lunes, 28 de junio de 2021

EL ETERNO RETORNO - VIÑETA 412

 
Viñeta 412
 
El eterno retorno
Jorge Arturo Díaz Reyes, VI 28 2021
Ferrera iguala al cuarto ayer en Alicante. Fotograma: Plaza Toros
Ayer en Alicante, última corrida de la feria Manzanares. Antonio Ferrera tras antañona faena recibió las dos orejas del cuarto y salió a hombros. Mientras a un también evocador Morante se las negaron del quinto. Nada memorable pasó antes ni después.
 
La confrontación de dos tauromaquias vigentes y distintas, rindiendo culto al pasado. Esa fue la cuestión de la corrida. Eso fue lo que quedó al final.
 
El uno, que había llegado herido, (el día anterior) en Castellón. “Tenía que estar aquí, en el homenaje a mi querido maestro” explicó luego. El otro, Morante, con sus atavíos decimonónicos, que había traído a la plaza la ofrenda de un busto del amigo recordado. Vieja torería en ambos.
 
Tratante”, no era un torazo, ni una fiera, ni siquiera un bravo a ley. Pero sí fue y vino franco, humillado y resistente como corredor de fondo. Así tomó el capote bregador, las cuatro chicuelinas galleadas (mirando al tendido), la revolera, el buen puyazo, las alicantinas del quite, las saludadas banderillas y la prolongada lidia, ecléctica, heterodoxa, retro, en la que ni toro ni torero desmayaron. El cierre, a tenor. Igualando con casi medio ruedo de por medio, y el embroque a topacarnero, pinchando arriba y repitiendo todo, sin solución de continuidad para una estocada honda. La escena, hubiese cabido bien en un grabado de Goya.
 
Lo de Morante, y el quinto fue otra versión de lo antiguo. Mejor, de lo reminiscente, porque si bien los toreros del siglo XIX para atrás, vestían como él ahora, no toreaban así. Toreaban más como Ferrera. La postura, la lentitud, la armonía, la composición, la exquisitez son del posbelmontismo. Dicen que Joselito fue el último torero del romanticismo y Belmonte primero del modernismo. Lo del de La Puebla parece ser un sincretismo de las dos épocas.
 
Pero volviendo a su faena. Fue una sucesión de pinturas. Si Ruano Llopis viviera y la hubiese visto o televisto, cómo habría gozado. Las verónicas, las largas, las belmontinas, los ayudados, los naturales de frente, la postura, la estampa, la conjunción, la cadencia. Pero Ruano se fue hace mucho, y ya no se pinta así, hoy es la fotografía, un arte menor. El pinchazo y la media espada cimera, pese al clamor del público solo recibieron una oreja. Tal vez no hubo equidad. La nueva Puerta Manzanares solo se abrió al primero. Pero qué importa eso.
 
Lo que importa es qué en pleno posmodernismo, cuando tantos claman por “cambiar la tauromaquia, convertirla en otra cosa dizque para salvarla”, dos toreros de gran predicamento salgan y muestren desde sus concepciones propias que lo que la fiesta está pidiendo no es reinventarse, sino reciclarse. Volver a los orígenes en busca de la esencia perdida. No solo en las formas, en el contenido.
 
Mirándolos desde lejos fantaseaba con este mano a mano en Sevilla, Madrid o Ronda… y con miuras para más verás. Pues como decía Nietzche solo podrán aspirar al eterno retorno los que de verdad han vencido el miedo.

lunes, 21 de junio de 2021

EVOCACIÓN DE MANZANARES - VIÑETA 411

 

Viñeta 411
 
Evocación de Manzanares
Jorge Arturo Díaz Reyes, VI 21 2021

Anuncio: Simon Casas Production
Pasado mañana conmemoran tus cincuenta años de alternativa. Vuelvo a tu debut en Cali, mi pueblo. Apenas habían transcurrido seis meses de que Palomo Linares y Eloy Cavazos te confirmaran en Madrid. Y año y medio de que le cortaras las dos orejas y el rabo al atanasio cuando
Luis Miguel Dominguín y El Viti te hicieron torero en Alicante, tu pueblo.
 
Fue un miércoles, por cierto, ese 27 de diciembre de 1972. Segunda corrida de la feria; santacolomas de Vistahermosa, con Vásquez II y Eloy Cavazos. Fiesta, sol y plaza llena, eran de rigor. Qué tiempos aquellos.
 
Estábamos jóvenes entonces. Más tú, ocho años menos. Aun te llamaban promesa. En verdad, no pasó mayor cosa ese día. Solo detalles, como dicen. De no haber sucedido todo lo que sucedió en las cinco décadas siguientes no estaría yo ahora recordando ese apagado comienzo de nuestra relación torero-aficionado, larga, difícil, y, cuestión de principios, distante.
 
Qué íbamos a imaginarlo. Cincuenta y dos faenas en Cañaveralejo (las presencié todas) y no sé cuántas en otras plazas de este país y otros, viendo con incredulidad como la tinta corría, se desgastaban los adjetivos, tu prestigio crecía y crecía y yo no lograba convencerme. No podía.
 
Los clichés hacían carrera: torero de aficionados, torero de toreros, espejo de figuras… Mis amigos más admirados por su buen criterio (varios ya muertos) terminaban siendo manzanaristas acérrimos e impermeables a mis blasfemas críticas; displicencia, comodidad, indolencia, irregularidad, sobrevaloración…, solo las dejaban escurrir porque según ellos la ignorancia, la desinteligencia y carencia de sensibilidad implícitas me castigaban lo suficiente. Para Germán Wolff, por ejemplo, representabas la cumbre del arte y quien se atreviese a negarlo era un soberano hijo de puta.
 
Antonio Caballero, en su libro de pretensiones evangélicas: “Los siete pilares del toreo”, te pone como uno de ellos, y, para sustentarlo, te va parangonando sucesivamente con: Mozart, Verleine, Mendeleiev, Rubén Darío, Velásquez, Goya, Debussy, Chopin y hasta Beethoven…
 
Para él torear es como respirar… cuando lo hace es el toreo quien torea, no el torero”, dice. Y con deleite cita el emocionado reproche de un ganadero sevillano, en el hotel, tras una de tus “maravillosas” faenas --“!José Mari! ¡¿Por qué no eres de Sevilla?!
 
Yo por mi parte, tardé más en caer, o mejor ascender. Lo confesé ya en la nota que hice para este portal el triste día en que acabaste, solo, lejos del clamor de las plazas, aparte de todos. Ocurrió aquella vez en Manizales, enero del 2008, última corrida tuya en Colombia, cuando amable, discreto aceptaste despedir a César Rincón en esa ciudad cordillerana.
 
Mano a mano, se iba tu tarde sin brillo, sin ruido, sin hacer sombra, lidiabas el quinto. De repente, cinco muletazos a media altura, solo eso, pero de tal sublimidad que parecieron contenerlo todo, y sin poder evitarlo, como Borges bajo la escalera del oscuro sótano en la casa de Carlos Argentino Daneri, creí ver el Aleph. Había transcurrido casi una vida. Seguro era culpa mía.

lunes, 14 de junio de 2021

SUCEDIÓ EN NIMES - VIÑETA 410

 
Viñeta 410
 
Sucedió en Nimes
Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali junio 14 de 2021
 
Pasíllo en Nimes. Fotograma: Plaza Toros
Simón Casas despertó de su larga hibernación pandémica y rugió. Para empezar, dio tres corridas este fin de semana en Nimes (la primera camarguesa), y luego anunció dos más en Madrid. Estas, aceptando el aforo máximo permitido del 25%. La mitad de lo que durante tantos meses impuso como mínimo indispensable para abrir la plaza. Bueno, es la ley de la vida, hasta los más fuertes terminan adaptándose al hábitat so pena de extinción.
 
Bien por él, bien por los toros, bien por los toreros, pero más bien aún por el toreo. Que valga la verdad, sin su poderoso concurso multicosos, nunca se detuvo. Pues a hombros de otros empresarios aguerridos ha estado sobreviviendo al muy largo y apestado invierno. Lidiando aquí, bregando allá, manteniendo la llama cómo y donde podían, donde los dejaban, o donde no los alcanzaban las congelantes conminaciones de su propia agremiación ANOET. El regreso a las trincheras de su presidente y más influyente promotor del mundo taurino, si no puede cambiar el curso de la guerra si puede ser un signo de que ya ellos lo estaban cambiando.       
 
Pero volviendo a Nimes, lo qué pasó allí no fue solo este crucial retorno, sino el reflote del bimilenario buque insignia de Francia, y con una celebración que tuvo visos de revolución francesa.
 
Por la histórica Puerta de los Cónsules, los jóvenes franceses triunfadores: El Rafi y Juan Leal, a hombros de la multitud, parecieron proclamar durante dos días seguidos ¡La fiesta es nuestra! ¡El futuro es nuestro! Y al final, tras el arrastre del último toro de la feria, el reaparecido empresario sin fronteras, también francés, (perdón por la redundancia, es así), se sumó a la euforia con una corta pero encendida arenga en español frente a las cámaras:
 
—Estoy feliz. Amamos la tauromaquia, que es una escuela de valores, yo le he dedicado mi vida, pero los héroes son los toreros que vienen a jugarse todo, no por el dinero sino por la gloria, en plazas con cuatro mil espectadores. Volvemos, con prudencia, poco a poco, y daremos corridas en Madrid el 29 de junio y el 4 de julio (no dijo después qué) y esperamos darlas en nuestras otras plazas: Alicante, Valencia, Málaga… —¡Vive la France! Bienvenido Simón.
 

lunes, 7 de junio de 2021

VISIÓN DE ARLES - VIÑETA 409

 
Viñeta 409
 
Visión de Arles
Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali junio 7 de 2021
  

Salenc con el 5o . Foto: Burladero TV 


Ayer, en el bimilenario Coliseo de Arles, Juan Bautista, el empresario, ha reabierto Francia para el toreo. Eso es lo trascendente. Sí, que lo haya hecho estando como estamos. Que haya dado allá ese paso adelante. Ese paso que pone a los valientes en su terreno, que lo haya dado y que lo haya sostenido.
 
En época de pandemia, de limitaciones gubernamentales, de protocolos agobiantes, de conminaciones al inmovilismo, de grandes y vergonzantes inhibiciones, de promesas incumplidas, era necesario. Ya en España la temporada empujada por otros arrojados como él, toma vuelo. Había que hacerlo. Con solo 1900 espectadores permitidos, dos festejos en el mismo día. Mañana y tarde, cartel de “No hay billetes”, como al que no quiere caldo. Sol y cielo azul, la ocasión ameritaba. Encima, televisión, buena televisión en medio de tanta mala. --Y voy para Mont de Marsan --desafió después.
 
En la matinal los erales de Gallón Freres, dieron mucha pelea, el cuarto recibió la vuelta al ruedo, y frente a ellos la niña Raquel Martín se destapó cortándoles tres orejas, yéndose a hombros con el mayoral y poniendo punto a los adultos de la corrida vespertina. Ahí están los videos.
 
Los toros de Pedraza, cuatro cinqueños, bien armados, bien comidos (586 kilos promedio), dos negros, tres colorados y dos castaños, no muy sobrados de fuerza, cierto, pero con el talante diverso natural en las corridas. Eso de todos iguales y con el mismo sabor como en Mcdonald´s, quizá está bien para los que claman por una “nueva tauromaquia” que modernice las “obsoletas” estructuras tradicionales de la fiesta y nos ponga a todos a la moda. Bueno, el consenso al final (ganadero incluido) eligió como más bravo y noble al quinto de 610 kilos. Que se lesionó durante la lidia, siempre pasa, también es propio de las corridas. Bregaron Daniel Luque con más toreo que espada, Adrien Salenc que recibió decorosa oreja del segundo y tomo alternativa “El Rafi” quien de haber estado más atinado al matar hubiese marcado su efeméride con más de la oreja del sexto.
 
Mientras la gente se iba, Juan Bautista frente a las cámaras declaró Ha sido duro, tuvimos poco tiempo, doce días desde que nos autorizaron, las exigencias sanitarias han sido altas, la restricción de la taquilla nos ha pesado, pero hemos cumplido, y cumpliremos el resto de la temporada.
–Mis respetos, torero.

lunes, 31 de mayo de 2021

EL DESPERTAR - VIÑETA 408

 
Viñeta 408
 
El despertar
Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali mayo 31 de 2021
 
Plaza de Aranjuez . Fotograma; Plazatoros.
Sale la temporada taurina de año y medio de coma. Es un hecho. Pero hay que comprender que vuelve con la lentitud, secuelas y perplejidades propias de un sobreviviente a tan duro trance.  
 
Las personas frecuentemente no lo logran. Y menos después de un período tan prolongado. La mayoría no regresan, y quienes lo hacen suelen sufrir diversas lesiones y desadaptaciones. Algunos igual a las películas o los cuentos.
 
Como el de Rip Van Winkle, quien despertó veinte años después, bueno y sano sí, pero ajeno a una realidad que no reconocía. La revolución había sucedido sin que se diera cuenta, su esposa no existía, un hombre que se llamaba como él decía ser su hijo. Ya no tenía rey, ahora tenía presidente (George Washington) y muchos de sus amigos habían perecido. Pero el solo hecho de volver en sí le era milagroso y como tal inexplicable.
 
Pues a la fiesta le está pasando algo así. Se sacude de un sueño profundo. Abre los ojos a un mundo distinto, como entumecida, sin dinero, en medio de pandemia, prohibiciones y deserciones. Ya Las Ventas, La Maestranza, Pamplona… no admiten corridas. El San Isidro es otro. No en plaza sino en “Palacio”, apenas once festejos, tendidos vacíos y espectadores televidentes. Toros más añosos que los habituales. Más riesgo, menos recompensa.
 
Así espabiló hace unos días en Vistalegre. Hoy, después de tal reposición de su feria magna, el San Fernando en Aranjuez (con menos cambios), y Navalcarnero, Niebla, Valdilecha, Llerena, Tomelloso, Montoro, Ciudad Lerdo, Apizaco... y en las redes carteles, promesas de futuro: Castellón con su Magdalena extemporánea, y Arles, Brihuega, Colmenar Viejo, Zamora, Mont de Marzan, Burgos… ¿No Alicante, Algeciras, Valencia, Azpeitia, El Puerto… qué se hicieron?
 
Bueno, ya no es como el antaño lejano, cuando la fiesta era fiesta. Ni siquiera parecido al inmediato antes de la crisis, cuando se agravaban las carencias, los ahogos y las contracciones. No. Ahora, tras tantos amigos muertos, tantos toros al matadero, tanto tiempo perdido, las cosas van más duras aún.
 
Pero al menos hay signos de vida y quienes todavía bregan por mantenerla. Quizá cuando ellos tengan éxito, si es que lo tienen, regresen también los grandes promotores, abran sus ruedos y entonces a lo mejor sonriamos y nos digamos alegremente —no fue un coma, solo una pesadilla.

lunes, 24 de mayo de 2021

HASTA PRONTO SAN ISIDRO - VIÑETA 407

 
Viñeta 407
 
Hasta pronto San Isidro
Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali mayo 24 de 2021
 

 Ayer, en la última de San Isidro, Juan Del Álamo dio una vuelta al ruedo, Román saludó dos veces y Garrido quedó silenciado. Mientras el encierro se fue la mitad ovacionado de salida y la otra de arrastre.
 
Se arriesgó mucho, se ligó nada y se mató mal. Eso signó la corrida. Pese a ser muertos, mal muertos, triunfaron los toros. Bueno, la importancia del toro fue la tónica general de toda esta feria sui generis, qué cerraba y quedará marcada a hierros en el recuerdo. El toro adulto, cinqueño más del 95%, le dio gran significado a cuanto hicieron los toreros. Que fue mucho, y reflejó con sangre, sudor y arte lo que viene pasando en el mundo. Hubo heridos graves. No muertos, gracias a los médicos. Es como si el año y medio de tribulaciones, que ha forzado también un año y medio más de crianza, hubiese templado a fuego todos los elementos de la fiesta.
 
Cada época tiene su toreo y este tan serio San Isidro 2021, celebrado en Palacio multiuso, con público más virtual que presencial, por diferente empresa, pero en la misma ciudad capital, ha sido de nuevo, con todo y sus limitaciones, la primera feria del mundo. La que refleja la historia y fija los valores. La que otra vez ha declarado que el toreo no se rinde.
 
Ayer, la casta y poder de los albaserradas se impuso y como dijo al final el ganadero Adolfo Martín, sus toros “defendieron el pabellón”. Y digo yo, probaron una vez más que el toro no tiene por qué ayudar a que lo burlen y lo maten. Que esa falacia posmodernista está bien para los mataderos. Pero, aun así, con todo y que “no ayudaron”, de haberles acertado con los aceros, hubiesen dejado al menos dos orejas en manos de los esforzados que los enfrentaron. Ellos por su parte cumplieron, atacaron los caballos y empujaron con celo, y sin pausa las capas, banderillas y muletas.
 
Salieron a probar que como decía Belmonte, “cuando el torero manda, todos los terrenos son del torero y cuando el toro manda, todos los terrenos son del toro”. Esa eterna cuestión se volvió a debatir a profundidad cada una de las once tardes oficiadas sobre la arena de Vistalegre. Ante el mundo, gracias a la formidable transmisión televisiva. ¡Chapó! Y hasta pronto San Isidro, qué si no puede ser en Las Ventas, pues ya sabemos dónde y con quién.

lunes, 17 de mayo de 2021

EL EXILIO DEL SANTO - VIÑETA 406

Viñeta 406

 El exilio del santo

Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali mayo 17 de 2021


Hasta donde la memoria taurina llega, no hubo un santo más celebrado que el de Madrid. Siempre corridas postineras en su quince de mayo, y desde 1947 toda una feria conmemorativa que llegó hasta los treinta y cinco festejos consecutivos. ¡Treinta y cinco días de fiesta! ¿Cuál otro?

Siempre corridas por San Isidro en la primera plaza del mundo con su también primera feria del mundo. Pero ya no, desde hace dos años, Las Ventas a cal y canto. No es un asunto menor, no es un asunto municipal, es un asunto ecuménico (del toro).

Obliga recordar que ni “la gripa española” de 1918, peste peor que esta, había causado tal exilio. Reinaban entonces Joselito y Belmonte, y aquel encabezó esa vez las estadísticas con 104 corridas toreadas. Dos años más tarde, día de San Isidro también, Madrid lo despediría, de mal modo, por cierto, veinticuatro horas antes de que “Bailaor” le matara en Talavera. Pero son cosas pasadas, y eran otros hombres, más hombres los nuestros, como canta el tango de Canaro.

Es la pandemia, que también concierne a todos, aducen los responsables del desalojo, cerrando la puerta. Entonces toros, toreros y santo han tenido que ir con sus bártulos a buscar asilo por Carabanchel, en la que fuera plaza secundaria y hoy “Palacio”, que también es Madrid, pero excéntrico.

Allí, pese a las restricciones de concurrencia y las consabidas limitaciones logísticas y económicas, otro empresario generoso ha tirado alfombra roja, como en las ceremonias de los “Oscar” o los “Goya”. Valga la comparación, pues todo un desfile de toreros estrella y ganaderos VIP ha llegado para honrar al patrono ante una audiencia más televisiva que presencial.   

De seguro el santo y humilde labrador no se hubiese sentido tan mal como se siente hoy todo el toreo, lanzado en tiempos duros de su sede mayor. Sin embargo, este refugio palaciego, aunque techado, semioscuro y menos grandioso, bien ha servido para torear, mantener el culto y mostrar una vez más que cuando se quiere se puede.