VIÑETA 493
Animales al poder
Jorge Arturo Díaz Reyes, 20 II 2023
El perro de Mauricio Macri en el sillón presidencial argentino. Foto: El Informador |
“Queremos
incluir los animales en el núcleo familiar”, afirma Sergio García-Torres,
director de Bienestar Animal del Gobierno Español. Nada original, ya en los
hogares allí hay más mascotas que niños, la proporción es de 20 millones a 6. Pero
también contradictorio, pues al mismo tiempo el autor aboga por exterminar los
toros.
Pese a
todo, creo intuir en la declaración un fondo de alcances insospechados. Integrarnos
de verdad y romper del todo las barreras del especismo. Sí, del especismo.
Una vez
universalizada la inclusión de los animales en la familia, piedra fundamental
de la estructura social. ¿Tal como están ahora en manos de sus partidarios? No
se: cautivos, castrados, encadenados, enjaulados, fetichizados, rapados; a modo
de juguetes, adornos, rarezas, accesorios…, bueno, como sea, quedaría expedito
el siguiente paso. Elevar el mono, la cacatúa, el perro, el gato, el pez, el
hámster…, desde su amante rol doméstico al nivel superior; la ciudadanía.
Claro, ya
reconocidos como familiares iguales, quién les podría negar el derecho elemental
en toda sociedad equitativa; elegir y ser elegidos. Para las diversas dignidades
del Estado digo: presidentes, ministros, senadores, gobernadores, alcaldes,
jueces, rectores de universidades, y por supuesto directores de su propio bienestar.
Como en la fantasía premonitoria de Orwell.
¡Increíble!
Hallaríamos una rica veta de liderazgos en otras especies. De pronto más
eficaces y más baratos. Eso es lo que vislumbro como una epifanía en el anhelo
del connotado animalista. Sería quizás la gran redención y él su mesías.
Es que
aceptémoslo, por ahí hemos fracasado, no hemos atinado en milenios y milenios
de gestión. Echemos un autocrítico vistazo si no a la historia universal (de la
infamia, decía Borges), a su perenne violencia, impiedad, injusticia e
inhumanidad. Y al punto al que hemos conducido el mundo. Encochinado hasta casi
hacerlo inhabitable y amenazante de nuestra propia extinción. Según afirma la
ciencia.
¡Hombre!
Tan solo imaginemos si a más de darles papel de padres, madres, esposos, esposas,
hijos, hermanos, parientes…, los empoderamos de verdad. ¡Si votan y votamos por
ellos! Un asno, un cerdo, un buitre, una rata, una cucaracha, un loro, un
caballo… (ya hubo uno cónsul), cualquiera y todos al poder. El pleno derecho
animal puede llevarnos a una democracia superior, alcanzar la utopía y la
felicidad.
Al fin
y al cabo, seríamos una sola familia, la zoológica. Pues que la dirijan los irracionales,
ya que sus imitadores no pudimos. Encima, son más, mayoría manda. Gobierno de
los animales, por los animales, para los animales. Y sin corridas de toros, y
sin muerte, y sin proteínas… la gloria Sergio.
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