Viñeta 316
Volvió Ponce
Fue
la noticia de la semana, que volvió. No que lo hiciera en El Puerto, indultando
un pastueño juanpedro y saliendo a hombros en loor de multitud. No, triunfos
como ese han sido para él habituales.
La
noticia es que haya vuelto. A solo cinco meses de la cogida en Valencia que le
despedazó la rodilla izquierda. Con eso y cuarenta y siete años, (veintinueve
de alternativa), habiéndolo ganado todo ya. Eso es lo tremendo, lo que admira y
asusta.
Siete
días antes de reaparecer había dicho un montón de cosas al ABC de Madrid. Entre
ellas: “Emocionar con miedo es fácil, lo difícil es emocionar con belleza”.
Declaración de principios que cabe para muchas artes y oficios. También, reto y
proclama.
Sin
duda sincero, porque lo ha sustentado en el ruedo a lo largo de toda su carrera.
Si lo sabremos los que la hemos seguido y más los que tanto hemos criticado su exitoso
esteticismo.
Bueno,
ahora ya nos ha quitado ese argumento. Desde antes de lo de Fallas, Enrique
venía toreando lesionado grave de la misma rodilla y aguantando callado, dando
muchas ventajas. Luego el desastre y la incapacidad para sostenerse de pie le forzaron
al quirófano. Lo demás es conocido; el preciso trabajo de Villamor y sus
fisioterapistas, la recuperación veloz y el retorno temprano que no por anunciado
impacta menos.
El
tiempo de cicatrización interna no ha sido mucho. Con menos daños, deportistas
más jóvenes y musculados que él, tardan más en reintegrarse, si es que se
reintegran. Está convaleciente. Le aguardan muchos toros de media tonelada y
más. Públicos que le pedirán linduras. Toma riesgos altos. Los acepta sin
alardes. El miedo no es su discurso, lo desprecia, lo relega, ya lo dijo, pero
ahí estará tácito tarde tras tarde.
El
toreo es arte peligroso y romántico, en el que, como dijo el poeta colombiano
Guillermo Valencia, bien cabe sacrificar un mundo para pulir un verso. Ponce lo
asume. Valiente. Mis respetos.
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