martes, 2 de enero de 2018

ALEGRÍAS - VIÑETA 232

Viñeta 232

Alegrías
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 19 de diciembre 2017

Hay júbilos que uno quisiera compartir, pero no puede. Sucede tan a menudo en los toros. Ovaciones a suertes, tercios, faenas que te dejan fuera, sorprendido y hasta contrariado.

Jolgorios por muletazos descargados, banderillas a toro pasado, lidias incongruentes, y tú ahí, marginado, aburrido, ignorado, preguntándote —qué fue lo que vieron estos.

Pues algo parecido me pasa hoy ante la noticia de que la cámara baja del Congreso colombiano le ha vuelto la espalda con su ausentismo (falta de quórum) al proyecto de ley que busca prohibir las corridas, convertirlas en delito y a sus fieles en delincuentes.

¡Estocada, hundimiento, fracaso de la ley antitaurina! titulan los medios y celebran como indultados muchos aficionados, amigos, conocidos... Y yo aparte, carilargo, preocupado, releyendo que al mismo tiempo la vicepresidenta de la cámara promete mostrar como primer punto del orden del día para 2018, de nuevo el rastro malhadado del ex ministro Cristo.

—No importa —me anima mi mujer —El primer trimestre del próximo año, los parlamentarios estarán hasta el cuello con problemas cruciales del país, las elecciones del presidente de la república y de sus propias curules, que serán en marzo. No van a dejar eso de lado para volver sobre la deposición inquisitorial de un político derrotado.

—En sana lógica tendrías razón —le digo, —¿Pero acaso ha sido esa la norma en el templo de nuestra democracia? Y así no lo hagan el próximo trimestre lo harán luego. Esto no es más que un aplazamiento. Seguimos en el pabellón de la muerte.

—No exageres, no seas pesimista, fíjate que en España el Tribunal Constitucional también congeló el embeleco ese de la corrida balear.

—Solo por seis meses, cautelarmente…

—Bueno, al menos no los aprobaron aquí ni allá.

—Está bien —digo sin convicción, solo por la paz del hogar, aun pensando que el palo no está pa’ cucharas —alista la bota y la bata de pepas que ya viene la feria.

martes, 12 de diciembre de 2017

LA PARTE Y EL TODO - VIÑETA 231

Viñeta 231

La parte y el todo
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 12 de diciembre 2017

Licenciado de Falces. Goya (detalle)
Un detalle no hace una obra de arte. Cierto, pero sí puede llegar a serlo en sí mismo, dejando de ser detalle.

No es un simple retruécano. El hecho sucede cuando la parte se independiza del todo, se magnifica, ganando identidad propia, y brillando por sí misma.

En el arte del toreo los ejemplos abundan. Suertes, tercios, gestos, imágenes, momentos que con su fulgor han borrado faenas, corridas, temporadas... Que han alcanzado perennidad. Para citar algunos de los más traídos o menos controvertidos:

El recorte de Bernardo Alcalde Merino “Licenciado de Falces”, no sé dónde, promediando el siglo XVIII, evocado y grabado por Goya muchos años después.

La estocada de Machaquito a “Barbero” de Miura en Madrid el 9 de mayo de 1907, esculpida por Mariano Benlliure. "Lo extraordinariamente bello y magnifico, no superado ni igualado por nadie, fue la estocada". Escribió Don Modesto en su crónica ese día.

“El par de Pamplona”, que Rodolfo Gaona, ejecutó al Concha y Sierra el 8 de julio de 1915. Notariado en las enciclopedias taurinas.

La media verónica de Rafael de Paula en el bicentenario de la plaza de Aranjuez 1997, universalizada por la televisión.

Los contextos del que se desprendieron tales creaciones han sido olvidados o si se recuerdan solo es porque sirvieron de marco.

Sin embargo, con todo y su luz propia estas no pasan de ser fragmentos sueltos ante la unidad rotunda del toreo. Más difícil de contener completa en la memoria; la faena de principio a fin. Obra total, alegoría de la vida, ofrenda y sacrificio del animal esencial.

Planeta mayor cuya gravedad puede incluso cambiar el orden al sistema universal de la torería. Como aquella en Madrid que Juan Belmonte ofició hace un siglo, el 21 de junio, al sexto Concha y Sierra. Corrida del Montepío, cuando el público rechazándolo gritaba a Gaona y Joselito, sus alternantes —¡Los dos solos! ¡Los dos solos! 

martes, 5 de diciembre de 2017

!QUÉ PESADO! - VIÑETA 230

Viñeta 230

¡Qué pesado!
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 5 de diciembre 2017

Cristo y los anti radican proyecto. Foto: www.hasbnoticias.com
Hoy en Colombia, la mayor amenaza contra la fiesta es el proyecto de ley, avanzado en el parlamento, “por el cual se prohíbe la tauromaquia en todo el territorio nacional”.

Su autor, el político Juan Fernando Cristo, antitaurino converso, quien usando atribuciones como ministro del interior matriculó con gran difusión mediática la iniciativa en el Congreso, se ha pegado un batacazo electoral estruendoso.

Renunció a su muy alto cargo para ir tras una dignidad mayor; la presidencia de la república. Nada menos. Pero en las primeras de cambio ha sido descartado. Minoritario hasta en su propio partido, cuya costosa y escuálida elección de candidato (45 mil millones del dinero público para consultar 700 mil parroquianos), le dejó sin el pan, sin el queso y además con él descontento ciudadano.

De no apostar con tino sus lealtades para el próximo gobierno. Quizá termine reducido a liderar huestes prohibicionistas. A merodear corridas altavoz en mano arengando energúmenos. A emular por ahí con su menos impopular colega, el ex alcalde Petro. Poca cosa para él, pero como dicen los del oficio, mejor cabeza de ratón que…

Y eso, si su alegre pasado salpicado de tardes gratuitas en los callejones de las plazas no le resulta enrostrado y usado a la contra por competidores de cabecillazgo. Que allí también los habrá. La lucha por el poder, sin importar ámbito no suele ser elegante.

Su cola de paja taurina, más inflamable ahora, despojado de la investidura ministerial, podría terminar quemándole hasta ese peoresnada. Los cambios de bando rentan a veces, pero no inspiran confianzas.

Desde la otra orilla, sus perseguidos, los aficionados, a quienes él quiere condenar a la extinción por su mismo pecado, “no ser mayoría”, miramos el estrellón sin celebrar, aunque sí con el alivio momentáneo de quien le quitan un fardo de encima —¡Qué pesado!

Y digo alivio momentáneo, pues en esto de la política cuando cae uno sube otro. Generalmente más cargante.

martes, 28 de noviembre de 2017

¿SOPA DE GANSO? - VIÑETA 229

Viñeta 229

¿Sopa de ganso?
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 28 de noviembre 2017

 “Estos son mis principios... Si no le gustan tengo otros”. Sigue ironizando Groucho Marx, desde 1933, en su clásica película “Sopa de ganso”. Gloriosa época hollywoodense aquella, cuando el recién parlante cine hacía reír pensando y la “violación consentida” no era requisito del estrellato.

Tiempos de teatros con molduras, escenarios y telones de terciopelo rojo, que se abrían a proyecciones cuadradas, blanquinegras, en oscuridades cómplices de besuqueos furtivos. Patrulladas por vendedores de dulces con linterna y cajón colgado. Matiné, vespertina y noche precedidos de parpadeantes noticieros que revivían sucedidos meses o años atrás. Duraron como hasta los sesenta, recuerdo.

Tiempos de guerras, entreguerras y más guerras. Tiempos de morir por la causa, la patria, el pretexto… Tiempos de fascinación por los toros; de Lorca, Picasso, Hemingway, Cossío… de Sánchez Mejías, Carmelo Pérez, “Curro Puya” (que paraba los relojes). Se vivía, se toreaba y se moría a otro ritmo.

Y avanzó el progreso; cinema, televisión, “Cordobés”, rock, mega urbes, polución, Vietnam, 68, muro abajo, muro arriba, informática, globalización… Mucho cambió; consumo, gustos, moral …, amor y mercado libres. Hasta el terrorismo y la masacre soltaron amarras, mientras el toreo se prohibía.

Esta nueva sociedad, inmersa en sus hecatombes de animales indefensos, victimización de niños, mujeres, ancianos y encochinamiento del hábitat no lo puede comprender ni tolerar. Su ética la cuestiona, su estética le irrita, su realismo la escandaliza.

Entonces, alarmados algunos estrategas del mercadeo taurino, urgen “adaptarse” a ella. Cambiar el producto para recuperar ventas. Pero el toreo, instinto más viejo que el hombre y el toro, no solo es espectáculo comercial (forma moderna). Desde siempre ha sido naturaleza, juego, ecología, combate, libertad, arte, rito, sacrificio, esencia, culto. Está en sus códigos biológicos y litúrgicos.

¿Qué vamos a cambiar, el show business o el credo?  ¿Son lo mismo acaso? Qué ofreceremos a los torquemadas del antitaurinismo, que sí son el problema (pregunten en Barcelona, Bogotá o el Congreso de Colombia) ¿Les diremos como Groucho --aquí están nuestros principios, si no les gustan tenemos otros?

Pasó en Quito. Ni negocio ni culto. Sopa de ganso.

viernes, 24 de noviembre de 2017

COLOMBIA CUATRO FUERTES - VIÑETA 228

Viñeta 228

Colombia cuatro fuertes
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 21 de noviembre 2017

La Santamaría, mañana del domingo 29 de enero 2017. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
Como ejército en tierra hostil, esta temporada colombiana se ha hecho fuerte en sus plazas de primera. Cali, Manizales, Bogotá y Medellín, orden cronológico. Casi todos los baluartes menores han caído, con o sin combate.

El toreo por acá recuerda al general Navarre en la batalla de Dien Bien Phu 1954. Sitiado, dándole a la manivela del teléfono militar, llamando a las guarniciones periféricas…

--Hola Beatrice… Hola Beatrice… (silencio)
--Hola Isabelle… Hola Isabelle… (silencio)
--Hola Heliane… Hola Heliane… (silencio)…

Reducido en los cuatro bastiones a veintitrés festejos, fuera de pre ferias, e incluyendo un festival y dos novilladas. Desfilarán 55 lidiadores, de los cuales 31 colombianos, 20 españoles, 2 franceses, 1 peruano y 1 venezolano.

El estado mayor estará presidido por Andrés Roca Rey, único anunciado en todos los frentes. Secundado por los repitentes con él en Cali, Bolívar y López SimónRamsés en Bogotá, y en el festival de Manizales PonceJuliCastella y de nuevo con Bolívar. Los demás irán a cada coso llevando en las cananas apenas las dos balas de sus únicas corridas.

Los esperan ganaderías nativas. De ellas, únicamente Juan Bernardo Caicedo (Domecq) lidiará en todas. Las Ventas (Domecq) de César Rincón hará bis en Cañaveralejo, (única que lo anuncia) y Ernesto Gutiérrez (Santacoloma-Murube) en Manizales. Brillan por su ausencia hierros de bien ganado prestigio nacional; Ernesto González (Santacoloma) cuyo ganadero murió recientemente, y los ofensivos Guachicono (Torrestrella). El histórico Mondoñedo (Contreras) echará exclusividad en la plaza que fundó, la muy aguerrida y heroica Santamaría, pero lo hará con ocho toros. No habrá rejoneo, por alerta sanitaria equina.

Una larga y pugnaz huelga de pilotos, que ha medio incomunicado al país, ya en vías de solución, seguramente no sumará obstáculos.

Por lo demás… Hola Cartagena… (silencio). Hola Popayán… (silencio). Hola Armenia… (silencio). Hola Duitama… (silencio). Hola Palmira… (silencio). Hola Bucaramanga… Nada... Defenderemos las posiciones hasta el último toro. Cambio y fuera.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

EL TIEMPO ES TORO - VIÑETA 227

Viñeta 227

El tiempo es toro
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 14 de noviembre 2017

Cañaveralejo. Foto: Camilo Díaz
Tres horas tres minutos, y tres horas cuarenta, duraron cada una de las dos últimas corridas de pre feria en Cali. Demasiado, aun considerando que fueron de siete toros y además la segunda, precedida por un bello desfile pro libertad.

Es que hay límites fisiológicos. Tras dos horas de la tensión sostenida que impone una corrida (buena o mala) en el espectador, aparece fatiga, irritabilidad, atención dispersa y dolor glúteo.

La sabia tradición lo ha ritualizado. El preámbulo breve del paseíllo, seis lidias lógicas con sus intermedios cortos, precisos, la despedida de las cuadrillas y pare de contar. Salvo, accidentes, eventualidades climáticas, indultos o devolución de toros, poco, muy poco más de 120 minutos.

¿Por qué se alargan inmisericordemente? Por dos razones. La desmesura en las faenas y la congelación de sus intervalos. La primera, una perversión al concepto belmontista del último tercio en el cual el muleteo ha pasado a llamarse por sí solo “la faena”. De ser sobria preparación litúrgica del sacrificio, se ha hipertrofiado a coreografía protagónica que determina su valor y recompensa, en desmedro de las otras dos terceras partes. Incluso de la suerte suprema, que cada vez cuenta menos.

“Pasan y más repasan los toros hasta extenuarlos para luego abalanzarse sobre ellos y estoquearlos” Advertían los ortodoxos dieciochescos cuando “Costillares” entronizó el volapié. Tenían razón. El animal sagrado debe llegar con fuerzas al último encuentro. Es cuestión de honor.

La otra causa de morosidad es usar el momento ceremonial, funerario del arrastre para manipular. Demorar el tiro descaradamente para dar tiempo a los orejeros de acorralar al presidente. Pero también para mercadear, sacar publicidad, cortar las vueltas al ruedo colgándole propagandas oportunistas al triunfador, y para colmo, el exhibicionismo de los areneros en algunas plazas que quieren convertir su virtuosismo con el rastrillo en otro arte de insufrible lentitud.

Todo eso va contra la fiesta, mejor por aguarla. El tiempo de la corrida debe ser el justo tiempo del toro. No más. 

!PERDÓNALOS JUAN...! - VIÑETA 226

Viñeta 226

¡Perdónalos Juan...!
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 7 de noviembre 2017

Belmonte. Foto: www.galeón.com
Se han reunido en Sevilla, un torero, un cineasta, un editor, dos novelistas. Todos, famosos profesionales de la imagen, y han descubierto “unánimemente”, qué si no es por Chaves Nogales, la que tenemos de Belmonte no existiría.

El eco mediático de tal ocurrencia fue proporcional a la vitola de sus autores. Las cosas valen más por quien las dice que por sí mismas. De pronto Perico de los Palotes, despotrica eso y le cuesta un coscorrón. 

Tan duro como el que me ha pegado semejante blasfemia. Pues a mis diez años, ante una estantería de la vieja Buchholz en Bogotá, comencé a leer furtivamente, días tras día, “Juan Belmonte matador de toros”, e inicié con ese libro un vínculo que terminó siendo entrañable, vitalicio y uno de los culpables de mi afición a la historia torera y también de mi afecto por el relator y el escritor. Aquí lo tengo.

Lo atesoro, aunque no hasta el fanatismo deportivo de clasificarlo “el mejor libro que se ha escrito sobre toros”. Es uno de los que más me conmueve, sí. Por la concurrencia de los dos grandes talentos en esa tenaz autobiografía. Tan temprana, como si los otros veintisiete años vividos hasta matarse sobraran. Dictada en primera persona, para un amanuense invisible. De manera tan íntima y presencial, tan desnuda y desgarrada. Como infidencias al fondo de cualquier tasca. Mérito también del redactor, claro, que no deja ver la obra negra.

Impresa en 1935 cuando Belmonte, ahíto de gloria y de hacer correr mares y mares de tinta, se retiraba del toreo. No la necesitaba para marcar el resto del tiempo universal, el posbelmontismo. Ahí están los testimonios, Corrochano, Clarito, Corinto y Oro, Hemingway… los innumerables textos… el Cossío… La estatua en el altozano de Triana… la tauromaquia de hoy que lo reedita faena tras faena…

Juan, quienes ahora te llaman criatura de Chaves Nogales, no saben lo que dicen. ¡Perdónalos!