VIÑETA 521
Jorge Arturo Díaz Reyes 25 XII 2023
Amazona, Cali. Foto: Camilo Díaz |
Esta feria
que cerraba y abría el año taurino en el mundo. Que daba catorce festejos
continuos (sin contar los de preferia), extendiendo su abono a Reyes y Luces (nocturna). Esta, la
pródiga que cobraba menos por las entradas y pagaba más por toros y toreros en
Colombia. La esforzada en su autogestión generosa y benefactora. La que
vendía su aforo completo desde febrero; diez meses antes, sin anunciar
carteles, pues su prestigio garantizaba que pasara lo que pasara siempre serían lujosos.
Esta
postinera, que fue un Potosí empresarial, al que peregrinaron con sus
tauromaquias todos los legendarios lidiadores de las anteriores seis décadas y
media, contando la última, la del acoso bárbaro.
Esta, celebrante
y pletórica, que llegó a ser parangonada con Pamplona, inicia mañana la
temporada más breve de su historia. La número 66, que debería ser la 67 de no
haber sido interrumpida en el 2020 por la pandemia. Más corta incluso que la
inaugural (1957-58), la cual, como la primera de San Isidro en Las Ventas tuvo
solo cinco corridas.
Esta feria
torera, que alumbró la otra feria, la loca, la ebria, la salsómana, la disoluta
y mala hija cuyos perdularios le niegan la madre. Hoy, recogida, culta, digna y
ferviente, agrupa sus ritos, feligresía y devoción en Cañaveralejo, su templo. Dirigida
(tercer año consecutivo) por el decidido turolense Alberto García.
Así resiste
Cali, junto con Manizales como únicas ferias sobrevivientes de la temporada
grande colombiana. Esa que no hace tanto, cortejada incluso por los políticos
que ahora quieren matarla, iba plena, desde Bogotá, capital nacional, a las
departamentales: Medellín, Cartagena, Popayán, Ibagué, Bucaramanga, Armenia...
Para no mencionar las muchas de provincia.
Prueba de fe
serán las cuatro corridas a partir del martes 26, tres de toros y una de
novillos. A estas no vendrá como otrora la primera línea torera del momento
(Morante, Roca Rey, Luque, Manzanares, Castella…), ni los estetas en moda (Juan
Ortega, Pablo Aguado…), ni los retadores (Ginés Marín, Tomás Ruffo, Isaac
Fonseca…), ni los…, bueno, para qué seguir, si solo hubo puesto para nueve:
Joselito
Adame,
primer espada de México, quien alternará con el aguerrido valenciano Román y el fino paisa Juan de Castilla, frente a toros de Salento (Santacoloma-Murube) el
sábado 27.
El
veterano maestro caleño Luis Bolívar, un “inopinado” Alejandro Talavante, segundo del escalafón, y
el triunfador de la feria pasada Emilio de Justo. Ante toros de Vistahermosa (Santacoloma puro) el 28,
cumpleaños de la plaza.
Cierran,
el ahora surrealista Antonio Ferrera, el impetuoso Manuel Escribano y Luis Miguel Castrillón, local por adopción y alternativa,
con los históricos de Mondoñedo (Contreras) conocidos en la monumental
desde su triunfal temporada inicial.
Claro, irá
primero mañana, decía, la novillada de Juan Bernardo Caicedo (Domecq) para: el ubateño Anderson Sánchez felizmente descubierto aquí
en 2021. Repitiendo, Felipe Miguel Negret hijo del antes empresario de la Santamaría
de Bogotá, y debutando el aragonés Cristiano Torres de quien dijo Antonio Lorca
en el País de Madrid el día de su debut allí: “Uno que viene a hacerse rico”.
Cuatro solemnes ritos que, frente al azaroso futuro
del culto y el negocio en Colombia, están en obligación de suplir con calidad la
cantidad perdida. Verdad. Es vital. OneToro los transmitirá por televisión en
directo al mundo.
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