Cuatro tardes tenaces
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 8 de junio del 2014
Treinta y
una Corridas continuas. Veinticuatro de toros, tres de novillos, cuatro de
rejones. Y en la última, lleno total. ¿Qué otra plaza podría decir eso? La
fiesta vive en Madrid. En su feria de San Isidro, precisemos. Porque saliendo
de esta, ya es otro cantar.
Muchos
espectadores. Pocos, presenciaron todas las corridas, menos todas las lidias.
No será óbice para la lluvia de análisis, resúmenes, valoraciones, conclusiones.
Cada una según criterio, gusto, interés. Si es que se tienen, propios.
Sino,
tranquilos. Ahí están, omnipresentes, realidad virtual, slogans, clichés. Como
en toda la cultura global, las fábricas de verdades y opinión; medios,
publicidad, marketing, piensan hoy por la clientela.
La fiesta,
la épica fiesta no ha escapado a esta modernización. Es cultura. Era
inevitable. Los modos del "show business", ya están en ella. No hay
que devanarse los cesos, o sentirse inhabilitado, para hablar o escribir, por
no haber ido. Ya el estado general de opinión está creado, sólo déjese llevar.
Ahora, si
usted es un aficionado, quizas guarde
para sí cuatro tardes tenaces, como avales del prestigio y la vigente primacía
de Madrid: La del Ventorrillo, la del Montecillo, la del Puerto y la de
Victorino.
Crónica de la corrida de hoy en la sección América
lo que demuestra que el ¨"toro artista" está out y que las corridas "duras" son bravas y siguen mandando la parada
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