VIÑETA 426
Toro y circunstancia
Jorge
Arturo Díaz Reyes, X 4 2021
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“Farolero” 5º en Las Ventas, octubre 2. Foto (fragmento): Andrew Moore, deltoroalinfinito |
Eran por ahí las ocho en Las Ventas el sábado, cuando
salió al ruedo “Farolero”, el quinto. Castaño requemado, medio careto,
adulto, casi, casi en sus seis años, hondo, cuajado, con 623 kilos a cuestas,
bien puesto de pitones. Lo que llaman serio de verdad.
“¡Uf! Un despropósito”. Bueno, quizá no lo escuchamos,
pero como si lo hubiéramos hecho de tanto como nos lo dicen cada que vemos un
toro así. El reflejo condicionado es inevitable. Lo saludó una ovación. Madrid
guarda ese arcáico criterio de que el toreo es con toro.
Ya lo habíamos marcado, acá y allá, en la información
previa…, datos, fotos y videos del sorteo (bendita tecnología). Y todos lo
esperábamos, los presenciales, que habían obligado el cartel de “No hay
billetes” en la taquilla, y los virtuales del resto del mundo en la estupenda
transmisión de Movistar (que también pagamos), con la ventaja de que nunca se
nos acaba la boletería, para esta localidad ubicua, mágica, privilegiada, que
ve y oye todo desde la poltrona de la casa. Unos deseando que también fuera
bravo y otros, tal vez, que pegara el petardo para refrendarse y sacar pecho.
No se prodigó en el primer tercio, donde se mostró
algo disperso e indócil. Fue de largo tres veces al caballo empujando sin mucho
celó inicial y luego apremió los banderilleros. Pero apenas asomar la muleta y
atacó fiero los nueve doblones genuflexos por bajo y los dos de pecho. Descarga
de alto voltaje que conectó la plaza echando chispas.
Y a más repitiéndose grande, sin desmayo en las ocho
tandas por uno y otro pitón y en sus broches. Exigiendo, apretando y
advirtiendo que cobraría caro cualquier falta de firmeza. Emilio de Justo
respondió. Plantado en jurisdicción, expuesto, veraz, oponiendo pasión a la
bravura, aguantando la posición. El tendido rugía en sostenido cuando con la
misma codicia del principió acometió las cuatro derechas sin ayuda, las cuatro
trincheras abajo, la cita para el honorable volapié, la estocada total y la
muerte en los medios. Muriendo como lo que fue.
Al clamor de ¡Torero! ¡Torero! siguió el de vuelta al
ruedo para el arrastre. No se le concedió, pero la ovación para los restos fue
atronadora. Momento cumbre de una temporada histórica en la cual ganaderos,
toreros, empresarios, aficionados, medios… han plantado cara a la adversidad y no
solo la han lidiado, sino que forzados por las circunstancias han tratado de
purgar los ventajismos, imposturas y melindres que antes de la pandemia ya
tenían grave la fiesta. El garcigrande “Farolero”, número 90, explicó
todo eso en veinte minutos, y sin decir una palabra… para quien pudiera
interesar.
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