Emilio de Justo ayer al salir al ruedo. Fotograma: Plaza Toros TV |
lunes, 11 de abril de 2022
EL TOREO ES GRANDEZA - VIÑETA 453
lunes, 4 de abril de 2022
EL HASTÍO DEL TRIUNFO - VIÑETA 452
VIÑETA 452
José Tomás, Coliseo de Nimes, septiembre 20 de 2012. Foto: afp, ABC |
—Hay que ayudar, ¿o eres antitaurino?
lunes, 28 de marzo de 2022
PARTE DE GUERRA - VIÑETA 451
VIÑETA 51
Paths of glory, pintura 1917. Autor: Christopher R. W. Nevinson, Wikipedia |
Parecía un planificado contraataque a la campaña de vacunación que alcanzaba entonces al 50% de la humanidad. Las avanzadillas de la nueva ofensiva fueron avistadas el martes 9 de noviembre de 2021 por la Red para la Vigilancia de Sudáfrica en la República de Botsuana. Sitio no precisamente débil en la línea defensiva. Uno de los países con más rápido crecimiento económico en el mundo y con mayor ingreso per cápita, inversión en salud y educación del continente.
Sin embargo, como un ejército de refresco, la variante del Covid 19, atacó y siguió de largo a paso redoblado, desplegándose por todos los frentes y por todas las vías. Preferentemente aéreas, globalizándose con una rapidez que superó en mucho la de las anteriores andanadas y metiendo miedo.
Diecisiete días después, la nueva fuerza agresora, fue declarada “variante preocupante” y se la designó con la letra griega Ómicron, saltándose del alfabeto las letras “Nu y “Xi” para evitar confusiones etimológicas o xenofóbicas que azuzaran los muchos conflictos internos en el campo humano.
La “preocupación” surgía del armamento de largo alcance y destrucción masiva que portaba la nueva ola. Múltiples mutaciones; treinta y dos de ellas en las proteínas de las espículas, las cuales aumentaban su resistencia y efectividad.
Informes inteligentes alertaban sobre la mayor velocidad de contagio, incluso en personal blindado, veterano de previas infecciones por SARS-CoV-2. Pronto, las estadísticas mundiales corroboraron que Omicron avanzaba como en un klitzbrieg.
El censo de víctimas se disparó en 90 días, de 271 millones acumulados en los dos años anteriores, a 460 millones detectados el 15 de marzo del 2022. Aumento vertical en corto lapso que pudo convertir la preocupación en pánico, a no ser por un dato alentador. Más heridos, pero relativamente menos muertos. El índice cayó del 2% al 1.3% en el mismo breve período.
Quizá no por benevolencia enemiga, sino porque de alguna manera las vacunas contrarrestaban la gravedad de los ataques en las poblaciones más vulnerables (viejos) que habían sido reforzadas. Ahora, pese al saboteo quintacolumnista, negacionista, y anticiencia, el invasor se repliega. La curva se aplana. Se gana terreno y los deseos de normalidad comienzan a casar con las evidencias.
Bueno, ¿y que tiene que ver esto con los toros? Todo. Las ferias han reaparecido, el público se retrata en las taquillas, las figuras hibernantes salen a competir con los que aguantaron la parada, se abren puertas grandes por doquier, y los antitaurinos retoman su intolerancia.
Ghebreyesus acierta, esta otra guerra mundial que ha cobrado seis millones doscientas mil vidas, acaba. Despertamos de la pesadilla…, pero la muerte sigue ahí.
lunes, 21 de marzo de 2022
ALBUR Y CALAMBUR - VIÑETA 450
VIÑETA 450
Juan Belmonte 1917. Foto: Vandel, ABC |
—Me salió un bodrio que parecía un telegrama larguísimo— concluyó.
—Clarito: mañana hará usted lo de Madrid—
—¡Cla… Clarito! ¡Quien será este Cla… Clarito?
—Yo le conozco –dijo defensivamente don Ramón.
—Es un periodista joven que vale mucho.
lunes, 14 de marzo de 2022
FALLANDO FALLAS - VIÑETA 449
VIÑETA 449
lunes, 7 de marzo de 2022
SER O NO SER - VIÑETA 448
VIÑETA 448
Toros. Foto: Juan Pablo Zumel Arranz, Wikipedia |
domingo, 27 de febrero de 2022
EL INVIERNO DE NUESTRA AMARGURA - VIÑETA 447
VIÑETA 447
El invierno de nuestra amargura
Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali II 28 2022
Toro de Los Bayones. Foto: Torosdelidia.es |
Se vislumbra la primavera en el hemisferio norte, aquel por donde según Henry Kissinger “transcurre la historia universal”. Y al mismo tiempo, en todo el mundo, incluido el “ahistórico”, parece declinar el duro y largo invierno de la pandemia que se ha llevado tantos.
Deshielo, reverdecer, floración, reactivación… Las especies hibernantes comienzan su lento despertar, el intensificar la brega por la vida, el apareamiento y la continuidad de la especie. No así la humana, que ha convertido la matanza propia en actividad primordial, en partera de su historia, y ahora, en su posible sepulturera total. Dado el monstruoso poder destructivo puesto a disposición de sus competitivos machos alfa...
Al tiempo con el tiempo, en Europa toros, toreros y públicos aprestan la retoma de ruedos, graderíos y pantallas. Terminan dos años y medio en que la fiesta sobrevive con su metabolismo al mínimo, sostenido por un puñado de resilientes, usando la televisión como tubo de respiración asistida, contra el ahogo del distanciamiento social y las restricciones de concurrencia.
Cuando las plazas quedaron desoladas, bastantes desertaron, se retiraron o se recogieron en sus cuarteles. Quizá esperando que el clima mejorara. Era su derecho. Pero cómo ignorar hoy a los aguerridos que le pusieron el pecho a la gélida tormenta, jugándosela para sostener el hálito del culto. Empresarios, ganaderos valientes cuyos nombres quedan para el recuerdo, y los matadores, que liderados por Ponce 2020 y Morante 2021, dieron la cara en estos años de gesta. ¿Cómo olvidarlos, por qué olvidarlos, por qué negarles reconocimiento y honor, si ahí estaban las cámaras atestiguando?
Bienvenidos los que ahora se levantan, vuelven y se suman a ellos. Claro que sí, los extrañábamos mucho. Su concurso será definitivo para la resurrección. Enriquecerá los carteles, alimentará las taquillas, fortalecerá el sistema…, lucrarán justamente. Sin embargo, en medio de la euforia es imposible obviar algunas incomprensiones.
El esperado Alejandro Talavante, por ejemplo, quien se negó a reaparecer en Sevilla por no dejarse televisar y luego arremetió en Madrid contra las transmisiones acusándolas como “elitistas”. Equivocado desdén a la que ha mostrado ser no solo la manera más barata y popular de acceder al rito desde cualquier latitud, sino el vehículo más eficaz de su indispensable difusión. Sin ella, este invierno de nuestra amargura hubiese sido final, no tendríamos otra primavera, ni esperaríamos que el sol del verano trajera dulzura.