lunes, 5 de diciembre de 2022

EL ASUNTO - VIÑETA 483

 
VIÑETA 483
 
El asunto
Jorge Arturo Díaz Reyes, 5 XII 2022 
Fotograma: Plaza Toros TV
El toreo es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los toreros. De haber sido aficionado, quizá Clemenceau, el ultra ministro a quien Francia debe la victoria en la primera guerra mundial y el tratado de paz que la precipitó en la segunda, se habría hoy parafraseado a sí mismo: “La guerra es un asunto demasiado serio para dejarla en manos de los militares”.
 
Seguramente lo habría hecho, contemplando cómo tras décadas, en que las figuras, han extendido su mando más allá de los ruedos; a las taquillas, a las empresas, a las ganaderías, a los palcos presidenciales, a las oficinas gubernamentales de asuntos taurinos, a la publicidad, a la crítica, a los medios…, y por ellos a la afición y la opinión pública. Dictando sus pareceres, imponiendo sus preferencias, normatizando sus caprichos, capoteando los valores. ¿Cómo podría haber excluido de responsabilidad a quienes tanto han influido en el rumbo de la Fiesta?
 
Encarecimiento, facilismo, frivolización, privilegio de lo espectacular sobre lo ritual, remedos del “show business”, deslegitimación, descrédito, contracción, e impopularidad…, en un proceso debilitador que amenaza liquidación.
 
Cierran Iñaquito, La Santamaría, El Bibio, La México… Encogen Las Ventas. Arrecia el prohibicionismo en los parlamentos. La empresa de Madrid advierte: perdemos plata montando carteles a millón de euros. El Juli, paradigma de figuras, le dice con su rostro marcado por viejas cornadas, a la élite de la afición mundial (Asociación el toro de Madrid) en la cara: yo no creo en el torismo, escojo lo que me permite desarrollar mi toreo... Y el coro estalla en las redes: Sí, sí… el “espectáculo” ante todo. Es lo qué hay que salvar.
 
Y el animal sagrado, al que se le deben todas las ventajas. Y el culto a su racial trapío y fiereza imprevisible. Y el hondo significado sacrificial conjunto de la lidia, como voto de honor y comunión con la naturaleza. Y la devoción (emoción) que su verdad infunde. Y la sangre de los mártires (toreros). Y todas esas cosas que han hecho de la tauromaquia parte abismal de la cultura, que la han justificado y engrandecido siempre, y que aún la sostienen… ¿Qué?  ¿No son un asunto demasiado serio…, el auténtico asunto?

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