KILOS Y CUERNOS - VIÑETA 589
VIÑETA 589
Kilos y cuernos
Jorge Arturo Díaz Reyes 1º XII 2025 No puedo recordar desde cuándo, ni cuántas veces
habré oído y leído la despectiva sentencia —kilos
y cuernos no son trapío —Tantas dictada como juez y parte, tantas repetida sin
juicio ni parte. Pero casi siempre con la impunidad exitosa de las medias verdades.
Pues claro. No los son per se, pero sí son expresión
y substancia, sine qua non, de la integridad, el desarrollo, la edad, el
volumen, el cuajo, la salud, el vigor, la armonía, el respeto, la estética… No
son el trapío, cierto, pero sin ellos no hay trapío. Bravura o mansedumbre, también
condiciones naturales, van por aparte, no siempre asociadas.
Caigo en este lugar común, perdón, empujado por la
lectura de dos documentos de actualidad y atención. Primero, el “Balance de la
feria de San Isidro 2025”, publicado en su Web oficial, por la Organización El
Toro de Madrid. Segundo, el resumen de la Cuarta Tertulia Invernal de la misma
organización, Publicado por Cultoro (jueves pasado), a la cual compareció el
empresario de Las Ventas, Rafael García Garrido. No es indispensable resaltar la
significación de ambos.
El
uno, hipercrítico hasta el apague y vámonos: “Tristeza por la
situación que vive la fiesta y en especial la plaza de Las Ventas… calidad
ínfima… aburrimiento… mucho cinqueño… en general bobalicones… preparados para que los toreros vengan con
garantías de mínimo riesgo… Poco criterio en la elección del ganado… antitaurinismo
en el Colegio de Veterinarios… Los cuernos y el peso no es trapío, los remates
de los toros están en los cuartos traseros…”
Hasta
aquí, un muestreo de valoraciones al toro. Respecto al toreo, el torero, la
autoridad, la empresa y el público, las opiniones del balance merecen
reflexiones más vastas que las posibles en este corto espacio.
Por
ahora vuelvo al tema titular. Sí y no, insisto, las armas y la romana del toro (productos
naturales del crecimiento y adultez), no lo son todo, pero sin ellas no hay
todo. Y si además de la esplendidez en las dos cualidades morfológicas, el
mucho “cinqueño” y el personal “aburrimiento” son la medida para la
desaprobación del toro de Madrid, por parte de la élite de la afición, tendría
que plegarme definitivamente a su declaración inicial: “Tristeza por la
situación que vive la fiesta y en especial la plaza de Las Ventas”. En
cuanto al Colegio de Veterinarios, no creo justa la descalificación.
De
mi lado, (y asistí a todas y cada una de las corridas), la feria más larga y determinante
del mundo continúa echando, en general, con la lógica variedad y propia
imprevisibilidad de juego, el toro más toro, con más kilos y cuernos. Y el “aburrimiento”,
(para los que van a desaburrirse), por cierto, selectivo, lo capté más en una
minoría irreverente y no pocas veces irrespetuosa.
En
contraste con lo anterior, el segundo documento, el de Cultoro, atinente a la
Cuarta Tertulia Invernal, muestra la misma venerable organización, mucho más
considerada y receptiva. ¿Sería el frío?
Ya
en presencia del principal implicado; el empresario, “que ofreció una
intervención sólida, directa y muy celebrada por los aficionados presentes...”
terminaron aplaudiendo la promesa del regreso de la ganadería de Cuadri y otras
divisas de fuerte arraigo torista, así como planteando la necesidad de “mayor
número de corridas de toros fuera de los ciclos de San Isidro y Otoño.” Y “dejando la sensación de que “Las Ventas
camina hacia una temporada más abierta, plural y con especial atención al toro.”
En
la que espero yo, aficionado vetusto, los kilos y los cuernos, sigan engrandeciendo
al toro de la primera plaza del mundo. Como los del premiadísimo, “Brigadier”
(667 K. y cinco años largos), antípoda del cómodo y juvenil terciado que se podría
esconder subliminalmente tras el manido eslogan.
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