viernes, 23 de mayo de 2014

EL PREGÓN DEL RENEGADO - VIÑETA 16



El pregón del renegado

Por Jorge Arturo Díaz Reyes

 
En dos días consecutivos la plaza de Madrid, dio paso a las cinco figuras que se negaron y se renegaron a pisar la de Sevilla. Eran las ocho, Morante, Talavante, El Juli y Manzanares habían pasado con más pena que gloria, cuando Perera, se clavó en los medios y ligó cuatro chicuelinas, dos cordobinas y una revolera. El introito del discurso. Tras un saludado tercio de Sierra, brindó al público y colocó la montera frente a la puerta grande como un desafío.

Lo que siguió fue una contundente predica de su tauromaquia. Estatuario, cinco ayudados, una firma, uno de pecho, y la plaza toda voz y corazón arriba. Bravucón I, alegre y fijo, pronto al toque, siguió la muleta baja que lentamente, templadamente, mandonamente le dibujaba la ruta circular sobre la arena. El tronco vertical, inmóvil, era el centro del compás. Ni un movimiento de más, ni un tranco de menos. Así por diestra como por siniestra.

El natural llegó a la excelsitud tres o cuatro veces, largo y pausado, degustado y redondo. Era el culmen de la faena. Era la faena de la feria. Era el pregón del renegado que habló por todos. La estocada pasadita selló el triunfo que aumentaría con el sexto.

Crónica de la corrida de hoy en la sección América.  

 



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