lunes, 17 de octubre de 2022

NO FUE UNA SEMANA CUALQUIERA - VIÑETA 476

 
VIÑETA 476
 
No fue una semana cualquiera
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 17 2022
 
Hispanidad. Talavante y Joselito (apoderado). Foto: Las Ventas
No, no fue una más esta semana que cerró ayer a rejones las ferias de Jaén y Zaragoza, y de paso toda la temporada europea 2022, (salvo dos o tres festejos sueltos).
 
Había despertado el lunes 10 sobresaltada por los ecos iracundos de Morante, tras su pitada presentación con la corrida del Puerto en Las Ventas. --¡Mentiroso y chufla!-- increpó en el callejón a Miguel Abellán, director de asuntos taurinos de la Comunidad de Madrid, por no haber bajado “tanto así” el nivel del ruedo.
 
El martes en Colombia, una comisión “accidental” de parlamentarios, a toro pasado, continuaba por Bogotá llevando su pantomima “socializadora” de sordas “audiencias” que incluyó Manizales y Cali, con su proyecto de ley prohibicionista, el cual todos los partidos, unos más otros. menos, habían aprobado ya, de antemano, por abrumadora mayoría (101 a 23) en la plenaria de la cámara. Burla.
 
Mientras por contra, en Portugal, el presidente vetaba una ley que impediría a los menores de edad asistir a corridas en su país. Acá se estrenaba con éxito la película “Pepe Cáceres”, dirigida y protagonizada por su hijo Sebastián, y, cuarenta vacas de Guadalix eran exportadas a la ganadería mexicana de Golondrinas.
 
El miércoles 12, Hispanidad, con cartel de “No hay billetes” colgado desde semanas atrás en Las Ventas, Roca Rey abre la puerta grande junto a un sorprendente Francisco de Manuel, en tanto que a Talavante se le va un toro vivo y un titular grita: “Roca Rey: amo y señor de la temporada”. El becerrista Marco Pérez corta un rabo en el festival de La Maestranza, y José Juan Fraile, ganadero de El Puerto de San Lorenzo, glosa la protesta de Morante, diciendo que a él no le pareció que el ruedo de Madrid hubiese perjudicado la lidia de sus toros.
 
El jueves, contra viento y marea, Cali lanza los carteles de su feria decembrina (¿última?), con los triunfadores toros de Victorino Martín, Roca Rey, Emilio de Justo, Ferrera, Joselito Adame y Luis Bolívar como puntales. Brillan por ausentes los venteños de César Rincón que dieron una tarde histórica en la feria inmediatamente anterior.
 
El viernes en Zaragoza, otra vez Morante, quien exprimiendo números busca cumplir su promesa de superar las 100 corridas este año, es aclamado, y el “moranteo” loado como sucedáneo del toreo, por una faena de oreja con un manso flojo y pocacosa de Juan Pedro. Lejos, en Manizales, comienza en blanco la feria “Toros y Ciudad” (¿última?).
 
El sábado, triunfos por doquier. Ginés Marín, muy torero, hace llorar en el misericordioso ruedo al venerable picador Agustín Navarro, brindándole como despedida su triunfal faena con “Defensor”, el quinto de José Vásquez. Al tiempo que De Justo sale a hombros de Jaén, y Luque con cuatro orejas, rabo y De Miranda al costado, hacía lo propio en la “Pinzoniana” de Huelva. También “El Zapata” en Apizaco.
 
Ayer, al séptimo día, en el doble colofón ecuestre: Diego Ventura gana todo en Zaragoza, y Galán, Leonardo y Vicens, salen a hombros de Jaén. Y en lo pedestre:  Antonio Grande triunfal alternativa con Luque y Morante en Alba de Tormes, y así mismo Clemente con toros de Valverde en Istres. Pachuca, Guadalajara y Cadereyta reparten orejas, y en Manizales una manifestación libertaria, toreos de luces en cabeza, recorre las calles como preámbulo a la corrida del toro que terminó marcada por una gran faena de Ricardo Rivera a un noble gutiérrez…
 
Bueno, si como decía Ortega y Gasset, un mérito mayor de los toros es dar a la gente de qué hablar, esta semana cumplió con creces.
 

lunes, 10 de octubre de 2022

LA MUERTE DIGNA - VIÑETA 475

 
VIÑETA 475
La muerte digna
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 10 2022
Vuelta al ruedo a “Malagueño”, Nº 1 de Alcurrucén, mayo 24 de 2016. Foto: Las Ventas
El único animal que el hombre no mata hoy en indefensión, a mansalva y sobreseguro, es el toro de lidia. Esa verdad brutal, que la corrida desenmascara, ritualiza y purga cada tarde, hiere la hipocresía del antitaurinismo y lo mueve a clamar por su extinción.
 
La especie humana, llevada de su voracidad, ha violado las leyes naturales, roto el equilibrio ecológico, proliferado y abusado, amenazando la existencia del hábitat común. Desde hace mucho, no son los tiempos del recolector-cazador que, a riesgo propio, igual que los otros especímenes con los que competía, jugaba limpio, arrancaba, mataba y consumía solo aquello que necesitaba para vivir. Ahora son los tiempos del exceso, la sobreproducción, el consumismo, el derroche y la mega basura.
 
Son tiempos de cultivo, explotación, cría y masacre intensivos. Extracción desaforada, deforestación vesiánica, pesca masiva, mataderos en serie, y paradójica negación de la muerte. A la que no se considera parte de la vida, culminación de un ciclo que abre otros nuevos. No, no es eso, es anomalía inaceptable.
 
Enajenación de un mundo virtual. Delirio de un vivir sin término. Escape imaginario a la inexorable realidad. Entelequia del derecho animal y la cotidiana carnicería. Vehemencia de políticos aitos de proteinas, grasas y adornos de cuero. Abominación de la muerte digna porque debe ser indigna.
 
Prohibición de un culto ancestral que recuerda épocas olvidadas, de una ceremonia de honor y estética que recrea el acto fundamental de la biología, la lucha por la vida. Frente a frente, sin ventajas. Muriendo el uno y el otro eventualmente, con liturgia, lealtad, identidad y respeto. No con alevosía, ocultamiento, anonimato y sordidez.
 
No, eso no es parangón admisible para una cultura tan disparatada en su falacia de progreso. El toro bravo no debe volver a morir con dignidad, ejerciendo su instinto, batiéndose, avergonzando la falta de vergüenza. Debe desaparecer de la tierra, para que los otros animales, todos, inermes, puedan seguir siendo asesinados, descuartizados, cocinados, devorados por miríadas. En aras del moralismo, supuestamente animalista, que no aguanta espejos delatores.
 

lunes, 3 de octubre de 2022

LAS AUDIENCIAS DEL SORDO - VIÑETA 474

 
VIÑETA 474
Las audiencias del sordo
Jorge Arturo Díaz Reyes, X 3 2022 

Una variopinta comisión de parlamentarios encabezada por Juan Carlos Losada, ponente ante el Congreso colombiano del enésimo proyecto prohibicionista, prepara una gira relámpago de “audiencias públicas” por Manizales, Bogotá y Cali en fechas a definir.
 
El político bogotano, altisonante moralista, enconado antitaurino, y no se, no me consta, si veterano de asonadas y otros hechos inciviles en la plaza de Santamaría, llegó a su excesivamente remunerada curul enarbolando la criminalización del toreo como bandera, y hallando complicidad casi unánime.
 
Su diatriba nada original, contra esta tradición medio milenaria en el país, parte integral de su cultura, legitimada por la constitución nacional mediante ley es, en resumen:
 
Que debe ser eliminada del territorio en cualquiera de sus formas, porque le parece: “arcaica, caduca, bárbara, corruptora de la juventud, impuesta por una no minoría, sí minoría de poder (contradicción), que instiga la violencia y viola el “derecho animal” (del cual se considera concesionario y portavoz inconsulto)”.
 
Losada, miembro de la coalición actual del gobierno, cuya consigna de campaña fue, “pacto histórico mediante un gran diálogo nacional”, intenta, en compañía de sus colegas viajeros, vender congruencia. Guardar apariencia democrática con esta tournée “socializadora”, ya prejuzgada. Sobre segura, claro, pues qué pueden perder viniendo con respaldo de sus agresivas claques a poner la oreja mocha, y menos haciéndolo con viáticos y gastos pagos (por nosotros). O mejor aun, cuando al tiempo aprovechan tribuna, presumen superioridad moral y levantan clientela.
 
Ofreciendo a los herejes que voluntariamente acepten renegar de su culto y renunciar a su modus vivendi, la indulgencia de ser en seis meses “reconvertidos” (rehabilitados) ciudadana y laboralmente, o si no reprimidos. Misma, extendida a los carniceros grupos narcos que infestan el país.
 
¿Cuál diálogo, cuál pacto, cuál respeto a la diferencia y a las minorías? Qué tal intolerancia y demagogia sean iniciativa de un liberal, respaldada por los otros partidos (la reciente votación en la plenaria quedó 101 a 23 en su favor), los vuelve a mostrar como asociaciones desideologizadas de mercadeo electoral, a los que apenas diferencia su competencia por el poder burocrático y el control de las finanzas públicas.
 
¿Habrá profesionales o aficionados taurinos que quieran hacer de comparsas en estas audiencias del sordo, cuando sea que las den? Quizás... “Hay gente pa’ toó”, decía El Gallo…
 

lunes, 26 de septiembre de 2022

ROCA, REY MIDAS - VIÑETA 473

 
VIÑETA 473
Roca, Rey Midas
Jorge Arturo Díaz Reyes, IX 26 2022
Roca Rey en Sevilla. Fotograma, Plaza Toros TV
 Triunfo tras triunfo, puerta tras puerta, taquilla tras taquilla cayendo a su paso. Así ha sido la temporada 2022 del joven peruano. Y así llegó el sábado a Sevilla. Donde sorprendentemente no triunfó ni “abrió la puerta”, pero volvió a reventar la venta y la reventa. Cosa que no pudo emular ni siquiera el divinizado Morante, dos días después de una faena histórica, con apenas tres cuartos imperdonables de entrada.
 
El asunto en últimas es el parné. Lo que importa, no solo a los empresarios, a todo el mundo taurino. Incluida la crítica que se fatiga y fatiga proponiendo alquimias. Dinero, sustento de la Fiesta que había cerrado el 2018 con un anémico balance. Quebrado después en los tres pestíferos años que siguieron.
 
Plazas tapiadas, ferias canceladas, clientela encuarentenada, torería en paro, toros al matadero… ganaderías enteras. Crisis, crisis. Solo un milagro, pensábamos. Y entonces, por marzo, volvió Andrés a España con su mutismo, su sangre fría y sus largas piernas, a estacarse en el terreno del toro (el bueno y el malo), aguantarlo, pasárselo por todas partes, ligándolo, templándolo y mandándolo, a despecho de querencias, fobias y estilismos.
 
Impertérrito, arriesgándolo todo, soportándolo todo, sobreponiéndose a todo. Sin palabras, con hechos. Abrumando. Y los públicos a él, como ha sucedido siempre con los que así los impactan. ¡Quiero dos para Roca Rey! exigen amontonados en las ventanillas, recordando esos sesenta de Manuel Benítez, a quien también algunos ponían peros taurómacos, que no hacían sino estimular su demanda.
 
El torero de masas no necesita mercadotecnia. Cada quien lo valora como le conviene, pero todos quieren verlo. Esa es la cosa. Ningún espada latinoamericano desde los buenos tiempos de Rincón, lo había demostrado con tanto tirón. Y al menos en la última década, cuando tanto se necesitó, ningún europeo.
 
Sin coreografía, disfraces, poses, ni discursos. Parco, apenas contestando a la prensa, por no hacer el patán, va de ruedo en ruedo con su capote, muleta y espada, como aquel mitológico rey frigio convirtiendo en oro cuánto contrato toca, y de paso salvando la Fiesta. ¿No es lo que queríamos?

lunes, 12 de septiembre de 2022

MIRANDO A FRANCIA - VIÑETA 472

 
VIÑETA 472 
Mirando a Francia
Jorge Arturo Díaz Reyes, IX 11 2022
Dax ayer. Fotograma: Plaza Toros TV
Mientras en América la impostura transideológica criminaliza la tauromaquia, y en España la barbarie ilustrada pugna por amputarla de la cultura y la vida, mirar, aunque solo sea por televisión, hacia la Francia libre reconforta.
 
Por ejemplo, ayer en Dax, al cierre de su feria “Toros y salsa” (nombre frívolo, pero con mucho devoto público), los toros de Fraile, moderados de volumen y armas, cuatro con el hierro del Puerto de San Lorenzo, y primero y sexto con el de Ventana del Puerto, abrieron un menú de diversas opciones lidiadoras a una terna sevillana que ofició con sus distintas personalidades en una corrida de contenido.
 
Un Luque cuasi perfecto, un Morante más allá del arte y un Juan Ortega de inefable exquisitez, interpretaron cada cual a su manera los respectivos lotes. Llevando la tarde de la sima a la cima y de nuevo a la sima. Primero el manso al que José Antonio no le dedicó el menor esfuerzo y le malmató, entrando seis veces a paso de banderillas, las cinco primeras contra hueso y la última estocada corta de tardo efecto. Su grey se dividió.
 
Pero con el cuarto, enrazado y exigente, que se le coló al primer viaje, mostró que su atuendo reminiscente del toreo romántico no solo es para el consumo de noveleros, que también trae dentro un lidiador acorde al ornato. Peleón, se trenzó de tu a tu con el sedicioso en nueve lances y medio, más una larga de la cual salió desarmado y perseguido, pero no desairado.  Pues el acoso puso de presente lo seria que iba la cosa. No fue una faena limpia, no fue una faena de languidez ni floritura, fue una reyerta fiera, que la banda y la grada sintieron hondo desde la primera tanda, de seis ayudados altos y bajos, natural, molinete, ayudado, natural y pecho. Algunos de moderna postura y compostura, y otros a la antigua. Y así toda la brega, larga e intensa de lado y lado. Una estocada total arriba con poca muerte, que atrajo un aviso tardío y una espera impertérrita del maestro, lejos, acodado en tablas. Rodó al fin “Langosto” y la petición de oreja no fue toda la que mereció la muy significativa faena.
   
El tercero, alegre y noble, pero a menos. Juan Ortega brindó con él las cosas más bellas de la tarde. Entre verónicas de saludo y delantales de quite, su inicio genuflexo con la muleta, los adicionales de remate, los seis naturales redondos, lentísimos, templadísimos y ligadísimos echaron las campanas al vuelo. La obra sostuvo la tesitura sublime hasta que “Buscarillo” perdió celo, la porfía sobró, y la media espada en sitio, aviso y descabello dieron un cierre innjusto.
El Algabeño había saludado, tras su segundo expuesto par del cual salió perseguido y por poco cazado en tablas. Con el sexto, mansurrón, el trianero atercó lo imposible llevando al aburrimiento: Seis pinchazos, un aviso y un descabello. Le faltó medida a Juan en ambos turnos.
 
Luque, sin mácula con un noblote soso y también con el bravo de la tarde. Si con el uno la falta de transmisión nubló la exactitud del toreo, con el otro alcanzó la cima como decía. “Malvarrosa”, cornivuelto, negro, número 134, de 538 kilos, atacó pronto y de largo desde que salió hasta que murió. Tomó a galope desde los medios las dos varas de Juan de Dios. Con igual brío las tres chicuelinas y la revolera del quite de Ortega, las cuatro cordobinas, media y larga del de Luque y se les fue encima a los banderilleros. Se dolió, quizá la única peca.
 
Luego, siguió la muleta, fijo, codicioso y repetido, circundando al torero que no e concedía un milímetro de terreno. “Zocato” diría en le callejón: “a Luque hay que contarle no los pasos que da sino los que no da”. Quietud, economía, precisión, estética y emoción. La plaza rugía ¡Luque, Luque! y para terminar en los medios, tres naturales en círculo, cuatro luquesinas a toro uncido y un estocadón hasta la bola que hizo incuestionables las dos orejas y la puerta grande.
 
Viendo la desaprensión del público, recordé que en los Campos Eliseos de Paris, bajo una estatua del general De Gaulle, hay una frase suya. “La historia de Francia es la de un compromiso eterno con la libertad”. Que incluye la tauromaquia, por supuesto.

lunes, 5 de septiembre de 2022

GLORIA Y DESECHO - VIÑETA 471

 
VIÑETA 471
 
Gloria y desecho
Jorge Arturo Díaz Reyes, IX 5 2022 
Fotograma: Plaza Toros TV
En esta era del todo es desechable, la gloria también. Incluso la torera, de la cual Antonio Caballero decía era la más gloriosa. Cuánto “jugarse la vida”, cuánta “faena del siglo”, cuánto “héroe” a hombros, cuánto toro “de bandera”, cuánto encierro “histórico”… ¿Cuánto dura el recuerdo?
 
Si solo han pasado nueve días y ya se difumina el de “Cotorrito”, por ejemplo. Bueno, comenzamos a olvidarlo desde que Don Matías González, presidente de la plaza de Bilbao, le negó el indulto, que nadie pidió, y la vuelta al ruedo a su arrastre, que pidieron los pocos qué asistieron, refundiendo su memoria entre la montonera de los que sin tales distinciones han pasado por allí, este y todos los años anteriores.
 
Olvidándolo, cómo todas esas cosas que compramos, usamos un momento y botamos al basurero. Basurero que ya no cabe en este mundo consumista, o mejor, en el que convertimos al mundo. Y comenzamos a olvidarlo pese a los ditirambos de la prensa y a los buenos deseos de perennidad con que los jurados le otorgaron, sus trofeos al “toro más bravo” de la feria.
 
Seis años, astifino, colorado, 529 kilos, número 36 y el hierro de Santiago Domecq. Le salió tercero aquella tarde al debutante Leo Valadéz.
 
Pronto y codicioso a los capotes de saludo y quites, a los dos puyazos de “Puchano”, a las banderillas de Vivas y Herrera. Salió de los dos primeros tercios con su furor íntegro, alta nota y clamor popular. Fijo y sin desmayo atacó abajo, a diestra y siniestra la muleta, en lidia larga y leal que pudo rozar el medio centenar de arremetidas.
 
Cuando la estocada en la cruz le derribó, las peticiones de segunda oreja y vuelta para el arrastre fracasaron, y la ovación de consuelo se apagó pronto, pues venía el torero por la suya.
 
Pero todo esto es ya noticia vieja, para un tiempo en el que según el “Tuerto López”, poeta impío, se vive como las cosas en los escaparates… a la espera del desecho propio.

domingo, 28 de agosto de 2022

POR AQUÍ PASÓ MANOLETE - VIÑETA 470

 
VIÑETA 470
 
Por aquí pasó Manolete
Jorge Arturo Díaz Reyes, VIII 29 2022
Manolete en la Santamaría de Bogotá, 1946. Foto: Manuelhache
Jamás toreó en Cali, ni en sus alrededores. Mejor dicho, en Colombia solo vistió de luces en las plazas de Bogotá y Medellín; la una cerrada desde hace años y la otra reemplazada por un Centro de espectáculos, cualquiera, el que sea, menos taurino. Fue por el año de 1946, agotó boletería en ambas y dejó historia. Más por su sola presencia que por lo que hizo en el ruedo, que fue importante. “Vimos a Manolete”, eso era todo, sí o no.
 
Bueno, los caleños también podemos consolarnos diciendo algo parecido. Lo vimos, ya qué toreara o no, es aleatorio. Esa fue otra de sus revoluciones. De él, en adelante las figuras de moda no necesitaron torear para poner patas arriba las ciudades y boca abajo las plazas. Y sin necesidad de ser Manolete, ni siquiera de parecérsele, algunas con solo presumir de ser su evocación o su caricatura lo han conseguido.
 
“El Monstruo” estuvo por aquí unos minutos, en el viejo aeródromo, “Calipuerto”. También extinto. Estaba ubicado en las afueras de la ciudad, donde ahora queda el gran mercado mayorista de alimentos “Cavasa”. Allí aterrizó en DC3, haciendo escala, en su viaje de Lima hacia Bogotá.  Venía con su séquito, sus consabidas gafas de sol y una camisa liviana de trópico, dicen.
 
Para qué fue eso. Todo el que pudo se desplazó a verle bajar y subir al avión, me contaba mi padre. Yo no, estaba recién nacido, pero es como si hubiese ido pues la historia la escuché muchas veces desde que tengo memoria. Además, no necesita ser cierta para que la crea.
 
Ese fugaz paso le inscribió en la mitología taurina de la ciudad, hoy a punto de ser declarada herejía. Dieciocho años después, otro torero, también cordobés, o de cerca (Palma del Río), sin haber toreado, aunque luego si lo hiciera con gran éxito, causó un impacto similar solo con ser anunciado. ¡Qué revuelo! Entonces, la revolución manoletista ya no era revolución, era tradición.
 
Hoy lunes 29 de agosto, a las cinco y siete minutos de la madrugada (Linares), y a las doce y siete minutos de la tarde (Cali), Manuel Laureano Rodríguez Sánchez cumplió setenta y cinco años de muerto, de gran muerto, y acá tan lejos, en la ribera del Cauca, donde nunca toreó, le seguimos recordando con tanta devoción como si lo hubiese hecho. Qué importa que no, en él creemos.