VIÑETA 507
En un chat
Jorge Arturo Díaz Reyes, 26 VI 2023
Paco Ureña con los victorinos el 4 de junio en Las Ventas. Fotograma: Mundotoro TV |
— Solo hay una manera de torear.
— Muy largo explicarlo. Mejor un ejemplo; Morante con “Ligerito” de Domingo Hernández, el 26 de abril en Sevilla. Faena plena, exquisita, unánime de cabo a rabo…
—Pero lograr eso es casi un milagro, que requiere la coincidencia de variables poco menos que infinitas. Un torero y una cuadrilla en especial disposición física y mental, un toro propicio en su momento como aquel, un día y un clima como esos, una plaza en estado de gracia...
— Providencial, claro que sí, por eso el auténtico arte de torear es tan raro y caro. Además, hay que ser Morante.
—¿No acepta otra forma?
— No
— Solo tratando de entender. Toro, torero y observador son cada uno seres diferentes, y nunca los mismos, que interactúan en circunstancias cambiantes, afectados por incidencias imprevisibles, abocados a situaciones extremas, irrepetibles, todas de contenido y valorables.
— La única valoración es la belleza.
— Muy enredado, mejor ponga un ejemplo, yo ya cité a Morante en Sevilla y quedó claro.
— ¿Uno? Tal vez Paco Ureña en Madrid con “Playero” de Victorino Martín el 4 de junio. Faena dura, de valor, dominio y verdad, con la vida en juego a cada trance. Un toro como ese, un torero con tal aptitud y actitud, una tarde y una plaza como aquellas. Conmovedor, significativo, y desafiante. También eso es toreo ¿cierto?
— Hubo petición, pero negaron la oreja
— Si eso fuera cierto y las orejas prueba, también habría que ver otras “bellezas” que premian cada rato.
— Usted es ordinario, terco y anacrónico.
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