martes, 12 de mayo de 2015

DESDE EL FUTURO - VIÑETA 95

Desde el futuro
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 12 de mayo 2015
 
Ruedo de Las ventas. Foto: Jorge Arturo Díaz
Dicen que hubo una "Época de Oro". Si a eso vamos, quizá varias. Al menos cuatro diría yo. La de Pedro Romero, Costillares y Pepe Hillo, que fundamentó la corrida moderna. La de Lagartijo y Frascuelo, que la depuró. La de Joselito y Belmonte, que la sofisticó. Y la de “El Cordobés”, que la masificó. Además de unas cuantas de plata, claro.

Por supuesto, habrá quien crea que hubo más, o menos, o ninguna. Qué importa. La historia, según el cristal con que se mire, y los rótulos, a gusto del rotulador. ¿Cómo llamarán la nuestra? No sé.

Para quienes den crédito a los que hoy, dentro y fuera, condenan todo, posiblemente pasará como la “Época del apocalipsis”; no toro, no toreo, no toreros, no afición, no público, no verdad. ¡Nada! Solo ellos en su delirada pureza.

Para quienes crean la historia oficial, seguramente quedará como “Era paradisíaca”; llena de toros artistas, donde “se toreó mejor que nunca”, los dioses bajaban a la tierra cada rato entre diluvios de tinta, seguidos por rebaños fervorosos que copaban ciudades coreando loas, y la imagen virtual resplandecía como único valor.

Pero no  faltarán los que a sabiendas de que la literatura taurina es reino de la hipérbole, caven bajo ese detritus de oprobios y lisonjas, y encuentren los vestigios de la realidad que fuimos. Una edad más en que la fiesta lidió como en otras con el mundo que le tocó vivir.

Que tras la picaresca, las pantomimas publicitarias y el mercadeo (recursos de sobrevivencia), estuvo la recia complejidad de siempre, alternando la virtud con el pecado, el valor con el miedo, la gloria con la vergüenza, lo sublime con lo vil.

Sol y sombra de su vieja esencia, razón de su fuerza, su verdad y su hondo significado como rito de vida y muerte. Y entonces quizás concluyan que por habernos y haberla traicionado la matamos.


martes, 5 de mayo de 2015

URBI ET ORBI - VIÑETA 94

Urbi et orbi
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 5 de mayo 2015

A la ciudad y al mundo hablará el toreo desde su basílica durante treinta y un días continuos. Y todo lo que diga, bueno, malo, trascendente, intrascendente, trascenderá.

En el mes mayor de la plaza mayor, la congregación mayor con la mayor densidad, confesará sus verdades, y para bien o para mal, los elementos del culto ya no serán iguales, y así no pase nada, pasará.

Así es y así ha sido, desde aquel 15 de mayo de 1947 cuando “Capachero” de Rogelio del Corral, el toro que inauguró la feria de San Isidro, se le fue vivo con tres avisos a Rafael Ortega Gómez “Gallito”, y para rematar Antonio Bienvenida tampoco pudo estoquear al sexto que le corneó. Feria de mal augurio esa primera, sin las figuras (Domingo Ortega, Manolete, Luis Miguel…), en la que además resultó herido grave “El Choni” y se declaró triunfador sin orejas a Pepín Martín Vásquez.

Parecía que no pasaría nada y pasó. Sesenta y ocho veces pasó, cada una con más eco. Feria magna, que da y quita, que construye y destruye dogmas y prestigios. ¿Ser o no ser? Ella es la cuestión. Su toro, su público, su palco y su crítica que ahora son de todo el mundo, fraguan en el ruedo pálido y ensangrentado la verdad de cada día. La que pese a las banderías y artimañas de las claques, pone al final, cada cosa en su lugar.

¿Acaso podemos olvidar, de la pasada, esos dos cinqueños que despedazaron la terna. O los soberbios encierros de Victorino y Miura, ovacionados de salida y arrastre que sometieron a sus lidiadores y desacreditaron a cuantos pretendieron infamarlos. O la brega de Perera con el puntudo sexto de Adolfo Martín el 3 de junio, que valió por todas la anteriores?

Yo al menos, que con pesar y por fuerza este año habré de llegar tarde, no. Nunca.

martes, 28 de abril de 2015

!MARINA NOS AMA! - VIÑETA 93

¡Marina nos ama!
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 28 de abril 2015

Las ideas, bien o mal, valen más por quien las expresa que por sí mismas. Ese poder encarecedor es privilegio de notorios (no siempre notables). 

¿Cuántas veces la gente, las naciones, la historia, se han despeñado tras las palabras de ídolos del foro fanáticos, criminales, locos? El impertinente Sir Francis Bacon intentó prevenir a la humanidad sobre tal aberración del pensamiento, "ídola fori", pero él era más notable que notorio y fracasó.

Por ejemplo, hace algunos años en Colombia  hubo un conocido entrenador de fútbol que disculpaba sus derrotas con una cháchara de este corte... “Correr es igual a quedarse parado”, “Perder es igual a ganar”. Tales disparates eran reproducidos con adulación por los periodistas que le ungieron como “filósofo deportivo” y lo citaban sin cesar.

Por supuesto, la buena selección en sus manos terminó yéndose de culo, sin que sus creyentes pudieran entender por qué. Ni falta les hacía. Cuando contra toda súplica renunció, inconsolables lo continuaron con su apóstol. ¡Peor!

Pero la verdad sea dicha, los mediáticos a veces aciertan. O bueno, creemos que aciertan, quizá porque dicen lo que queremos oír y caemos de nuevo al juego sin saberlo. Hace una semana, leí en El País de Madrid esto... (y no es de Vargas Llosa)

"Amo las corridas de toros, he ido a muchas, he leído a Hemingway... Las corridas simbolizan la oscuridad y la luz... me entristece que en Barcelona las hayan prohibido. Es muy estúpido prohibir una tradición que viene del alma..."

Nada original, desde luego. Cosas así las dicen cada rato, personas importantes, menos importantes, aficionados, y hasta cualquier chisgarabís... yo mismo. Pero esta vez me conmoví, me alegré, me justifiqué. No por ellas; por quien las dijo. Claro.

Desde Brasil, una señora septuagenaria, bella, ingeniosa, nacida en Yugoeslavia, creadora de un arte que va más allá del arte, “Abuela del perfomance” reconocida, y según especialistas una  de las figuras contemporáneas más influyentes. 

Marina Abramovic, quien por cuna, cultura y oficio podría presumirse ajena del rito, quizá contraria, se ha confesado aficionada, y argumentado su significado y libertad. Leyéndola, he reincidido en el idola fori. Que me perdone Sir Francis. 
   

martes, 21 de abril de 2015

PRIMERA FIGURA - VIÑETA 92 -

Primera figura
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 21 de abril 2015

El toreo es mitología cambiante. Cada generación erige sus ídolos, les adora y les desecha. Los más, antes del retiro. Los otros poco después. Excepcionalmente la gloria sobrevive algunas décadas... un siglo... dos...

"Ciclones", "Revelaciones", "Fenómenos"... tantos  brillaron, desaparecieron, ¿Existieron? Deificaciones efímeras que hoy la pirotecnia del marketing ha hecho tan repentinas y fugaces como las modas de temporada. Como casi todo en la cultura.

Ese consumismo da pie a quienes dicen que el culto es un invento de a lo más 300 años. !Pendejos! ¿Habrán oído hablar de Gilgamesh? Primera tauromaquia, primeras escrituras, primera figura.
  
Que según ellas tenía porqué serlo. Arrojado, poderoso, apuesto. Épico protagonista de hazañas ingentes. Líder entre pares. Domador del bestial enemigo a mejor amigo. Constructor de plazas fuertes. Monarca centenario. Dueño de la eterna juventud. Cultor de amistad. Amante de la vida... Suicida mayor con ochenta que quisieron morir por él. Precursor de la Biblia y el toreo...

"El más espléndido entre los héroes, el más glorioso de los hombres"--¿Alguno, pese al tiempo, la selección del toro y la profesionalización de la lisonja, le ha superado?

Hijo de sacerdote y diosa. Desdeñoso de otra, enamorada, que lo maldijo y le deseó morir en las astas de un toro. El eterno femenino…

"¡Oh Padre mío, crea un toro celeste para que Gilgamesh sepa lo que es el miedo!"

Imprecación fracasada, que sin querer lo convirtió en "primerísima figura"...

"El toro celeste echó espuma sobre el rostro del héroe, le azotó con su gran cola… (y este) Entre la cerviz y los cuernos hundió la espada."

En los terrenos... Entre la cerviz y los cuernos... Estocada delantera, cierto, pero que mereció las orejas que no le dieron, la idolatría que le prodigaron, el mito que le construyeron, y el llanto despechado...

"¡Ay de Gilgamesh que me humilló matando al toro del cielo!"

Creen que vivió hace cuatro mil setecientos años en Sumeria (Irak). Su epopeya, estuvo sepultada por milenios, hasta 1853 cuando desenterrada con la biblioteca de Asurbanipal volvió a conmover y a reclamar la vieja raigambre de la fiesta.

martes, 14 de abril de 2015

"TRANSEXUALIZACIÓN" - VIÑETA 91

"Transexualización"
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 14 de abril 2015
 
Último paseíllo, Centro de Espectáculos Macarena, febrero 14 de 2015
Las dos últimas temporadas en el Centro de Espectáculos Macarena de Medellín, han arrojado pérdidas por mil millones de pesos colombianos (unos 380.000 Euros).

El 14 de febrero, en medio de clamor, pancartas y ruegos de continuidad, el presidente de la empresa "Cormacarena", Santiago Tobón, renunció, aduciendo la negativa de los propietarios, Corporación (Hospital) San Vicente de Paúl “Corpaúl”, a seguir prestando su escenario multiusos para la fiesta brava.

De inmediato estos respondieron que no había tal. Que seguían disponibles también para el toro, pero que ni la recién acéfala empresa por 21 años arrendataria ni otra lo habían solicitado.

Mientras tanto, los aficionados paisas desesperan sin ver futuro. Buscar chivos expiatorios es tan fácil y ladino como echar cortinas de humo con el argumento cómplice de que no hay culpable, que todos lo somos.

Cormacarena durante la mayor parte de su tiempo  fue próspera y exitosa. Mantuvo la fiesta frente al asedio antitaurino, feroz a todo nivel, declarado y encubierto. Resistió hasta dónde pudo. Hay que reconocerlo. No sucumbió por cobardía. Pero quizá sí por equivocación. Al final escogió mal el terreno y dio ventajas a los enemigos, que ahora celebran.

Escoger el terreno propicio es premisa para todo general victorioso. Dicen que Napoleón, lo equivocó en Waterloo, barrizal que atascó su artillería. Santiago también lo hizo en Medellín. Tenía una auténtica plaza de toros, la cual a medio camino fue convertida por sus aliados esnobistas en un búnker sombrío, poco torero donde atascó la afición y terminó siendo derrotado.

Cierto, no fue la única razón, otras hubo, pero el desastre comenzó a fraguarse allí, en el 2004, con esa transexualización en un "Centro de espectáculos", que ahora da 60 diversos al año, de los cuales sólo siete taurinos; los únicos a pérdida. !Claro! Ya no es una plaza de toros.

En Cali, quienes aplaudieron tal cirugía piden imitarla, más radical. Que la plaza también sea techada y multiusos, que para ello altere su título de patrimonio cultural, venda sus terrenos y en ellos "levanten un bello centro comercial".

El extravío de identidad cunde por Colombia. La Macarena convertida en otra cosa, la Santa María secuestrada en riesgo de metamorfosis, y Cañaveralejo en capilla. No podríamos culpar a quién sientiéndose ajeno en su sexo de pronto quiera transformarlo. Pero sí a quien intente operarnos a todos.

martes, 7 de abril de 2015

Y SI NO, NO - VIÑETA 90

Y si no, no
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 7 de abril 2015

Cuentan que por el siglo VIII, cuando los musulmanes invadieron casi toda la península ibérica, los aguerridos caballeros cristianos, resistentes en los Pirineos aragoneses, advertían dignamente al coronar sus reyes:

Nos, que valemos tanto como vos y juntos podemos más que vos, os hacemos nuestro Rey y Señor, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades; y si no, no.

Legendaria fórmula conocida como Fueros de Sobrarbe. La he recordado ahora que una ola de incondicionalidad periodística, saluda la elección del nuevo presidente para la Sociedad Anónima Plaza de Toros de Cali, dueña de "Cañaveralejo" y gestora de su temporada.

Se trata de Alfonso Otoya Mejía. Joven ejecutivo vinculado a uno de los grandes accionistas, la alcaldía del municipio. Esto, los títulos académicos que le avalan como administrador de negocios y el respaldo descomunal de votos obtenido: 15.588 contra 20 por el otro candidato, el maestro Enrique Calvo "El Cali" (abogado) ¡toda una alegoría! le confieren legitimidad total.

Pero debo confesar mi desconocimiento absoluto sobre su afición y experiencia taurina. También, respecto a su programa de gobierno. Además, mi condición de copropietario ínfimo no me habilita para proponerle uno. Sin embargo la devoción de viejo aficionado sí me permite al menos imaginar, a la usanza caballeresca, unas condiciones; por ejemplo...

Os hacemos presidente con tal que guardéis los siguientes diez fueros y libertades:

Paz taurina, con un liderazgo que sólo excluya sectarios, antitaurinos vergonzantes y oportunistas codiciosos.

2º Recuperación de la autosuficiencia financiera (rentabilidad). Nada de vender pedazos de la casa para seguir haciendo fiestas.

3º Defensa del amenazado título "Patrimonio cultural de la nación", obtenido hace 20 años y refrendado recientemente por el Consejo de Estado.

4º Conservación de la integridad territorial y arquitectónica del bien, con adecuado mantenimiento.

5º Restablecimiento de la disminuida categoría de la plaza; su toro, carteles y autoridad.

6º Restauración del mermado número de festejos al que tuvo la temporada hasta hace cuatro años.

7º Mantenimiento de la delegada prefería de novilladas.

8º Soporte a la huérfana Escuela Taurina, restituyéndole sede y financiación suprimidas.

9º Retoma de las abandonadas fechas emblemáticas: 31 de diciembre y 1o de enero.

10º Una eficaz política de cultura taurina, promoción, atención al cliente y reivindicación del reconocimiento por la alcaldía como parte integral y fundadora de la feria de Cali...

Y si no, no… Como juraban los hombres hace 1.200 años en los abismos de Monte Perdido.

miércoles, 1 de abril de 2015

NARCOSIS - VIÑETA 89

Narcosis
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 31 de marzo 2015


Sol, calor, sudor. Estrechez dentro del traje grana. Bullicio, la plaza llena cumple años. Las banderas del tejadillo flamean duro. La tablilla dice: “Sonajero”, 536 kilos, Ambaló.

Es el segundo, negro, bragado, astifino. Bravucón, puntea las capas y el peto. Arrolla los banderilleros. Es bruto. Es un problema. La cosa no pinta bien. Hay que hacer algo.

Tiro la montera y me arrodillo. Ahí mismo, en los medios. De largo, con la muleta por delante. Un gesto, siempre da resultado.

Se arranca de las tablas. Galopa. El suelo trepida. Lo espero quieto, boca seca sonriente, la tempestad va por dentro. Persigue rabioso la muleta, en redondo. !Eso! Una, dos, tres, cuatro veces. Me pasa por la cara como un tren, resoplando, salpicando arena, relumbrando los ojos, obligándome a entrecerrar los míos.

Repite frenético, achicando más y más los círculos del recorrido, mientras el rugido colectivo se agranda. Siempre funciona. Siento la vibración general, el poder de mi brazo, la excitación del dominio. Soy el centro.

Entre óles alcanzo a distinguir la voz de José --¡Parate! ¡Párate! --¿Cómo me voy a parar. No ves cómo está el público? --Respondo mentalmente. Al tiempo que un cañonazo en el pecho, me dispara por el aire. Vuelo desarticulado, la plaza gira, no hay dolor, ni sonido.

Caigo hecho un enredo, indefenso. Pitonazos y pitonazos furiosos. Las costillas crujen. Uno cala el cuello y asoma entre mis dientes, áspero, amargo, lijando los labios. Cuelgo como pez en anzuelo. Revuelo de capotes y arena. Gritos, chillidos, confusión. Me lo quitan. Corren conmigo.

En la enfermería me desnudan con prisa, buscan las venas. Oigo al médico --Dos heridas y traumatismos. Es grave, hay que operar ya --Pienso por primera vez en el fin... Todo se apaga.

De pronto veo la foto, grande, a color. Barrera de por medio abrazo a Marco Emilio Ocampo, el cirujano de la plaza. Es amigo. Le debo la vida. Le brindo el toro. Abro los ojos. No, aún estamos en el quirófano. Seguimos allí. El anestesiólogo dice --Terminamos.

Vuelvo a la fotografía. --Sí, es él, pero no soy el torero que le brinda... Es rubio, es... Manuel Díaz "El Cordobés".

--Entre brumas recuerdo la cita en el consultorio, cuando mirándola en la pared, revivimos con Marco aquel 28 de diciembre del 98. Estábamos programando esta cirugía... No, no fueron dos cornadas las mías, fueron dos vulgares hernias. Pura narcosis anestésica.