Santa Bárbara bendita
Jorge Arturo Díaz Reyes, Manizales,
Colombia, I 06 13
Foto Jorge Arturo Díaz reyes
Corrida
kilométrica, retrasada, fría, llovida, en que no fueron aprovechadas las muchas
facilidades que brindo el terciado y embestidor encierro de Santabárbara.
Rivera incomprendido. Arcila regalado. Castrillón abroncado, y el rejoneador
González silenciado.
A los treinta minutos de retraso, se añadieron las tres horas y media
que duró el festejo, casi todas bajo el agua y sobre un ruedo anegado. Pero la
gente que ocupó dos tercios del aforo soportó alegremente todo, la espera, el
clima y la escasa presencia de del capitán Barbero, uno de los cuales había
corneado su hijo Juan Carlos en el ancajonamiento. Algunos, como el segundo y
octavo, tenían caritas eralunas. Pero la mayoría pelearon con esa entrega
fogosa propia de la juventud y de su hierro.
A Ricardo Rivera, torero de
personalidad extraña, ensimismada, soberbia, parece no importarle sino el toro.
Hasta de sus alternantes se le ve distante y despectivo. A Castrillón le pegó
un grito feroz por colaborar como era su deber en el segundo tercio. Esas
cosas, accesorias, llegan más allá del callejón y quitan simpatías de quienes
las consideran fundamentales. Por fortuna, y eso es lo verdaderamente
importante, al toro si se le da.
Plantado y aguantador en dos faenas de extremo izquierdismo, llegó
hasta la cogida por el primero, uno de los pocos que buscó tablas. Parte del
público entendió el discurso y acompañó sus faenas con devoción, Rafael Giraldo
entre ellos como primera voz, con su grito de “Vivan los toreros buenos”.
Mientras que la otra mitad las ignoró, incluyendo por supuesto el palco, que
tan musical y manilargo se muestra con el toreo ligh de mano diestra y pata
danzarina. Tampoco fue perfecto, trompicones y algún desarme con el quinto
hubo. Pero lo borró con más toreo del suyo y oficiando la suerte suprema decorosamente
ambas veces. Al final, dos saludos en los medios congraciaron con todos al hosco
y su toreo.
A José Arcila, se le nota la necesidad del triunfo en su patio, y también que ella se
le impone sobre las mismas exigencias y lógica de la lidia, entonces aparecen
el toreo efectista, el rodillazo de más, la falta de poso, las concesiones a la
galería y la dilución de los esencial en lo superfluo que le resta densidad a
sus faenas, y que hoy pese al fervor regional, terminó dividiendo la parroquia
entre quienes le aplaudían y quienes le pitaban, con igual encono. Tanto con el
mínimo segundo a cuya faena insustancial su señoría le puso música y oreja,
como con el bravo sexto que lo desbordó y que como estaban las cosas allá arriba,
seguramente le hubiese abierto la puerta grande, sino lo pincha repetidamente.
Luis Miguel Castrillón, que tan buena
impresión dejó en Cali el día de su alternativa, fracasó aquí. Tras una
compuesta y carismática brega con el justito tercero, que no se le fue vivo
gracias al reloj de su señoría, como con el séptimo, el más ofensivo, al que no
quiso ni ver, pues lo dejó contramatar de Viloria, y luego, como sobrevivió, no
le quiso torear, abreviando y desatando las iras de la clientela que se le vino
con todo. Malas decisiones, mala tarde.
El joven rejoneador bogotano José
Miguel González, pasó sin historia, sus cabalgatas y desaciertos con
los hierros nada tuvieron que ver con los cánones del arte. Poco diestro y poco
lidiador, se le abona que no mató con trasero y contrario como acostumbran las
figuras de su oficio. A uno, tras pinchazo y metisaca le puso el rejón arriba y
al otro más o menos.
El prestigio de
esta divisa se ha fundamentado sobre su trapío, la de hoy no fue una
presentación que hiciera cuerpo con esa distinguida historia. Por fortuna
trajeron raza.
FICHA DEL FESTEJO
Lunes 6 de enero 2014. Plaza Monumental de Manizales. 2ª de feria. Lluvia,
dos tercios de entrada. Ocho toros de Santabárbara (en Torrestrella) terciados, ligeros, anovillados y
encastados. Aplaudidos 2º, 3º, 6º y 7o.
Ricardo
Rivera, saludo y saludo.
José
Arcila, oreja y silencio.
Luis
Miguel Castrillón, silencio tras dos avisos y bronca.
José
Miguel González, silencio y silencio.
Incidencias: Saludó Ricardo Santana tras parear al 7o.
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