Dos toros y Maugham
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 20 de mayo del 2014 - 21:25
Era inglés, elitista, pequeño, feo, transgresor y
homosexual. Pero también una de las imaginaciones más ricas, uno de los
escritores más claros, y una de las sensibilidades más exquisitas.
Somerset Maugham, vivió durante su juventud en España. No
me consta, no sé si lo escribió, pero me resulta imposible pensar que no
hubiese asistido al menos a una corrida.
No lo sé. Pero lo que sí sé, es que en su famoso diario
dejó un párrafo que me acompaña por las plazas, especialmente tardes como la
de hoy cuando viviendo el intenso drama en dos actos me preguntaba ¿Qué hago
aquí?
"Olvido que no es más que una insignificante criatura
arrastrándose por una salpicadura de barro, el planeta de un sol menor. Pero su
naturaleza y el arte, incluso contra mi voluntad, me persuaden de la grandeza
del hombre"
Y entonces me contesto, con él: asisto con devoción al
rito sangriento de los toros, por que en él, la naturaleza y el arte me
persuaden cada vez de que la grandeza humana existe, aún dentro de su trágica insignificancia.
Hoy, David, Antonio y Saúl oficiaron otra vez el misterio. Lo sentí. Les
bastaron dos toros.
Crónica de la corrida de hoy en la sección América.
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