lunes, 28 de noviembre de 2016

COLOMBIA GUERRA O PAZ - VIÑETA 169

Viñeta 169
Colombia guerra o paz
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 27 de SEPTIEMBRE 2016


Guerra o paz, esa es la cuestión. Lo demás es lo de menos. Mañana el país votará si quiere o no poner fin a 52 años de una guerra fratricida, sucia de lado y lado como todas las guerras y en ocasiones más que todas.

Ríos de sangre y lágrimas, 200.000 muertos, ocho millones de desplazados, billones y billones invertidos en la hecatombe, no han logrado el anhelo de los dos bandos; aniquilar al contrario.

No hay guerra santa, solo la paz es santa”, dijo hace poco el Papa Francisco I quien ha bendecido el acuerdo.     

Seis años de rigurosas negociaciones concluyen con una renuncia militar de las FARC (renuncia, no nos digamos mentiras), desmovilización, entrega de armas, reclusión voluntaria en campos de concentración, confesión de delitos, verdad, ruegos de perdón, sumisión a la justicia (transicional), reparación a las víctimas y compromiso de no repetición.

Todo, a cambio de ser oídos, de poder transformar su acción bélica en acción política, parlamentaria, civil, pacífica, y claro de que el Estado acepte así mismo, y con equidad sus responsabilidades en el conflicto bilateral. 

No es el acuerdo perfecto, pero es el mejor posible”, han declarado los tozudos negociadores. Entre otros muchos, las Naciones Unidas, la Unión Europea, La Organización de Estados Americanos, la Corte Penal Internacional, la Iglesia Católica, El gobierno de los Estados Unidos, el cual en estos casos siempre hay que nombrar aparte, han respaldado el proceso.

Como todos los colombianos he padecido directa e indirectamente la tragedia. Tres miembros de mi familia fueron secuestrados por las FARC, tengo amigos, muertos y desaparecidos. Soy parte de una generación vieja que no ha conocido el sosiego pero que cree tener derecho a él y a heredárselo a sus hijos y nietos.

Ese derecho que no nos pueden seguir prohibiendo en aras del interés particular, la soberbia, la politización, el odio ideológico, la venganza…

Finalmente, (se trata de un medio taurino), como cronista y testigo de la zozobra con el que los criadores del toro, los toreros, los empresarios, los aficionados han mantenido viva la fiesta durante todos estos cruentos años, debo decir que también por eso votaré “Sí” a la paz el 2 de octubre.

JUGADA CANTADA - VIÑETA 168

Viñeta 168
Jugada cantada
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 20 de SEPTIEMBRE 2016

Era de esperar. El alcalde Peñalosa incumplió su palabra de acatar la Corte Constitucional. Con un regate ordinario burló sobre la carrera la orden de “disponer lo necesario para la reanudación del espectáculo taurino en la plaza de toros Santamaría de Bogotá…” antes del 16 de septiembre pasado.

Fácil. En la hora límite, declaró desierta la licitación de la temporada 2017, pues el consorcio que se presentó, “Colombia Taurina”, según él, no cumplen las características para la adjudicación del contrato.

Cuesta creer que la unión de dos empresas veteranas, exitosas, idóneas como Cormanizales y Corporación Taurina de Bogotá, las cuales por años han administrado con solvencia las plazas de sus respectivas ciudades, no llenen ahora los requisitos mínimos de la Santa María. 

Y más cuesta imaginar que su líder Felipe Negret, empresario curtido, abogado de prestigio y experiencia, sabiendo la rudeza con que sería marcado, hubiese dejado pasar alguna pifia jurídica en su pliego licitatorio. Pero es que tampoco se necesitaba ser experto en leyes, para adivinar una jugada cantada. Cuando mucho haber visto algo de fútbol por televisión.

Pues don Enrique, reconocido futbolista “rodillón”, ha venido anunciándola desde la última de sus numerosas candidaturas (a todo). ¿Por qué sorprenderse hoy? Si en contra vía de su increíble promesa de acatamiento no ha dejado de lanzar advertencias y amenazas como... 

Haré lo posible por librar a Bogotá de “eso”. La plaza es de todos los bogotanos (menos de los taurinos) y los bogotanos decidimos que hacer con ella. Si me obliga la Corte a permitir corridas sería el primero en salir a marchar contra ellas. Promoveré alianzas y leyes contra los toros, etc.

Vehemencia de jugador que cambia de camiseta. De conversó. Que lo es. Cuando le convino, en su anterior mandato, aprobó las corridas, las presidió por delegación, y condecoró la empresa taurina que ahora rechaza, con ese mismo mal estilo usado durante cuatro años por su antecesor Gustavo Petro para lesionar contrarios. 

Amagar por un lado y patear la canilla por el otro. Remedo anti deportivo, previsible, pero eficaz para enredar el partido, alargarlo más allá del tiempo reglamentario y ganar por agotamiento... ¡Bueno!... ¿Y dónde está el árbitro?

EL ALCALDE PATALEA - VIÑETA 167

Viñeta 167
El alcalde patalea
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 13 de SEPTIEMBRE 2016
  
A más tardar en tres días, el alcalde Enrique Peñalosa, deberá… “disponer lo necesario para la reanudación del espectáculo taurino en la plaza de toros de Santamaría de Bogotá…”. Orden perentoria de la Corte Constitucional colombiana.

El funcionario, elegido con el 17% aproximado de la capacidad votante, y ahora, tras muchos traspiés e incumplimientos, respaldado quizás por bastante menos, alega  que acatará, pero a regañadientespor que “a la inmensa mayoría de los Bogotanos no les gusta eso” (¿les gustará más él?), que si le obligan será el primero en salir a marchar contra las corridas, que promoverá leyes prohibicionistas, y que para ello se aliará con políticos afines...

Bueno, igual acatamiento con renuencia prometió su conmilitón antitaurino y predecesor Gustavo Petro, quien al final se burló de todo el mundo. El hecho es que vamos para más de un lustro con la plaza clausurada contra derecho, ley y Cortes. ¿Ahora sí?

Amanecerá y veremos cuanto de lo prometido y amenazado cumple don Enrique. Si permitirá que vuelvan los toros, si se toma las calles a la cabeza de las turbas antitaurinas, si logra en el parlamento la mayoría que nunca tuvo en la ciudad. 

Todo es posible. Ya se presentó al menos una empresa licitante por la plaza, “Consorcio Colombia Taurina”, unión de “Cormanizales” y “Corporación Taurina de Bogotá”. Las obras de reforzamiento estructural deberán terminar el 14 de enero próximo, y se supone que para febrero deberíamos tener temporada con la categoría y el respeto debidos.

Pero cuidado, por otro lado se anuncia una marcha animalista el 25 de septiembre, se redactan calculados proyectos legislativos prohibicionistas, incluso apelando a sensiblerías paternalistas como, “!Protejamos a los niños de los toros!”, y los pataleos de Peñalosa, mal perdedor, incordian y crispan el ambiente. Todo es posible.

Lamentable. Pues ahora, cuando el país entero se apresta a votar por la paz, en la capital, el responsable del orden, la tranquilidad y la convivencia es quien precisamente se muestra más intolerante. 

TOMANDO NOTA - VIÑETA 166

Viñeta 166
Tomando nota
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 30 de agosto 2016

A las puertas de septiembre la temporada 2016 anda ya con el sol a las espaldas y aunque todavía es temprano para sacar cuentas (faltan fechas y ferias importantes), la mayor parte del camino se ha transitado, las principales estaciones han quedado atrás y las pruebas que arrojan datos mayores han sido calificadas.

Con respeto por todas las plazas, el abril de Sevilla, el largo mayo de Madrid, el julio de Pamplona y el agosto de Bilbao, sumados, dicen más que todo lo demás. Es el prestigio, la tradición, la autoridad, el toro, los medios. Podemos ir tomando nota. Yo por lo menos desde acá, tan lejos y tan cerca (bendito Internet), tomo las mías. Nada más que las mías. Impresiones personales de aficionado raso, desordenadas, falibles y sin la menor pretensión pontifical.

Apartando las muertes en ruedos secundarios que marcan el año y nos gritan que la fiesta sigue siendo rito real y trágico. La primera es la sorpresa por los fallos de los jurados oficiales premiando triunfadores en las cuatro capitales. 

Juan José Padilla, combatiente bizarro en la esteticista Maestranza. José María Manzanares, un orfebre en el épico y bronco ruedo de Las Ventas. Andrés Roca Rey, un barroco, novel, americano, en la “feria del toro”, San Fermín. José Garrido, joven altanero que se negó a seguir ignorado en la otrora temible Vistalegre.

Bueno, sabemos que las opiniones de los jurados no son más que las de las personas que los integran, pero influyen, valen y obligan preguntas. Apartando lo de Manzanares en Madrid:

 ¿Qué pasa con los otros, los caros, los idolatrados, los dueños de los titulares toreen o no toreen? ¿Ya no es necesario refrendar la valía en las catedrales para mantener la cotización? ¿Ahora las publicitadas apoteosis en cosos de rango, toro y exigencia menor, pese a que allí también se muere, son suficientes? ¿Vivimos la época de la imagen, la virtualidad, el raiting y este es otro de sus graves síntomas? 

MANOLETE EN CALIPUERTO - VIÑETA 165

Viñeta 165
Manolete en Calipuerto
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 23 de agosto 2016

Arruza, Gitanillo y Manolete, Medellín (Col) 1946
Jamás toreó en Cali, ni en sus alrededores. Mejor dicho, en Colombia solo vistió de luces en las plazas de Bogotá y Medellín; la una cerrada y la otra reemplazada por un Centro de Espectáculos. Fue en el año de 1946, agotó boletería y dejó historia. Más por su presencia que por lo que hizo en el ruedo. “Vimos a Manolete”, para qué más, eso pagó todo.

Bueno, los caleños también podríamos decir algo parecido. Lo vimos, que toreara o no, es aleatorio. Fue otra de sus revoluciones. De él en adelante las figuras de moda no necesitan torear para poner patas arriba las ciudades y boca abajo las plazas. Y sin necesidad de ser Manolete, ni siquiera de parecérsele, algunas con solo presumir de ser su caricatura lo consiguen. 

“El Monstruo” estuvo por aquí unos minutos, en el viejo aereropuerto “Calipuerto”. También extinto. Estaba ubicado en las afueras de la ciudad, donde ahora queda el gran mercado mayorista de alimentos Cavasa. Allí aterrizó, haciendo escala, en su viaje de Lima hacia Bogotá.  Venía con su séquito, sus famosas gafas de sol y camisa liviana de manga corta.

Para qué fue eso. Todo el que pudo, mi padre incluido, se desplazó a verle bajar y subir al avión. Yo no. Estaba recién nacido, pero es como si hubiese ido pues la historia la escuché muchas veces desde que tengo memoria. Además hay fotos.

Ese fugaz paso le inscribió en la historia taurina de la ciudad, jamás lo olvidamos. Dieciocho años después otro torero, también cordobés, sin haber toreado, aunque luego si lo hiciera con gran éxito, causó un impacto similar. Entonces la revolución ya no era revolución, era lo establecido. 

El domingo Manuel Rodríguez Sánchez cumplirá sesenta y ocho años de muerto, y acá en la ribera del Cauca, donde nunca se abrió de capa le seguimos recordando con tanta emoción como si lo hubiese hecho. No nos importa. En Bogotá y en Medellín le recuerdan igual.

EL SEÑOR DE LOS MIURA - VIÑETA 164

Viñeta 164
Al señor de los Miura
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 16 de agosto 2016

Cincuenta corridas de Miura. Las cumplió anteayer, en Beziers, abriendo la puerta del triunfo. Cuantos habrán podido decir eso. Cincuenta, y además indemne, y con el cartel en alto. Mucho más que cuando empezó. Y justificadamente. No a fuerza de publicidad. A fuerza de pechar por los ruedos, los más exigentes, los más duros, los más desconsiderados. Jugado siempre frente a esos astutos, ágiles y enormes toros que para él resultan más grandes aún dada su corta estatura.

   Me consta. Lo he visto. De año en año, cierto, porque no vivo en España. Pero voy, lo he visto. Su nombre honrando los carteles, cotizándolos, dándole sentido a mi largo viaje desde Cali. Llamándome a la plaza con la promesa de la verdad. Esa tan esquiva pero tan contundente verdad que ha mantenido vivo el culto por los años de los años. 

Firme, una y otra vez ante la tremenda divisa, la fúnebre divisa, la histórica divisa, que tantos retorcijones causa en los que lo tienen todo porque pueden escogerlo todo, y en sus apologistas e idólatras que la temen y detestan aún más que sus melindrosos ídolos. Que quisieran borrarla. “Porque no ayuda. Porque no se deja. Porque no es de garantía”. 

 De año en año, digo, siempre ante los colores temidos, verdinegros en Madrid rojinegros en el resto. Colores que recuerdan a Pepete, Dominguín, Espartero, Manolete... Colores gloriosos y execrados, inscritos de por vida en las listas negras de las luminarias del show bussines. Al cual alimentan desde lejos con su leyenda. Con ese respeto y ese miedo que debe inspirar el rey de la fiesta cuando pelea por su vida.

 De año en año, en Las Ventas, plaza llena, cerrando feria, dándole contenido tras treinta corridas consecutivas. Dejando recuerdos hondos, “Velador”, “Injuriado”, “Tabernero” y Rafaelillo, “Señor de los miuras”. De año en año, digo, es poca suerte pero a la vez mucha suerte.

EL RUEDO PUBLICITARIO - VIÑETA 163

Viñeta 163
El ruedo publicitario
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 9 de Agoto 2016

Si como aseguran los arqueólogos, las edades de la humanidad se pueden clasificar por los materiales con que cada una se ha construido a sí misma: de piedra, de bronce, de hierro… la nuestra bien podría llamarse la edad virtual.

Más acá de la pintura, la escultura, el teatro, el toreo; artes icónicas limitadas en principio al ámbito de los observadores presenciales; la imprenta, la fotografía, el cine, la televisión, el Internet, han mediatizado multiplicado y universalizado a tal punto las representaciones y potenciado su capacidad de sugestión que cada vez resulta más difícil diferenciar lo ficticio  de lo real; saber a qué lado de la imagen estamos, o asegurar que no seamos nada más que partes de un sueño soñado por otro, como imaginaba Borges.

No el objeto, su imagen es ahora el asunto. No lo que se es, sino lo que se representa. Esta virtualidad rige hoy por igual para el comercio, el arte, la política y hasta la ciencia. La publicidad prestidigita, fabrica y "posiciona"; fija en la mente del público la imagen del artículo, la obra, la teoría, el personaje a conveniencia del cliente. Se trata más que de ser, parecerlo.

La propaganda se ha hecho parte del ambiente. Insoslayable, abrumadora. Se dice, y lo consignan los museos, que imágenes tan comerciales, como las de: Sopa Campbell, los arcos dorados de McDonald o la botella de Cocacola, son "iconos universales" entronizados profundamente a nuestra cultura.

Y su frecuencia en la comunicación masiva (raiting) indica cuanto trascienden, cuanto influyen. Al respecto, el Instituto Cervantes de Madrid, publicó hace algunos años una encuesta sobre la presencia de iconos culturales en el Internet hispano:

Mikey Mouse resultó primero, mientras Mozart quedó 42 y Cervantes 80. Ya La Fontaine había escrito tres siglos antes: “Toda la inteligencia del mundo es impotente frente a cualquier estupidez que esté de moda”. 

Bien, quizá esto explique la inexplicable conducta de los públicos modernos en las taquillas, pero más en los tendidos cuando alucinan tomando lo bufo por épico y viceversa.