ANAMNESIS - VIÑETA 546
VIÑETA 546
Anamnesis
Jorge Arturo Díaz
Reyes 11 XI 2024 Termina revigorizada la
temporada europea 2024 y se inicia la tambaleante americana. En Colombia, la
fiesta pena en el pabellón de la muerte, con fecha de ejecución a tres años y su
temporada reducida a doce carteles en plazas de primera, Cali y Manizales, de
los cuales apenas ocho serán corridas de toros.
En México, cierran y
reabren las importantes plazas de la capital (la más grande del mundo), Guadalajara,
Querétaro… mientras ralean los festejos en las otras, a despecho de la nutrida
y esforzada nómina torera nacional. El Ecuador, resiste atrincherado en el
reducto de Latacunga. Venezuela, con Caracas prohibida desde el siglo pasado, da
estertores por San Cristóbal y Mérida. Solo Perú, empujado por el estrellato de
Roca Rey aumenta los festejos provincianos, aunque no así en la histórica Acho que
ya por la quinta corrida, apura su Feria Señor de los Milagros, con flacas
entradas pese a nombres de alto vuelo y encierros españoles.
En resumen, el culto del toro
en el “nuevo continente” es un enfermo que fenece atacado por agentes patógenos
identificados. La etiología exógena del mal está diagnosticada, sobre
diagnosticada digamos mejor. Para no fatigar mencionemos apenas los más virulentos:
El hipócrita: moralismo posmodernista que lleva la cultura global por los
caminos psicodélicos de la virtualidad y el perverso animalismo mascotista. La zapa
tenaz de las fanáticas mesnadas antitaurinas. La oportunista persecución de los
políticos autoritarios...
Pero paremos acá y
miremos dentro. Quizá el peor problema del paciente sea su deficiencia inmunológica.
Sus bajas defensas que lo dejan postrado ante los gérmenes. La falta en su
cuerpo de la convicción, el fervor y el vigor que han permitido a otros credos también
milenarios sobrevivir a persecuciones, prohibiciones y campañas mucho más
poderosas, largas y feroces. Digámoslo en nuestro argot, la falta de afición
real, que blinda contra el esnobismo, el transformismo y el asedio.
En Hispanoamérica,
históricamente la feligresía taurina ha sido llevada y traída a conveniencia
por los productores del espectáculo, sus portavoces y sus publicistas. Haber,
el toro es esto, el torero es esto, el toreo es esto… Repitan… Impidiendo que
las duras verdades del credo calaran a fondo y se consolidaran en el espíritu
colectivo.
Con una fe tan liviana,
unos valores tan volátiles y una grey tan vulnerable, cómo aguantará el rito desde
las catacumbas, los leones, las hogueras y el exterminio que le amenazan por
doquier. Cómo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario