténtico dogma del culto en los pitones; que la fiesta es alegoría de la coexistencia del hombre con la naturaleza y por tanto grave, azarosa y a muerte. ¿No es eso triunfal, no se premia? ¿La lidia es intolerable? ¡Mátalo ya, como sea, que aquí vinimos a divertirnos! ¡Que salga el pastueño! Gritan no solo los villamelones, sino los “entendidos” desde los micrófonos.
 
Claro, desde comienzos del siglo XX y a tenor del espíritu del tiempo se ha incrementado en la ganadería eso de que “el cliente siempre tiene la razón”. Más que de voluntad es un asunto de mercado y de sobrevivencia. El toro de garantía, el que ayuda, el de torear bonito, el de las orejas y demás, el de las figuras (que se lo han ganado y mueven la taquilla), el de los públicos que mantienen el negocio y con la entrada compran diversión y no penitencia. Pero la miel en exceso empalaga y hasta puede terminar matando un espectáculo a dieta de ella.
 
Por fortuna en medio de todo esto, la sobrevivencia de encastes que mantienen los caracteres filogénicos del toro bravo, su soberbia, vitalidad y combatividad. La existencia de aficiones como la que prima en Las Ventas y alguna que otra plaza (cada vez menos). La verdad, echa las indispensables gotas amargas para que la fiesta que tantos enemigos tiene no termine sus días en un coma diabético suicida, producto de su adicción al dulce.