Viñeta 220
Lo que natura no da…
Por
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 26 de septiembre 2017
Biblioteca. Foto: Antoine Taveneaux, https://commons.wikimedia.org |
Ayer, según las noticias, la venerable Universidad de
Salamanca volvió a ser mancillada, y esta vez por su propio rector. Qué pena,
qué vergüenza y como señala Carlos Ruiz Villasuso en su columna de Mundotoro,
qué diferencia con el valiente antecesor Don Miguel de Unamuno quien hace 81
años, ante amenazas mucho mayores y a riesgo de su propia vida, defendió la
esencia de universalidad y libertad intelectual que define la palabra Universidad.
Y qué alegórico también, precisamente ocurrió en el
aula que perpetúa su nombre, donde la inauguración de la Catedra de Estudios
Interdisciplinares de la Tauromaquia, fue cancelada para complacer a gamberros
antitaurinos que amenazaban asaltarla. De nuevo el claustro amordazado por la
barbarie, pero esta vez con la complicidad del primer llamado a honrarla Qué
miedo.
Según leo, en el acto académico prohibido por la
rectoría, se pretendía explicar, con la presencia de directivos, el programa
del curso y dar al final una mesa redonda sobre el tema “Universidad y
Tauromaquia, un reto para el siglo XXI”, a la cual concurrirían el periodista
Chapu Apaolaza, la académica de Artes y Ciencias Cinematográficas Sol
Carnicero, el investigador cultural del Real Instituto El Cano Ángel Badillo y
el matador de toros Cayetano.
Yo desde el otro lado del mar, también me siento
insultado. Más que por aficionado, por hombre libre, por heredero de la lengua
que nos legara Nebrija, uno de los exalumnos de aquel centro, fundado mucho
antes de sospechar la existencia de América, para la cual Salamanca vino a ser
sinónimo de Universidad y esta de autonomía y libre examen.
Pero, además porque aún me resuenan el estallido de
las bombas frente a la plaza de Santamaría en Bogotá, las injurias de los
energúmenos, y las burradas de los políticos prohibicionistas. Todo eso hace
hilo.
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