miércoles, 30 de noviembre de 2016

FIDEL Y LOS TOROS - VIÑETA 178

Viñeta 178
Fidel y los toros

Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 29 de noviembre 2016

Se murió Fidel Castro y todo el mundo se ha mostrado afectado, por la noticia. En uno u otro sentido. Los medios, los gobiernos, las personas. En todos los idiomas, las primeras planas, las notas diplomáticas, los comentarios casuales.

Todos con su cristal, con su particular punto de vista expresando sentimientos, desde la pena y el llanto desgarrado hasta la euforia del baile callejero. 

Personaje insoslayable. A nadie ha dejado indiferente. Cada quien se ha sentido en la obligación de abrogarse la tarea que él muy joven, con grandilocuencia e imitando a Hitler en circunstancias parecidas, le negó a los jueces y le adjudicó a la historia; juzgarle, absolverle o condenarle. 

Cada uno en su derecho supongo, porque todos somos la historia. Sin embargo la fiesta de los toros, que también hace parte de ella, no. Ni para bien ni para mal. Fueron ajenos el “medio gallego” como se definió a sí mismo y el toreo. 

Su contacto taurino más cercano y quizá único se dio el 11 de abril de 1948 cuando por los pelos escapó de Bogotá en plena insurrección por el reciente asesinato del candidato presidencial Jorge Eliecer Gaitán. Ayudado por el cónsul cubano, se deshizo del fusil y se ocultó en un avión de carga que transportaba toros de lidia. No más.

Durante su más de medio siglo de poder en Cuba no se ocupó de reconsiderar la prohibición vigente desde que la decretara el general Ronald O. Chafee, comandante de la fuerza victoriosa en la guerra hispano-americana de 1898. 

Paradójicamente y pese a su permanente desafío a los Estados Unidos, no se manifestó ni a favor ni en contra del veto a una tradición que fue de su pueblo por casi cuatro siglos. 

La verdad, es que tampoco nadie se lo pidió. El país por donde llegó la Fiesta al nuevo continente, donde murió “Cúchares”, donde “Guerrita” recibió la cornada más grave de su vida (en el cuello) permaneció y ha permanecido sin ella, antes, durante y después de Fidel.

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