Viñeta 398
El sueño de Jacob
Jorge Arturo Díaz
Reyes, Cali marzo 21 de 2021
Como Jacob sobre su piedra soñando: “es la puerta del cielo”. Como
Shakespeare en su noche de verano, soñando que todos se amaban con todos. Como soñó
Martin Luther King que todos éramos en verdad iguales ante Dios y ante la Ley, sin
saber que un cobarde francotirador (valga la redundancia) se lo cobraría pronto
en Menfis.
Como ellos y como cualquiera, yo también tuve sueños anoche. Menos grandiosos,
claro, pero quizá igualmente utópicos. Soñé que con vacunas para todos habíamos
alcanzado la inmunidad mundial de rebaño, derrotado la pandemia y cesado la
mortandad. Que brillaba el sol. Que todo era, no como antes, sino mucho mejor.
Que la fiesta salía de su decadencia crónica. Que el tiempo, la autoridad y…
el 50% permitían no solo las ferias de Sevilla. Madrid, Pamplona sino todas…
Que volvían el toro-toro, el torero-torero; el toreo-toreo y el empresario-empresario.
Que se llenaban todas las plazas, incluida La México. Qué José Escolar decía
que las figuras sí estaban capacitadas para lidiar sus toros.
Que yo que estaba feliz en La Maestranza viendo a Morante honrar su voto
por el toreo romántico, no solo en las formas sino en la esencia, y qué
cumpliendo su anuncio, lidiaba bellamente los miuras, tal como hacían las viejas
figuras que imita… más bellamente aún. Soñé que había tolerancia, que los
políticos respetaban el derecho de ir o no a los toros, que era verdad que los
victorinos venían a Cali y que a todos les parecía estupendo. Soñé que tantos
amigos muertos el último año estaban vivos y los veía…
Soñaba todavía cuando desperté. Me revolví, Ruby roncaba, miré la ventana, llovía,
estaba oscuro, se había ido la luz. Apesadumbrado reentré a la realidad. Recordé
lo perdido, el miedo por los míos, el triste panorama de la fiesta, las tantas
promesas incumplidas y lo contrario que era el mundo a los soñados por mí, por
Jacob, Shakeapeare, Luther King… y deseé volver a dormir.
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