El rito primigenio
Pintura rupestre,18.000 años. Cuevas de Lascaux |
Jacques Cauvin, francés y
arqueólogo reputado, informa en su libro: “El nacimiento de los dioses y la
agricultura”, publicado por la universidad de Cambridge en 1994, que las
primeras evidencias de confrontaciones rituales del hombre con el toro, tienen
por lo menos diez mil años, aunque de seguro son mucho más antiguas, y que la
lucha mortal con el animal sagrado implicaba no un acto de crueldad sino de
abnegación al arriesgar y ofrendar los oficiantes en prez y favor de los
dioses.
Marija Gimbutas, estonia y
autoridad mundial en culturas prehistóricas europeas, con su texto “Dioses y
diosas de la vieja Europa” identifica el toro como la primera deidad (el
Dios macho), “La Gran Diosa, emerge milagrosamente de la sangre del toro
sacrificial y en su cuerpo comienza nuestra vida”.
El toro simbolizó desde los
orígenes de la cultura, la virilidad, la fuerza, el poder, la fertilidad, la
vida. Su cuerna evocó la media luna creciente, los cambios climáticos que
beneficiaban o perjudicaban las cosechas, y traían la prosperidad o el hambre.
En su culto se recreaba el misterioso ciclo de la vida, la muerte y el renacer.
No cabe aquí detallar como este
rito de ofrecerse al toro y darle muerte ceremoniosa subsistió a lo largo de la
historia. Cómo pasó por Sumeria, Egipto, India, Grecia, Roma, Iberia. Cómo los
judíos adoraron al toro joven (becerro de oro). Cómo campeó en la Edad Media
bendecido por el catolicismo (credo de piedad). Como arraigó en América. Ni
como llegó hasta hoy convertido en la corrida moderna.
Pero sí cabría decir que la
fiesta de toros, es el único rito sacrificial, que ha sobrevivido desde los
albores de la inteligencia, desde el parto de los mitos, desde el alumbramiento
de la civilización.
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