martes, 7 de abril de 2015

Y SI NO, NO - VIÑETA 90

Y si no, no
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 7 de abril 2015

Cuentan que por el siglo VIII, cuando los musulmanes invadieron casi toda la península ibérica, los aguerridos caballeros cristianos, resistentes en los Pirineos aragoneses, advertían dignamente al coronar sus reyes:

Nos, que valemos tanto como vos y juntos podemos más que vos, os hacemos nuestro Rey y Señor, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades; y si no, no.

Legendaria fórmula conocida como Fueros de Sobrarbe. La he recordado ahora que una ola de incondicionalidad periodística, saluda la elección del nuevo presidente para la Sociedad Anónima Plaza de Toros de Cali, dueña de "Cañaveralejo" y gestora de su temporada.

Se trata de Alfonso Otoya Mejía. Joven ejecutivo vinculado a uno de los grandes accionistas, la alcaldía del municipio. Esto, los títulos académicos que le avalan como administrador de negocios y el respaldo descomunal de votos obtenido: 15.588 contra 20 por el otro candidato, el maestro Enrique Calvo "El Cali" (abogado) ¡toda una alegoría! le confieren legitimidad total.

Pero debo confesar mi desconocimiento absoluto sobre su afición y experiencia taurina. También, respecto a su programa de gobierno. Además, mi condición de copropietario ínfimo no me habilita para proponerle uno. Sin embargo la devoción de viejo aficionado sí me permite al menos imaginar, a la usanza caballeresca, unas condiciones; por ejemplo...

Os hacemos presidente con tal que guardéis los siguientes diez fueros y libertades:

Paz taurina, con un liderazgo que sólo excluya sectarios, antitaurinos vergonzantes y oportunistas codiciosos.

2º Recuperación de la autosuficiencia financiera (rentabilidad). Nada de vender pedazos de la casa para seguir haciendo fiestas.

3º Defensa del amenazado título "Patrimonio cultural de la nación", obtenido hace 20 años y refrendado recientemente por el Consejo de Estado.

4º Conservación de la integridad territorial y arquitectónica del bien, con adecuado mantenimiento.

5º Restablecimiento de la disminuida categoría de la plaza; su toro, carteles y autoridad.

6º Restauración del mermado número de festejos al que tuvo la temporada hasta hace cuatro años.

7º Mantenimiento de la delegada prefería de novilladas.

8º Soporte a la huérfana Escuela Taurina, restituyéndole sede y financiación suprimidas.

9º Retoma de las abandonadas fechas emblemáticas: 31 de diciembre y 1o de enero.

10º Una eficaz política de cultura taurina, promoción, atención al cliente y reivindicación del reconocimiento por la alcaldía como parte integral y fundadora de la feria de Cali...

Y si no, no… Como juraban los hombres hace 1.200 años en los abismos de Monte Perdido.

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