martes, 7 de febrero de 2017

DICHO Y HECHO - VIÑETA 183

Viñeta 183
Dicho y hecho
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 24 de enero 2017

Gustavo Petro y Enrique Peñalosa

Hace más de un año, el 26 de octubre de 2015 para ser exactos, muy temprano, a las siete y media de la mañana, todavía sin disipar los vapores de la celebración por la minoritaria elección, el alcalde Enrique Peñalosa reafirmó ante la prensa su fervor de antitaurino converso: Seré el primero en salir a marchar si las corridas de toros regresan a Bogotá”.

Promesa, voto, amenaza, o todos los anteriores, que ratificó hace siete meses (Ver diario El Espectador). No sé si lo cumplió. No lo vi el domingo entre la horda fanática que disparaba infamias, escupitajos, golpes y objetos contra quienes entrábamos y salíamos pacíficamente de la Santamaría, y sobre la fuerza pública que casi fue desbordada. Sería difícil no haberlo visto, su trapío es muy conspicuo.

De cualquier manera, si fue honró su palabra, si no, pues también vale, terceras personas la honraron por él. Y ahora que ando precisando fechas el 21 de junio pasado, en esta misma columna (Viñeta 156), advertí sobre lo peligroso de aquella repetida declaración, decisión, incitación, o todas las anteriores (perdón por citarme, pero es necesario), textualmente:    

“Amenaza de cuidado, pues ya sabemos del cariz que han tenido siempre dichas marchas. Da terror imaginar a los aficionados inermes tratando de acceder a la plaza en medio de la horda furiosa y además envalentonada por tener el alcalde a la cabeza…

El respeto a los derechos humanos, la paz, el orden público y la ley no solo son deberes de todo ciudadano sino obligaciones perentorias para quien preside una ciudad. Supone uno que el señor Peñalosa en lugar de promover “marchas” antiaturinas de azaroso resultado tendría que clarificar nítidamente su posición.”

Dicho y hecho. Ahora todo son disculpas: “fueron infiltrados”, “minorías violentas”, “mis enemigos políticos”. Difícil de creer, el operativo evidentemente planificado y coordinado a imagen y semejanza de una guerrilla urbana, yo lo vi. Grupos separados rodearon la plaza desde antes de la corrida y después de ella persiguieron y emboscaron a las víctimas por varias cuadras. Botas, sombreros, cojines… eran los signos para la identificación de los objetivos; mujeres, ancianos, niños… muchos heridos...

“!Mueran ustedes hijueputas pero no maten los toros!” gritaban algunos de los piadosos animalistas con chaquetas de cuero. Por lo vivido, me resulta imposible disculpar al alcalde Peñalosa y a su conmilitón antitaurino y predecesor Gustavo Petro. Las palabras delatan al uno y el estilo al otro. Bien decía Buffón: el estilo es el hombre.

Desde ahora digo que asistiré a la próxima corrida en la Santamaría, espectáculo lícito, protegido por la ley, y desde ahora hago responsables a estos dos ilustres políticos de lo que me pueda pasar.

lunes, 23 de enero de 2017

VOLVER A LA SANTAMARÍA - VIÑETA 182

Viñeta 182

Volver a la Santamaría

Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 17 de enero 2017


El domingo, tras un lustro de censura, reabrirá sus puertas al rito para el cual nació. Allí, sumergida entre follaje, avenidas y altos edificios parece compartir con su vecina, la tetracentenaria iglesia de San Diego, secretos de una Bogotá que fue y nunca más será.

Dos templos, cada uno con su historia, y cada feligrés con la suya en ellos. La mía con el de arriba, el taurino, comenzó en 1952. Siempre lo recuerdo. Vinimos de lejos con mi padre a ver la corrida. Era el debut de Antonio Ordóñez, por cierto. Desde entonces hemos envejecido juntos. Ruedo referencial de mi afición.

Aunque muchos acontecimientos que albergó no los presenciara, como por ejemplo: Su inauguración en el 31. Diez años después, la primera alternativa de Luis Miguel Dominguín a sus catorce, con Ortega y mondoñedos. El paso triunfal de “Manolete”. El discurso de Hernán Ibarra, amigo de mi casa, lanzando la candidatura del asesinado Jorge Eliecer Gaitán inevitable presidente de Colombia. El brindis de “Joselillo” a la hija del dictador que provocó la rechifla, y ocho días después, cuando se repitió, la masiva retaliación, casi tapada por la histórica corrida simultánea del debut de Achury Viejo, con César Girón, Dámaso Gómez y Chicuelo II. Los legendarios mexicanos de los cuarenta... Tantas cosas…

Pero sí vi a Ordóñez y Dominguín en hombros hasta el Hotel Continental. Toda la época dorada de los sesenta. La monumental faena y la estocada por cornada y orejas de “El Viti” a “Divorciado”, Mondoñedo también. El encumbramiento de figuras nacionales… “Joselillo”, Pepe Cáceres, El Puno, “El Cali”… La cornada en el cuello a “El Cordobés”, y el espontáneo de gabardina (¿”El Pegajoso”?) cubriéndolo con su cuerpo. El ataúd de Pepe dando la vuelta al ruedo. El surgimiento, gloria y retiro de César Rincón. Su duelo con ese rocha. La encerrona de su regreso apoteósico en el 91, cuando mi cuñado José Noé quien presidía, le negó el indulto al quinto, “Paquero” de Ernesto Gonzáles Caicedo, desatando una bronca feroz con activa participación de la familia. García Márquez en barrera, pañuelo en alto. La última ovación a Fermín. El secuestro de la plaza y su museo. La lucha por el rescate. Negret. La huelga de novilleros. Tantas y tantas cosas a las cuales ahora se agregará esta… la vuelta del exilio...

miércoles, 28 de diciembre de 2016

UNA HISTORIA REEDITADA - VIÑETA 181

Viñeta 181
Una historia reeditada
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 20 de diciembre 2016
Bernadó, Sánchez, “Joselillo”. Foto: archivo
Sábado. Tres de la tarde. Más que lleno. Sol tenaz. Calor quieto. La brisa viene a las cuatro. Siempre. Himno tumultuoso. Clarines, timbales. De luto y gorgueras cabalgan los alguaciles Florencio Castillo y Ricardo Ceballos. Tras ellos, montera en mano, “Joselillo de Colombia” de azul, Gregorio Sánchez de verde, Joaquín Bernadó de nazareno, seguidos por sus atildadas cuadrillas. Ovación.

Preside Carlos Garcés, alcalde. Notables, notorios, y aspirantes hacinados en las barreras, a 70 pesos puesto, que aún sin acabados muestran el concreto fresco. Salta “Resoplón” Nº 14 de Clara Sierra (procedencia Santa Coloma vía Mondoñedo), negro, cornicorto, terciado, pocacosa, todos lo fueron.

Melanio pica. “Joselillo” brinda a Paz Borrero, y en él a la nueva plaza: “Va por usted don Joaquín”. Pero la tan anhelada corrida inaugural, que había motivado titulares de primera plana en todo el país, se va hundiendo entre la esmirriada mansedumbre del ganado, el bochorno y la desilusión. Una socorrida oreja para el catalán, no logra maquillar el tedio. Era 28 de Diciembre de 1957.

--Mal comienzo --refunfuñan los realistas. --De los buenos, líbranos señor --apuntan los supersticiosos y aciertan. La feria va a más con los toros de Mondoñedo (primera vuelta al ruedo de ganadero al otro día), Ernesto González, Pepe Estela y Achury Viejo después. Cinco corridas que cierran y abren año, de las que el jerezano Juan Antonio Romero y el onubense “Chamaco” salen triunfadores. El éxito es tal, que al año siguiente aumentan los festejos desbordando el coso, extendiéndose a la cercana ciudad y dando paso a la parranda general “Feria de Cali” (un años menor), que banalizada, “ensalsada” y burocratizada se crece hasta negar hoy sus orígenes taurinos. ¡Lo que hay qué ver!

Pasan rápido seis décadas jalonada por nombres que apasionaron, conjuraron la taquilla y dejaron huella. Ordóñez, Dominguín. Cáceres, Ostos, Camino, Pedrés, Puerta, Viti, “Mondeño”, Curro, “Cordobés”, Vásquez, “Antoñete”, Girón, Palomo, “Paquirri”, Dámaso, Ramos, Teruel, Martínez, Cavazos, Fuentes, Galán, Campuzano, “Puno”, “El Cali”, Capea, Esplá, Manzanares, Domínguez, “Armillita”, Robles, “Espartaco”, Silveti, “Soro”, Ojeda, “Yiyo”, Ortega, Mora, Rincón, “Joselito”, Ubrique, Ponce, Rivera, Tomás, Cid, Morante, Padilla, “Juli”, Fandi, Castella, Talavante... Landete, Domecq, Vidrié, Moura, Peralta, Hermoso, Ventura...

En cinco días Cañaveralejo cerrará su año 59 y abrirá su feria 60. Una historia que se reedita. 

viernes, 16 de diciembre de 2016

HONOR AL 0,0036% - VIÑETA 180

Viñeta 180
Honor al 0,0036 %
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 13 de diciembre 2016

En el campo, después del indulto, Cobradiezmos”, de Victorino Martín, cárdeno, de 562 kilos, número 37, lidiado 4º en Sevilla el Miércoles 13 de abril por Manuel Escribano. Foto: www.victorinomartin.com
Más de 1.300 millones de mamíferos “sintientes” mata el hombre cada año para su consumo y beneficio, sin hablar de aves, peces, anfibios, reptiles, insectos etc. Dato de la FAO (Sección de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas), hace nueve años. Ahora deben ser muchísimos más.

¿Y cómo lo hace? Al llegar al matadero les asina en corrales durante uno o más días. Luego les aturde mediante un disparo al cráneo con pistola de bala cautiva o con descarga eléctrica para colgarlos, degollarlos y desangrarlos vivos. Después los destripa y les arranca la piel. Sin identidad, sin ceremonia y con absoluta indefensión de las víctimas.
    
En Colombia se sacrifican así más de cuatro millones de reses al año (toros y vacas), de los cuales apenas 144 morirán en el ruedo durante la próxima temporada taurina. Quizá menos, porque habrá indultos, tendencia creciente.

ese porcentaje microscópico, esas menos de 144 reses, serán las únicas que tendrán el privilegio de morir defendiéndose, cara a cara, con dignidad, identidad, nombre, respeto, aplauso y oportunidad real de salvar la vida en medio de una liturgia de honor.

Protagonistas de un rito ancestral, naturalista, que invoca épocas de mayor decencia humana en el trato con los animales. Cuando el “progreso”, la tecnología, el utilitarismo no habían entronizado la moral y el gusto de su sacrificio masivo e industrializado. Cuando el hombre tenía que arriesgar vida por vida frente al animal que pretendía devorar. Cuando reconocía con reverencia la superioridad inmensa de la naturaleza.

Al recordarlo, este culto milenario deja en evidencia insufribles contradicciones del buenismo autocomplaciente moderno. Desnuda la falsedad de su “animalismo” y pone frente al espejo su doble moral. Desfachatez que las turbas antitaurinas encabezadas por funcionarios públicos, políticos y agitadores oportunistas no pueden perdonar.

Por eso, en esta temporada colombiana que se avecina, otra vez asediarán las plazas, clamando contra la lidia y muerte ceremonial de 144 toros, mientras aprueban la masacre de los otros cuatro millones ejecutados a mansalva todo el año en los mataderos. Honor a ese 0,0036%.

martes, 6 de diciembre de 2016

COLOMBIA EN EL PAPEL - VIÑETA 179

Viñeta 179
Colombia en el papel
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 6 de diciembre 2016

Ya conocidos los carteles de CaliManizalesCartagenaBogotá y Medellín, el programa de la temporada grande 2016-2017 está completo.

Sin contar plazas menores, 24 festejos; 20 corridas de toros, un festival y 3 novilladas, dos aún sin definir en Bogotá y Medellín, más otra ya cerrada en Manizales, que como Cali había dado dos en su preferia. 

De los encierros, seis de Ernesto Gutiérrez, los murube-santacolomas cotizados por su más nobleza y menos ofensividad, llegan a la cuarta parte del total. Seguidos por los domecq de Juan Bernardo, y Santa Bárbara con tres cada uno. Del mismo tronco juanpedreño, Las Ventas que vuelve a Cañaveralejo y la Santamaría, y Paispamba con uno de toros y otro de novillos, visitarán dos ruedos.

Solo una vez: los históricos Mondoñedo (Contreras) y Achury Viejo (Conde), este con cuatro toros en Cali y dos en Medellín;  también de a uno Dosguitérrez, primos de los ernestos, Salento, de ancestro similar y El Capiro parladés de cuna paisa.  Mientras las ínclitas prosapias de Vistahermosa y Ernesto González Caicedo (ambas Santacoloma), Guachicono (Torrestrella) y Ambaló (Jandilla) han sido ignoradas en este ciclo mayor.

Entre los toreros, el caleño Luis Bolívar, el limeño Andrés Roca Rey y el biterrois Sebastián Castella con seis corridas de toros cada uno son los más contratados, agregando los dos últimos una res en festival. Siguen el rejoneador navarro Pablo Hermoso con cuatro. De a tres el caldense Cristóbal Pardo, el antioqueño Luis Miguel Castrillón, el bogotano Ramsés, con dos el también caleño Paco Perlaza, el madrileño Juli, el porreto Miguel Ángel Perera y el debutante pacense Josė Garrido. El resto, encabezados por las figuras: PonceMorante y Manzanares harán solo un paseíllo en plazas diferentes. Ningún mexicano ¿Por qué?

Habrá una encerrona, Castella en Medellín, y un mano a mano, Morante y el Juli en Manizales; plazas que anuncian los dos únicos carteles sin torero nacional y las dos alternativas, el cucuteño Viriato y el antioqueño de Castilla. No habrá corrida de rejones, pero si cuatro mixtas con el mismo jinete. 

El papel grita la contracción de la fiesta en Colombia, sí, pero aparte de gustos y parcialidades, también el triunfo de la tenacidad en condiciones adversas, con una irrenunciable oferta de novedades y refrendaciones, y lo principal, la reapertura de la Santamaría como promesa de resurgimiento. 

miércoles, 30 de noviembre de 2016

FIDEL Y LOS TOROS - VIÑETA 178

Viñeta 178
Fidel y los toros

Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 29 de noviembre 2016

Se murió Fidel Castro y todo el mundo se ha mostrado afectado, por la noticia. En uno u otro sentido. Los medios, los gobiernos, las personas. En todos los idiomas, las primeras planas, las notas diplomáticas, los comentarios casuales.

Todos con su cristal, con su particular punto de vista expresando sentimientos, desde la pena y el llanto desgarrado hasta la euforia del baile callejero. 

Personaje insoslayable. A nadie ha dejado indiferente. Cada quien se ha sentido en la obligación de abrogarse la tarea que él muy joven, con grandilocuencia e imitando a Hitler en circunstancias parecidas, le negó a los jueces y le adjudicó a la historia; juzgarle, absolverle o condenarle. 

Cada uno en su derecho supongo, porque todos somos la historia. Sin embargo la fiesta de los toros, que también hace parte de ella, no. Ni para bien ni para mal. Fueron ajenos el “medio gallego” como se definió a sí mismo y el toreo. 

Su contacto taurino más cercano y quizá único se dio el 11 de abril de 1948 cuando por los pelos escapó de Bogotá en plena insurrección por el reciente asesinato del candidato presidencial Jorge Eliecer Gaitán. Ayudado por el cónsul cubano, se deshizo del fusil y se ocultó en un avión de carga que transportaba toros de lidia. No más.

Durante su más de medio siglo de poder en Cuba no se ocupó de reconsiderar la prohibición vigente desde que la decretara el general Ronald O. Chafee, comandante de la fuerza victoriosa en la guerra hispano-americana de 1898. 

Paradójicamente y pese a su permanente desafío a los Estados Unidos, no se manifestó ni a favor ni en contra del veto a una tradición que fue de su pueblo por casi cuatro siglos. 

La verdad, es que tampoco nadie se lo pidió. El país por donde llegó la Fiesta al nuevo continente, donde murió “Cúchares”, donde “Guerrita” recibió la cornada más grave de su vida (en el cuello) permaneció y ha permanecido sin ella, antes, durante y después de Fidel.

lunes, 28 de noviembre de 2016

ESTIGMAS - VIÑETA 177

Viñeta 177
Estigmas
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 22 de noviembre 2016

En medio del alborozo justificado por la reapertura de la Santamaría, el anuncio de la nueva temporada, y los reconocimientos a su tenaz capitán Felipe Negret, un hecho grave, denunciado por él mismo, ha pasado medio inadvertido.

A la plaza capital de Colombia (Monumento nacional), se le ha cercenado sin anestesia una parte de su capacidad. Tras las obras de los alcaldes Petro y Peñalosa, quedarán 2.226 localidades menos de las contenidas al ser cerrada en el 2012.

Pero son más, a la corrida inaugural, el 8 de febrero de 1931, entraron 15.000 personas (ver Piquero y otros), de una ciudad que por entonces tenía 300.000 habitantes. Ahora, después del quinquenio prohibido, cuando esa misma ciudad cuenta con cerca de 9.000.000 de personas, recibe su monumental con 10.372 asientos. Cuenten y comparen.

La primera plaza de Colombia cae así a ser la quinta del país en albergue total, y en proporción ni se diga, tras Cali, Manizales, Medellín y la cerrada Bucaramanga. Bogotá no podrá exhibir esta triste amputación con el orgullo patriótico con que los héroes de guerra muestran las suyas, pues no es una cicatriz gloriosa, es un estigma.

Y a propósito, el museo taurino, que también fue confiscado ¿lo destruirían? ¿será otro estigma del ataque yihadesco a la cultura? Sí, a la cultura, porque los toros son cultura, y aunque no sea la misma de quienes los anatematizan, lo son. Busquen su significado, poesía, pintura, música, narrativa, ensayo, arquitectura, artesanía, teatro, cine, danza, escultura, gastronomía, turismo, historia, museos, lenguaje… o la infinidad de conversaciones cotidianas, pues como decía el filósofo Ortega y Gasset una de las virtudes de los toros es lo mucho que dan a los hombres de qué hablar. 



Cosas cultas, humanas, herejías para iluminados como el senador bogotano Fernando Galán quien con un proyecto de ley pretende no sólo acabar con las corridas sino extirpar del vocabulario jurídico (y quizá mañana del idioma) todas las palabras taurinas. ¿Fundamentalismo, animalismo, animalada?