sábado, 28 de junio de 2014

MANET EN PLAZA - VIÑETA 43

Manet en plaza
(A "Goya" que pinta)

Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 27 de junio del 2014

Entró a España en el verano de 1865. Cambió  tren en Pamplona y siguió a Madrid. 16 horas desde Bayona. Era 31 de agosto.

Con calor infernal, se hospedó en el Hotel París (Puerta del Sol), recién inaugurado. Peleó por la comida. Madrugó al Prado, y se deslumbró con Velásquez "el más grande que ha existido", Goya "después del maestro", y El Greco. "Los demás, unos farsantes".

De allí, a la Plaza de la Puerta de Alcalá (1789-1874). ¿Qué toreros vería, en esos 40 días? Salió el 9 de septiembre. ¿Quizás las figuras del momento: Desperdicios, Cúchares, Cayetano Sanz? Improbable. ¿A los jóvenes retadores: El Gordito y El Tato? Posible. ¿O tal vez, como ahora, en aquellos domingos veraniegos, a los anónimos desesperados frente a fieras? Seguro.

Sus pinturas: Saludo del torero (Metropolitan Museum of Art New York), Lidia de toros y La vara acuarela (Museo D'Orsay París), La muerte del toro (Art Institute of Chicago) y Torero muerto (National Gallery Washington), son testimonios gráficos, prefotografía, de sus únicas corridas.

Aunque desde antes el tema ya le cautivaba. Victorine Meurent vestida de torero (Metropolitan Museum of Art New York) y La corrida Le Ballet spagnol (Philips Collection Washington), de 1862 y 1863, lo prueban.
Edouard Manet, muerto joven (51 años), fue un aficionado con poca plaza, mucha sensibilidad e imborrables imágenes. (Ver galería)

viernes, 27 de junio de 2014

ALGECIRAS 2000 - VIÑETA 42

Algeciras 2000
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 27 de junio del 2014



Germán Wolff y el autor. Foto: Vanessa García
     Dejamos Marbella, y a eso de las cinco de la tarde entramos en Algeciras preguntando, equivocando el camino, desandando, dando vueltas, atravesando el Real de la feria, subimos hasta la "Plaza de las Palomas". Frente a ella, "Miguelín", sobre un pedestal, da su "Rodolfína". Tras él, abajo, al fondo; la bahía, La Línea de la Concepción  y el Peñón inglés. ¿Inglés? 

Ya no hay tiempo para buscar hotel. La corrida primero. ¡Qué sol! Criado Holgado mandó un encierro alto, muy armado, con poder, duro, áspero -al que no le faltó sino morder- dijo uno al final. Seguro no se lo quiso torear nadie más. 

Nadie más que tres paisanos necesitados, en una plaza casi vacía, digo: Juan Carlos Landrove, un veterano de La Línea, Juan Muriel y José María Soler, dos jóvenes algecireños. Lo de siempre: a torero modesto, toro grande y billete chico. 
   Landrove, con la primera fiera, pleno de ilusión y ayuno de mando, se dio todo. Desbordado, puso el cuero como argumento, sufrió dos malas cogidas y una de las cornadas más graves de toda la temporada, veinticinco centímetros dentro del vientre. Mientras le operaban sonaron los tres avisos para Muriel, quien espantado no pudo matar al ofensivo "Sabanero".

De allí en adelante no fue sino esperar la tragedia en cada viaje. De suerte no volvió. Todos teníamos miedo, no solo los toreros. Muriel apenas logró unas posturas, y Soler, desaforado, intentó muchas cosas pero no pudo parar sus pies. 

Bajando de la plaza, las casetas feriales bullían en flamenquerías, nos quedamos un rato por ahí, viendo bailar, y después fuimos a buscar hospedaje. No encontramos. 

Ya bien entrada la noche tomamos la carretera de Tarifa, cansados, sin saber bien donde íbamos. Unos diez kilómetros adelante, cuando conversábamos sobre cuanto pudieron parecerse las corridas antiguas a la de hoy, saliendo de una curva vimos el "Mesón de Sancho" y hasta ahí llegamos. 

Nos dieron cabañas frente a una plácida piscina rodeada de altos árboles. Más tarde comprobamos que habíamos acertado, que se estaba bien y se comía mejor, que no era caro y que allí paraba Curro Romero, cuyo largo y esencial monólogo autobiográfico venía devorando Germán desde Madrid. Pura suerte. Fue nuestra base en la feria.



jueves, 26 de junio de 2014

QUIJOTE TORERO - VIÑETA 41

Quijote torero
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 25 de junio del 2014

Hace cuatrocientos años esta "crónica", ya remedaba modos y valores del toreo: generosidad, valentía, honor, lealtad y verdad, rayanos en la insensatez.
(Brindis). Estas señoras zagalas contrahechas son las más hermosas y corteses doncellas del mundo, exceptuando a Dulcinea. Estoy aquí para defenderlas.

(Cite). Embrazando escudo y lanza, sobre Rocinante se puso en mitad del real camino. Todos se taparon. Sólo él se quedó quieto.

(Emoción). --!Apártate que te harán pedazos esos toros! --Le gritaron.

(Aguante) --!Para mí no hay toros que valgan, aunque sean los más bravos que cría Jarama en sus riberas! --Respondió.

(Cogida). Los toros, que a encerrar llevaban a donde otro día habían de correrse, pasaron sobre él, Sancho, Rocinante y el rucio, echándoles a rodar.

(Pundonor). Levantándose, tropezando aquí, cayendo allí, corrió tras ellos, diciendo a voces —¡Deteneos y esperad, canalla malandrina...

Como toda la gesta del Quijote (y del toreo). Parodia nostálgica de lo caballeresco. Risa triste por una ética utópica o perdida. ¿Quién está loco? ¿El que la practica, o los que la rechazan?

Miramos el mundo, y no podemos dejar de amar al viejo estrafalario, ni de apesadumbrarnos por su derrota final a manos de la vil "cordura". Sarcasmo cruel de lo cierto y lo incierto, lo sublime y lo ruin.



martes, 24 de junio de 2014

EL TORERO DE LA ÉPOCA - VIÑETA 40

El torero de la época
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 24 de junio del 2014
Cada época tuvo su público, su toreo y su torero. Manida verdad. La corrida, como el arte, refleja la sociedad que la consume.
Siglo XVIII, (Romero) la plebe  toma el ruedo, democracia. Siglo XIX (Domínguez) toreo épico, romanticismo. Siglo XX (Belmonte), revolución. Años cuarenta (Manolete), guerra y posguerra. Sesentas (Cordobés), revuelta juvenil. Ochentas (Espartaco), consumismo.
Las épocas se identifican con los toreros que los públicos (no siempre la afición) prefieren. Asi hayan coincido algunas veces.
¿Cómo rotularíamos las dos últimas décadas, computarizadas, informatizadas y digitalizadas en todo? Necesariamente cómo la era virtual.
¿Cuál torero ha producido infalibles llenos, dónde y cómo se anuncié? ¿Cuál monopoliza los medios? ¿Cuál vende mejor, pese a su intermitencia? Jose Tomás. No hay duda. Preferido del público actual. Pero, una glosa, sólo después de su regreso.
¿Porqué antes no? ¿Qué trajo su retorno? La imagen. La imagen mediatizada, de un maestro histórico, de poder, estética y verdad heroícas. ¿Virtual o real? Al público no le importa.
Vino con un especialista del espectáculo (ya despedido) Salvador Boix. Por plazas de menor exigencia (excepto una traumática parada en Madrid), con alternantes cómodos, y a topes con los toros que preselecciona cuidadosamente, arrobando su predispuesta clientela y haciendo girar el torno como loco. Es la época suya. 

domingo, 22 de junio de 2014

DE PLATÓN A CURRO PUYA - VIÑETA 39


De Platón a Curro Puya
  (Toreo, fisiología y filosofía)
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 22 de junio del 2014
El futuro no existe (no ha sucedido). El presente tampoco, cuando lo percibimos (nanosegundos después), ya no es. Para la mente solo hay pasado, sensaciones tardías, recuerdos, vestigios.
La memoria guarda. La razón interpreta. La imaginación transforma. El tiempo, convención arbitraria, clasifica el archivo, que nunca fue futuro ni presente. La vida es sueño (Calderón) de otro sueño (Borges).
El pensamiento igual. Es intemporal y ubicuo. Libre, antes o después, allá o acá. Secuencial o simultáneo,
Los sentidos captan y envían vibraciones (energía). Después, el cerebro crea representaciones; imágenes, sonidos, texturas, olores, sabores. Lo hace según su circunstancia, sus condicionamientos.
Nuestro mundo, virtual (Platón), relativo (Einstein), es la traducción de lo que necesitamos, deseamos, fantaseamos, intuimos. Para ello hemos acordado categorías, medidas, valores, sistemas.
Herramientas para explicárnoslo. Para huir del miedo a lo desconocido, a lo ignorado. Para saber, o quizás para creer que sabemos. Magia, religión, técnica, filosofía, ciencia, arte...
Lo bello, lo sabio, lo justo, lo cierto, lo mejor, lo peor... ¿Son verdades absolutas? ¿Son realidades?
Que la verónica de "Curro Puya" detenía el tiempo. Que los naturales de Camino eran infinitos. Que no hay gloria más gloriosa que la de un torero. ¿Son solo metáforas? ¿Exageraciones? ¿Barbarismos? Cada quién pensará lo suyo.


viernes, 20 de junio de 2014

LOS TOROS Y EL REY - VIÑETA 38


Los toros y el rey

Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 20 de junio del 2014

Felipe VI, igual que su madre, pero a diferencia de su padre, abuela y hermanas, no es aficionado a los toros. El tema no ha sido de su interés. Siendo príncipe, sus apariciones por la plaza fueron exóticas.

Tampoco ha dado ninguna muestra de ser antitaurino. Que podría serlo, su familia, los Borbón, de origen francés, que reina en España desde hace 314 años, ha tenido relación irregular con la fiesta. Indiferentes, amigos y enemigos.

El anterior Felipe, quinto, (1700 - 1746), prohibiendo torear a la nobleza, sin querer dio paso a la democrática corrida moderna, y pocos años después a la construcción de plazas históricas como las maestranzas de Sevilla y Ronda. Por su lado, Carlos III y Carlos IV los prohibieron.

La inquietud y la curiosidad sobre la posición del nuevo monarca respecto a este carácter cultural hispano, eran lógicas, generales y justificadas.

No lo mencionó en su primer discurso. Pero dijo: "Una España diversa y unida, donde quepan todos los sentimientos y sensibilidades". Luego invitó cinco toreros a la recepción en palacio: Ponce, Padilla, Conde, Manzanares y El Juli.

Creo que más claro no canta un gallo. Debemos considerarnos incluidos. También los antitaurinos, claro, si son capaces de respetar. Es un compromiso. Palabra de rey.



jueves, 19 de junio de 2014

VUELO 15 - VIÑETA 37


Vuelo 15
Por Jorge Arturo Diaz Reyes, 18 de junio del 2014

Recogieron los restos de la comida. Modorra. La penumbra y el apagado arrullo de los motores, aletargan. El repleto fuselaje flota en la nada como una fantasmagórica sala cuna de bebés enormes, apretujados, dormitando en sus asientos. Mi luz de lectura, es una isla. Cabeceo.

Pero cuidado. Están ahí. Son cinco. Adelante, a mi lado, el pequeño de mirada fanática. Dos en la mitad, y dos en la última fila.

El vecino, se incorpora. Quisiera que al baño. No. Enarbola un queso manchego, con corteza negra y grita --!C4, explosivo, somos mártires! --y corre hacia la cabina de mando. Los otros toman el control. Un llanto de niño es la única protesta.

El altavoz resuena. --Este avión es ahora un arma de nuestra cruzada contra las costumbres bárbaras de los infieles. Nos dirigimos a la plaza de Las Ventas, antro del mal. Quien desobedezca es enemigo.

La inminencia de muerte, abruma, petrifica. !Estúpido! he debido tomar otro vuelo, me recrimino. Rendido e inerme, siento el sudor frío recorrer la espalda. Una mano me agarra el hombro. Trato de zafarme, caen el vaso y el periódico deshojado.

La voz, cortés pide, señor, pliegue la mesa, estamos aterrizando. Confuso, entre sueño y realidad, veo palabras impresas... Inquisición... Barcelona... Quito... Bogotá...