Viñeta
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La parábola de Juanma
Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali marzo 8 de 2021
Fotograma TV: El Chiringuito, Antena 3.
Medianoche, jueves ya. Con cincuenta minutos de programa, debatiendo sin
conclusión el inesperado resultado en la semifinal de la Copa del Rey (el
Sevilla que venía ganando dos a cero el partido inicial, terminó siendo
eliminado tres a cero por el Barcelona). Entra en el set de “El Chiringuito” Juanma
Rodríguez bajo los acordes de “Cocidito madrileño” y la voz de Manolo Escobar.
Luce un suéter burdeos, una camisa rosa y su habitual expresión pícara
coronada por la prematura calvicie. Se sienta retirándose el tapabocas y despacha
una prédica torera que no tiene pierde. Antibarcelonista pregonado, sorprende reconociendo
de inicio…
—El Barcelona ha sido muy superior hoy (estupor) —Mira en derredor y continúa…
—El Sevilla ha salido con jindama. Hoy eran Las Ventas. Hoy estás en Las
Ventas. Hoy estás entre el bien y el mal. Hoy es cuando demuestras si tú eres
un grande o no eres un grande. Hoy cuando España se está preguntando realmente
¿dónde están los tíos?... —Vuelve a mirar y sonríe.
—Hoy, cuando te ponen frente a un morlaco de 600 kilos, un toro zaíno, con el
escudo del Barza en la cara y unos pitones así —explica poniendo el canto de la
mano arriba del pliegue del codo (toro de Madrid).
—Hoy tienes que salir a matar (cortina musical, pasodoble). Pero sacas la
muleta y se la pones así, le pasas así (torea de salón). ¡Juegos florales! Le pones las banderillas así, desde lejos. Desde
lejos, no vaya a ser que el toro te tire una cornada –e imita la colocación de un
solo palo a sobaquillo.
—Y luego está la suerte. ¡La suerte del toreo! Que es entrar a matar. Y te
vas al centro del ruedo y ves al toro con unos pitones así —reiterando, simula
un cornalón con brazos y manos.
—¿Entiendes? Y te entra jindama… ¡Jindama Josep! Es lo que le ha entrado al
Sevilla esta noche.
—No entiendo —dice Rafa Guerrero tratando de descarrilar la cosa.
—Más claro que el agua. Lo ha entendido todo el mundo, menos tú. Digo que
cuando tocaba torear y entrar a matar… ¿A dónde estaban los tíos? ¿Dónde
estaban los tíos esta noche? (Interrumpen incoherentemente del control para dar
una noticia baladí de Italia, ¿saboteo?)
—Pero el director corrige el rumbo —No, no, aquí está Juanma Rodríguez con
el Cossío (libro sagrado), sigamos.
—¡Si me ha entendido todo el mundo Rafa! Ni hace falta saber de toros.
Porque yo no sé de toros (sí sabe) y soy además un profundo cobarde. Soy una
gallina. Yo jamás me pondría. No tengo las narices que tienen los toreros de
ponerme delante de un morlaco así. —confiesa valientemente levantando las cejas.
—Pero si llevas presumiendo, que estás ahí con los grandes. ¡Ojo, cuidado
el Sevilla! ¡Ahí lo tienes! —apuntando a un toro imaginario en los medios —¡Toréalo!
(Pausa)…
—Pero cuando tienes que entrar a matar, el pulso… —y sin palabras, echado
hacia delante, alarga la mano y remeda el temblor como quien agita un abanico...
(silencio concluyente…)
Quizá la intención de Juanma era solo minimizar parodiando la victoria del enconado
rival. Pero sin quererlo se remontó a la parábola. Esa de que la tauromaquia,
como los grandes credos, sirve para explicarlo todo. El mal, el bien, lo
grande, lo pequeño, la vida, la muerte y… hasta el fútbol.
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