lunes, 28 de noviembre de 2016

BARCELONA Y BOGOTÁ - VIÑETA 173

Viñeta 173
Barcelona y Bogota
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 25 de octubre 2016

El regocijo taurino por la sentencia (tardía) del Tribunal Constitucional español reprobando la prohibición en Cataluña, y por el acatamiento (tardío) de la alcaldía de Bogotá a la Corte Constitucional colombiana liberando la plaza, es justificado.

Celebramos que nos hayan dicho lo que sabíamos todos; que la constitución en uno y otro país prohíbe prohibirnos, que somos legítimos, que tenemos derecho a existir, que la razón y ley están de nuestro lado. Vale. Gracias. Lo necesitábamos, porque solo saberlo no había sido suficiente. ¿Ahora lo será?

¿Los fallos, que demoraron en España más de seis años y en Colombia casi cinco, avalan el refrán: La justicia cojea pero llegaen este caso, pregunto.

Ya el gobierno catalán (Puigdemont) anticipó que desobedecería, y antes el alcalde bogotano (Peñalosa) amenazó que si la sentencia le era adversa encabezaría marchas contra las corridas, y apenas verse obligado a permitirlas, tan rápido como boxeador devolviendo un jab, lanzó un proyecto de ley prohibicionista para intentar atajarlas.

En medio del barullo mediático, el matador Enrique Ponce, aprendido con sangre, a no perder la cabeza, advierte: Hay que marcar una fecha para la reapertura, si no ¿de qué nos sirve la sentencia? Cosa que los anónimos novilleros huelguistas de la Santamaría también habían dicho a su modo hace dos años: Hasta que el toro no esté en el ruedo no hemos ganado nada.

Frente a la intolerancia, la razón y el derecho no bastan. La Unión de Criadores de toros (UCTL), cultores de la paciencia genética lo asumen y en vez de tirar campanas al vuelo se prometen "seguir trabajando para que puedan celebrarse corridas en Cataluña". 

Hacen bien. Aún es incierto el futuro en Barcelona y en Bogotá, porque Puigdemont y Peñalosa son la misma cosa; conversos antitaurinos, políticos, profesionales del salirse con la suya, y más cuando tienen el “As” del poder en la mano. Así las cosas, el alborozo constitucionalista y la ilusión caben, pero el triunfalismo, el pensar con el deseo, el dar el pleito por zanjado, no.  

BOB DYLAN Y EL TOREO - VIÑETA 172

Viñeta 172
Bob Dylan y el toreo
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 18 de octubre 2016


No pudo haber premiación más tradicionalista ni auténtica que la del Nobel para el cantante judío-norteamericano Robert Allen Zimmerman. Quien al parecer no se ha dado por enterado. No lo digo por ser su coetáneo, ni porque me gusten más que las de otros algunas de sus canciones, que ciertamente me gustan. Lo digo porque las cosas son como son.

Por ahí andan protestando que premiar un cantautor (como les dicen ahora), es negar la literatura y los libros. “Canta oh musa la cólera de Aquiles”, comienza uno primordial que fue cantado durante siglos, antes que decidieran convertirlo en letra muerta. La literatura ha sido desde siempre cantar de los cantares. La poesía es poesía por su musicalidad. La prosa también. Lo demás es escritura no literaria. Caligrafía.

Hey, mister Tambourine man play a song for me
I'm not sleepy and there is no place. I'm going to.

Pienso en esto balanceándome sobre mi corta rama de aficionado, recordando la música callada del toreo y leyendo a descubridores del agua tibia, modernizadores, anticristos que le anuncian nuevas eras. Partir su historia en dos, “humanizándolo”, convirtiéndolo en otra cosa, más aceptable, más turística. No desinteresadamente por supuesto.

¿Qué otra cosa sería? ¿Renunciar a la eterna partitura sintetizada por Pedro Romero: “Jamás huir, ni correr, ni saltar la barrera, ni contar con los pies. Parar hasta dejarse coger o lograr que los toros consientan…”? 

¿Cambiarla por toros que no cojan a toreros que no pueden parar, para no alejar melindrosos de la taquilla con “mensajes bárbaros”?

Bueno. Habrá quienes lo consideren indispensable, lo aplaudan, y de pronto hasta tengan razón. Los tiempos cambian. Pero pienso que esa cosa ya no sería toreo. Sería como la escritura que renunciando a su sonoridad, deja de ser literatura para convertirse a libro de cocina, guía de armar muebles prefabricados, o manual para hacerse rico sin morir en el intento, por ejemplo.

Entre Bob Dylan y Pedro Romero hay un abismo, es verdad, pero lo cruza un puente; la autenticidad del arte. 

EL TRAJE DE CHICUELO - VIÑETA 171

Viñeta 171
El traje de Chicuelo
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 11 de octubre 2016

La tarde, del 18 de mayo de 1960, Brassai, “El ojo de Paris” como le llamara Henry Miller, se quedó mirando un traje de luces que Pablo Picasso tenía colgado en su estudio, de Cannes. 

El ya famoso festival de cine de aquel año estaba en curso, y el fotógrafo, escritor y cineasta que había ganado el premio allí a la película más original cuatro años atrás, con -Tant qu'il aura des bêtes- aprovechó para visitar a su gran amigo.

El pintor notó la curiosidad del “Ojo” y explicó: “Es una triste historia. El traje de luces que está usted viendo pertenecía al matador Chicuelo II. Él me lo envió. Murió de una forma trágica. ¡Si al menos lo hubiera matado un toro! No, murió en un estúpido accidente de aviación. Hoy en día los matadores se desplazan continuamente, siempre tienen prisa. Y mueren muchos más en accidentes de automóvil o de avión que por los cuernos de los toros. Cuando me llegó el traje, él ya había muerto. Era como un último mensaje de amistad”.

El accidente había ocurrido apenas cuatro meses antes en el aeropuerto de Montego Bay (Jamaica) cuando el vuelo 671 de la aerolínea colombiana Avianca, haciendo escala, impactó contra la pista. Chicuelo II venía para torear en la Santa María bogotana donde yo habría podido verlo.

A Manuel Jiménez Díaz, le apodaron así por su pequeña estatura y su homonimia con el sevillano Manuel Jiménez Moreno. Pero por la demás nada que ver. No tenían parentesco ni paisanaje, además la medrosa genialidad artística de este era contraria con el seco arrojo de aquel. “El torero más valiente que he conocido”, me dijo una vez Andrés Hernando, en otro vuelo de Avianca que sí llegó.

Cinco años antes de matarse, Chicuelo II había cortado el rabo a un miura en Pamplona, y siete orejas en Madrid durante la feria de San Isidro; cuatro a toros de Carlos Núñez el 17 de mayo y tres a toros de Barcial el 19. Después se retiró, y luego volvió solo para morir. Treinta años tenía. Fue una corta y digna vida. ¿Qué habrá sido del traje?

QUÉ SERÁ DE NOSOTROS - VIÑETA 170

Viñeta 170
Qué será de nosotros
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 4 de octubre 2016

Los nuevos empresarios de Las Ventas, el francés Simón Casas y la agencia de viajes Nautalia, quienes ganaron la subasta “no subasta” colocando sobre la mesa setecientos mil euros más que su rival, entraron declarando --Se abre un antes y un después en el toreo.

Fuerte. ¿Cómo Belmonte? ¿Otra forma de torear, otro toro que se ajuste a ella y otra afición que la pague? Se pregunta uno.

Podría ser, por qué no, si en el toreo moderno, desde Pedro Romero para acá, Madrid locuta..., y Casas es locuaz. --El cambio ya está en marcha –agregó –llego avalado por mi gestión en muchas otras plazas.

Pero al margen de la promesa, quizá deseable,  de transpolar a la primera del mundo sus exitosas gestiones comerciales anteriores, ha expresado también cosas muy preocupantes para el aficionado, como… --Las novilladas de Madrid rozan el concepto de crimen contra la humanidad… hechos indignos de la condición humana… mensajes bárbaros..

Al tiempo que su socio habla de turismo, glamour, humanizar la plaza, convertirla en centro de espectáculos nocturnos de toda índole y carteles más relevantes. Estos últimos por ejemplo, no son posibles si no se hacen con los toros que los toreros relevantes admiten. Lo sabemos de sobra.

Flota una inquietud esencial. ¿Sobrevivirá el “toro de Madrid” sobre cuyo trapío y fiereza se ha levantado el prestigio, la categoría catedralicia, y la primacía? Y hablo de Madrid, no de Las Ventas, pues esta solo es la más reciente de las plazas desde las cuales la capital española ha oficiado su histórico pontificado.

Lo que pase allá repercutirá en todo el mundo taurino. Estamos a la espera todos de comprobar si el toro del después será más o menos toro que el del antes, y si la otra promesa, la de “potenciar Las Ventas como capital mundial del toreo”, incluye aquella premisa sine qua non. 

Tendremos que esperar entonces hasta la próxima primavera para comenzar a saber qué será de nosotros.

COLOMBIA GUERRA O PAZ - VIÑETA 169

Viñeta 169
Colombia guerra o paz
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 27 de SEPTIEMBRE 2016


Guerra o paz, esa es la cuestión. Lo demás es lo de menos. Mañana el país votará si quiere o no poner fin a 52 años de una guerra fratricida, sucia de lado y lado como todas las guerras y en ocasiones más que todas.

Ríos de sangre y lágrimas, 200.000 muertos, ocho millones de desplazados, billones y billones invertidos en la hecatombe, no han logrado el anhelo de los dos bandos; aniquilar al contrario.

No hay guerra santa, solo la paz es santa”, dijo hace poco el Papa Francisco I quien ha bendecido el acuerdo.     

Seis años de rigurosas negociaciones concluyen con una renuncia militar de las FARC (renuncia, no nos digamos mentiras), desmovilización, entrega de armas, reclusión voluntaria en campos de concentración, confesión de delitos, verdad, ruegos de perdón, sumisión a la justicia (transicional), reparación a las víctimas y compromiso de no repetición.

Todo, a cambio de ser oídos, de poder transformar su acción bélica en acción política, parlamentaria, civil, pacífica, y claro de que el Estado acepte así mismo, y con equidad sus responsabilidades en el conflicto bilateral. 

No es el acuerdo perfecto, pero es el mejor posible”, han declarado los tozudos negociadores. Entre otros muchos, las Naciones Unidas, la Unión Europea, La Organización de Estados Americanos, la Corte Penal Internacional, la Iglesia Católica, El gobierno de los Estados Unidos, el cual en estos casos siempre hay que nombrar aparte, han respaldado el proceso.

Como todos los colombianos he padecido directa e indirectamente la tragedia. Tres miembros de mi familia fueron secuestrados por las FARC, tengo amigos, muertos y desaparecidos. Soy parte de una generación vieja que no ha conocido el sosiego pero que cree tener derecho a él y a heredárselo a sus hijos y nietos.

Ese derecho que no nos pueden seguir prohibiendo en aras del interés particular, la soberbia, la politización, el odio ideológico, la venganza…

Finalmente, (se trata de un medio taurino), como cronista y testigo de la zozobra con el que los criadores del toro, los toreros, los empresarios, los aficionados han mantenido viva la fiesta durante todos estos cruentos años, debo decir que también por eso votaré “Sí” a la paz el 2 de octubre.

JUGADA CANTADA - VIÑETA 168

Viñeta 168
Jugada cantada
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 20 de SEPTIEMBRE 2016

Era de esperar. El alcalde Peñalosa incumplió su palabra de acatar la Corte Constitucional. Con un regate ordinario burló sobre la carrera la orden de “disponer lo necesario para la reanudación del espectáculo taurino en la plaza de toros Santamaría de Bogotá…” antes del 16 de septiembre pasado.

Fácil. En la hora límite, declaró desierta la licitación de la temporada 2017, pues el consorcio que se presentó, “Colombia Taurina”, según él, no cumplen las características para la adjudicación del contrato.

Cuesta creer que la unión de dos empresas veteranas, exitosas, idóneas como Cormanizales y Corporación Taurina de Bogotá, las cuales por años han administrado con solvencia las plazas de sus respectivas ciudades, no llenen ahora los requisitos mínimos de la Santa María. 

Y más cuesta imaginar que su líder Felipe Negret, empresario curtido, abogado de prestigio y experiencia, sabiendo la rudeza con que sería marcado, hubiese dejado pasar alguna pifia jurídica en su pliego licitatorio. Pero es que tampoco se necesitaba ser experto en leyes, para adivinar una jugada cantada. Cuando mucho haber visto algo de fútbol por televisión.

Pues don Enrique, reconocido futbolista “rodillón”, ha venido anunciándola desde la última de sus numerosas candidaturas (a todo). ¿Por qué sorprenderse hoy? Si en contra vía de su increíble promesa de acatamiento no ha dejado de lanzar advertencias y amenazas como... 

Haré lo posible por librar a Bogotá de “eso”. La plaza es de todos los bogotanos (menos de los taurinos) y los bogotanos decidimos que hacer con ella. Si me obliga la Corte a permitir corridas sería el primero en salir a marchar contra ellas. Promoveré alianzas y leyes contra los toros, etc.

Vehemencia de jugador que cambia de camiseta. De conversó. Que lo es. Cuando le convino, en su anterior mandato, aprobó las corridas, las presidió por delegación, y condecoró la empresa taurina que ahora rechaza, con ese mismo mal estilo usado durante cuatro años por su antecesor Gustavo Petro para lesionar contrarios. 

Amagar por un lado y patear la canilla por el otro. Remedo anti deportivo, previsible, pero eficaz para enredar el partido, alargarlo más allá del tiempo reglamentario y ganar por agotamiento... ¡Bueno!... ¿Y dónde está el árbitro?

EL ALCALDE PATALEA - VIÑETA 167

Viñeta 167
El alcalde patalea
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 13 de SEPTIEMBRE 2016
  
A más tardar en tres días, el alcalde Enrique Peñalosa, deberá… “disponer lo necesario para la reanudación del espectáculo taurino en la plaza de toros de Santamaría de Bogotá…”. Orden perentoria de la Corte Constitucional colombiana.

El funcionario, elegido con el 17% aproximado de la capacidad votante, y ahora, tras muchos traspiés e incumplimientos, respaldado quizás por bastante menos, alega  que acatará, pero a regañadientespor que “a la inmensa mayoría de los Bogotanos no les gusta eso” (¿les gustará más él?), que si le obligan será el primero en salir a marchar contra las corridas, que promoverá leyes prohibicionistas, y que para ello se aliará con políticos afines...

Bueno, igual acatamiento con renuencia prometió su conmilitón antitaurino y predecesor Gustavo Petro, quien al final se burló de todo el mundo. El hecho es que vamos para más de un lustro con la plaza clausurada contra derecho, ley y Cortes. ¿Ahora sí?

Amanecerá y veremos cuanto de lo prometido y amenazado cumple don Enrique. Si permitirá que vuelvan los toros, si se toma las calles a la cabeza de las turbas antitaurinas, si logra en el parlamento la mayoría que nunca tuvo en la ciudad. 

Todo es posible. Ya se presentó al menos una empresa licitante por la plaza, “Consorcio Colombia Taurina”, unión de “Cormanizales” y “Corporación Taurina de Bogotá”. Las obras de reforzamiento estructural deberán terminar el 14 de enero próximo, y se supone que para febrero deberíamos tener temporada con la categoría y el respeto debidos.

Pero cuidado, por otro lado se anuncia una marcha animalista el 25 de septiembre, se redactan calculados proyectos legislativos prohibicionistas, incluso apelando a sensiblerías paternalistas como, “!Protejamos a los niños de los toros!”, y los pataleos de Peñalosa, mal perdedor, incordian y crispan el ambiente. Todo es posible.

Lamentable. Pues ahora, cuando el país entero se apresta a votar por la paz, en la capital, el responsable del orden, la tranquilidad y la convivencia es quien precisamente se muestra más intolerante.