El torero de la época
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 24 de junio del 2014
Cada época
tuvo su público, su toreo y su torero. Manida verdad. La corrida, como el arte,
refleja la sociedad que la consume.
Siglo
XVIII, (Romero) la plebe toma el ruedo,
democracia. Siglo XIX (Domínguez) toreo épico, romanticismo. Siglo XX
(Belmonte), revolución. Años cuarenta (Manolete), guerra y posguerra. Sesentas
(Cordobés), revuelta juvenil. Ochentas (Espartaco), consumismo.
Las épocas
se identifican con los toreros que los públicos (no siempre la afición)
prefieren. Asi hayan coincido algunas veces.
¿Cómo
rotularíamos las dos últimas décadas, computarizadas, informatizadas y
digitalizadas en todo? Necesariamente cómo la era virtual.
¿Cuál
torero ha producido infalibles llenos, dónde y cómo se anuncié? ¿Cuál
monopoliza los medios? ¿Cuál vende mejor, pese a su intermitencia? Jose Tomás.
No hay duda. Preferido del público actual. Pero, una glosa, sólo después de su
regreso.
¿Porqué
antes no? ¿Qué trajo su retorno? La imagen. La imagen mediatizada, de un
maestro histórico, de poder, estética y verdad heroícas. ¿Virtual o real? Al
público no le importa.
Vino con
un especialista del espectáculo (ya despedido) Salvador Boix. Por plazas de
menor exigencia (excepto una traumática parada en Madrid), con alternantes
cómodos, y a topes con los toros que preselecciona cuidadosamente, arrobando su
predispuesta clientela y haciendo girar el torno como loco. Es la época suya.
Cuando torea José Tomás se está a la espera de algo... No se sabe qué exactame nte pero siempre conectado a la emoción. Excelente nota.
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