VIÑETA 414
La grey taurina
Jorge
Arturo Díaz Reyes, VII 12 2021
|
Tendido 7 de Las Ventas. (Foto: @ATorodeMadrid) |
Culto, rito, tradición,
espectáculo, negocio, industria... Sí, el toreo es todo eso y más. Pero la
corrida su ceremonial, su liturgia, levantada sobre la lidia y sacrificio del
animal sagrado, simboliza en esencia la comunión original de la especie humana con
la naturaleza, retrotrae a ella. Una vez dentro, nadie puede abstraerse a esa
carga que yace en el fondo genético.
“Cavernario
bisonteo,
tenebroso
rito mágico,
introito
del culto trágico
que
culmina en el toreo..:
Así lo definió don
Miguel de Unamuno en su poema “La cueva de Altamira”. ¿Vamos a contradecir?
Bueno, yo no, aunque cada quien es libre de entender y verter en el toreo sus personales
percepciones, sentimientos, conceptos, pulsiones, filias, fobias. Con devoción,
asombro, curiosidad, compasión, interés, ambición, morbo, tolerancia,
intolerancia… Igual a como cada quien puede hacerlo en o fuera de cualquier otra
expresión cultural propia o ajena.
El público de la
corrida, nunca todo aficionado, ni siquiera mayoritariamente, agrupa cada vez vivencias
múltiples de ella. Tantas como individuos, los cuales reaccionan tocados en sus
particulares afectos, instintos, gustos, preferencias, prejuicios. Pero al
final responden colectivamente, como masa (incluidos los críticos), en una gama
y una intensidad emocional muy amplia. El silencio, el ole, las palmas, la
ovación, la bronca, la procesión en andas…
Los hay, (muchos),
que se decantan por el tipo de toro, la personalidad de un torero, la norma, la
importancia de cada tercio, las diferentes formas de lidiar, la valoración
estética, técnica o funcional. Y no pueden sufrir las opuestas. Toristas,
toreristas, reglamentaristas, enterados, ignorantes, villamelones, chalados,
puristas, fundamentalistas, frívolos… se llaman unos a otros.
Me ha divertido ver
algunas veces al “Rosco” de pie en su tendido siete de Las Ventas, contando burlonamente
con el índice a quienes aplauden un evento inadmisible para él; unas
banderillas a toro pasado, una tanda con el pico, un pase trompicado, el
arrastre de un dócil.
Identificación del otro, rechazo, aceptación,
exclusión, inclusión, afecto, desafecto. Comportamiento propio de
nuestra condición animal gregaria, la cual también es desnuda
en un ritual tan hondo como la corrida. Nadie escapa.
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