lunes, 28 de noviembre de 2016

CALI FERIA 60 - VIÑETA 176

Viñeta 176
Cali feria 60
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 15 de noviembre 2016

Fotos: Camilo Díaz, www.cronicatoro.com
Cali se atuvo más al presente que a la historia para la contratación de toreros en su sexagésima feria. Con esa mira compró encierros de aceptación apoderada (como en todas partes) y combinó carteles, que si bien pueden ser discutibles desde cada uno de los respetables pero infinitos gustos personales, desde lo realizado en el año por sus integrantes resultan sólidos.

Las cosas como son. Entre los extranjeros destacan los cuatro más distinguidos (triunfadores) en la pasada feria madrileña de San Isidro, máximo examen; Manzanares y David Mora, únicos en desorejar un toro en el extenso serial. Junto a ellos, López Simón y Andrés Roca Rey con sus respectivas puertas grandes. Esto, para no hablar de muchas otras plazas.  

También brillan los tres primeros nombres de las estadísticas, los más contratados (por algo será), en su orden: López Simón, “El Fandi” y Castella primera figura de Francia. 

Quizá solo escape de la refrendación matemática Miguel Abellán, a quien los números no le suman pese a la entrega en sus ocho presentaciones.

No así el rejoneador Pablo Hermoso, quien, habitual de la temporada colombiana (por sus éxitos), añade al digno cuarto puesto en paseillos, la vitola de “mejor” y ser propietario de un trofeo “Señor de los Cristales”. 

Los caleños de nación y escuela encabezados por Bolívar, Perlaza, Zúñiga, y Guerrita; el bogotano Ramsés, el caldense Pardo y el paisa Castrillón, llegan bien aprobados por las temporadas nacional y peruana, ya que prácticamente no torearon este año en Europa, México ni Venezuela.

Explicable mas no perdonable, la ausencia repetida de tres hierros con clientela seria y corridas notables en sus últimas apariciones: Mondoñedo, Guachicono y Santa Bárbara. Pecado capital. A cambio, los de Caicedo, Paispamba, Achury, Gutiérrez, Salento y Ventas, que reaparece, unos más otros menos están todos justificados. Faltando claro, abrir el melón. 

Y digámonos la verdad. Más que la empresa, la fiesta necesita del respaldo presencial que por encima de parcialidades o caprichos esta oferta reclama. 

COLOMBIA OTRA VEZ - VIÑETA 175

Viñeta 175
Colombia otra vez
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 8 de noviembre 2016

Plaza de Santamaría 24 II 2008. Foto: J.A. Díaz
Ya Manizales dio su prefería. Cali dará la suya en tres días, dos novilladas picadas y una corrida de toros. Luego, las dos plazas continuarán con sus ferias ensambladas de final y comienzo de año.

Después, en enero y febrero, lo más importante, la temporada bogotana con la muy anhelada reapertura de la Santamaría estrenando restauración, y simultáneamente la irreductible Medellín. Quizá también Cartagena, Duitama, Popayán y algunas otra plazas menores, no sé. Será mucho para lo que ha pasado, pero poco para lo que hace corto tiempo había.

Reflexiones, nostalgias, ilusiones. Bueno, por un lado, el antitaurinismo arrecia. Los costos aumentan. Las ganaderías, los públicos y los festejos menguan. Se abandonan plazas. La fiesta se contrae y se aligera, pues como sucede en todo el mundo, los tiempos, los modos, las modas cambian y no siempre para bien. Lo resiente la vieja y fiel afición refunfuñando que todo tiempo pasado fue mejor y se va yendo apesadumbrada por el incierto destino de su herencia.

Sin embargo la esperanza no se pierde. La afición está replegada pero vive. Cuando se le ha convocado justificadamente ha vuelto y llenado las plazas, y lo ha hecho renovando filas, alistando contingentes jóvenes. ¿Que sienten la fiesta diferente, que la valoran distinto, que ignoran las viejas maneras? Claro. Siempre ha sido así. Cada generación escribe sus propios libros, decía Borges, y su propia tauromaquia, digo yo. La fiesta es dinámica, refleja la sociedad, la época, y aunque no lo parezca nunca ha sido igual. Quizá no mejor cada vez, pero si diferente; la que corresponde. 

Y si se ha mantenido, milenaria, será porque sus diferentes formas litúrgicas, han estado sostenidas todas por la misma esencia ritual. La celebración veraz, honda, de vida y muerte, de regreso lúdico a los orígenes, de comunión con la naturaleza. 

Podrá decaer la corrida (como espectáculo-negocio, una de sus versiones más recientes), podrá prohibirse, podrá convertirse a otra cosa quizás. Pero el impulso humano que la sustenta estará siempre ahí. En Colombia y en cualquier lugar. Baste ver a los jóvenes daneses, japoneses o norteamericanos corriendo libres y felices los toros en Pamplona, y a la multitud que los mira desde todas partes.

QUE ATOREE TRUMP - VIÑETA 174

Viñeta 174
Que atoree Trump…
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 1º de noviembre 2016

Como dijo el hastiado Rafael cuando renunció de Madrid; a ustedes que les lidie su santo patrón, si es que resucita y quiere. 

“Guerrita”, nacido en tierra de toreros y sabios era las dos cosas al tiempo. No lo digo yo, lo han dicho todos. Pero además demócrata; para qué ir contra la turba mayoritaria. Para qué darse con una piedra en los dientes tratando de convencer la estupidez arrebañada. Cuando no se puede no se puede y además es imposible. Las masas obtienen siempre lo que les corresponde, lo que merecen.

Una sociedad que ataca los animales y todas las especies polucionando el planeta, que reniega de principios humanísticos como verdad, honor, valor, lealtad, solidaridad, respeto (ver noticieros). Una sociedad que denigra, persigue y prohíbe un rito consagrado a esos principios y a la naturaleza, como la tauromaquia.

Una sociedad para la cual el crimen mientras no sea público no es crimen. Según legislan los políticos “animalistas”, para quienes descuartizar animales por miríadas en la sordidez de los mataderos, asfixiarlos por millones en la masacre de la pesca industrial, envenenarlos por decenas en el horror de las perreras municipales, no es crimen, por ser oculto. Pero sí es crimen la corrida; el enfrentamiento ceremonial, artístico, alegórico, respetuoso, con oportunidad de defensa y un claro código ético, porque sucede a la luz pública.

Noticia en el diario ABC: “El consistorio (de Barcelona) sostiene que, a pesar de la sentencia (del Tribunal Constitucional español), continúa vigente la prohibición genérica de matanzas públicas de animales (corridas)” Las otras matanzas no públicas, continúan siendo bienvenidas.

Una sociedad así, quizás esté más justamente representada por quienes ofrecen discriminación en vez de tolerancia, confrontación en vez de acuerdo, muros en vez de puertas. Quizás esté más fielmente interpretada y liderada por gamberros capaces de romper debates presidenciales con argumentos como: ¡Vieja asquerosa!, gritados a una pequeña anciana delante de todo el mundo.

Imagino que si el ingenioso cordobés Don Rafael Guerra Bejarano se levantara de su tumba y mirara la televisión exclamaría: --En este mundo que atoree Trump... o Puigdemont, o Peñalosa...-- Y se volvería a ir.

BARCELONA Y BOGOTÁ - VIÑETA 173

Viñeta 173
Barcelona y Bogota
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 25 de octubre 2016

El regocijo taurino por la sentencia (tardía) del Tribunal Constitucional español reprobando la prohibición en Cataluña, y por el acatamiento (tardío) de la alcaldía de Bogotá a la Corte Constitucional colombiana liberando la plaza, es justificado.

Celebramos que nos hayan dicho lo que sabíamos todos; que la constitución en uno y otro país prohíbe prohibirnos, que somos legítimos, que tenemos derecho a existir, que la razón y ley están de nuestro lado. Vale. Gracias. Lo necesitábamos, porque solo saberlo no había sido suficiente. ¿Ahora lo será?

¿Los fallos, que demoraron en España más de seis años y en Colombia casi cinco, avalan el refrán: La justicia cojea pero llegaen este caso, pregunto.

Ya el gobierno catalán (Puigdemont) anticipó que desobedecería, y antes el alcalde bogotano (Peñalosa) amenazó que si la sentencia le era adversa encabezaría marchas contra las corridas, y apenas verse obligado a permitirlas, tan rápido como boxeador devolviendo un jab, lanzó un proyecto de ley prohibicionista para intentar atajarlas.

En medio del barullo mediático, el matador Enrique Ponce, aprendido con sangre, a no perder la cabeza, advierte: Hay que marcar una fecha para la reapertura, si no ¿de qué nos sirve la sentencia? Cosa que los anónimos novilleros huelguistas de la Santamaría también habían dicho a su modo hace dos años: Hasta que el toro no esté en el ruedo no hemos ganado nada.

Frente a la intolerancia, la razón y el derecho no bastan. La Unión de Criadores de toros (UCTL), cultores de la paciencia genética lo asumen y en vez de tirar campanas al vuelo se prometen "seguir trabajando para que puedan celebrarse corridas en Cataluña". 

Hacen bien. Aún es incierto el futuro en Barcelona y en Bogotá, porque Puigdemont y Peñalosa son la misma cosa; conversos antitaurinos, políticos, profesionales del salirse con la suya, y más cuando tienen el “As” del poder en la mano. Así las cosas, el alborozo constitucionalista y la ilusión caben, pero el triunfalismo, el pensar con el deseo, el dar el pleito por zanjado, no.  

BOB DYLAN Y EL TOREO - VIÑETA 172

Viñeta 172
Bob Dylan y el toreo
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 18 de octubre 2016


No pudo haber premiación más tradicionalista ni auténtica que la del Nobel para el cantante judío-norteamericano Robert Allen Zimmerman. Quien al parecer no se ha dado por enterado. No lo digo por ser su coetáneo, ni porque me gusten más que las de otros algunas de sus canciones, que ciertamente me gustan. Lo digo porque las cosas son como son.

Por ahí andan protestando que premiar un cantautor (como les dicen ahora), es negar la literatura y los libros. “Canta oh musa la cólera de Aquiles”, comienza uno primordial que fue cantado durante siglos, antes que decidieran convertirlo en letra muerta. La literatura ha sido desde siempre cantar de los cantares. La poesía es poesía por su musicalidad. La prosa también. Lo demás es escritura no literaria. Caligrafía.

Hey, mister Tambourine man play a song for me
I'm not sleepy and there is no place. I'm going to.

Pienso en esto balanceándome sobre mi corta rama de aficionado, recordando la música callada del toreo y leyendo a descubridores del agua tibia, modernizadores, anticristos que le anuncian nuevas eras. Partir su historia en dos, “humanizándolo”, convirtiéndolo en otra cosa, más aceptable, más turística. No desinteresadamente por supuesto.

¿Qué otra cosa sería? ¿Renunciar a la eterna partitura sintetizada por Pedro Romero: “Jamás huir, ni correr, ni saltar la barrera, ni contar con los pies. Parar hasta dejarse coger o lograr que los toros consientan…”? 

¿Cambiarla por toros que no cojan a toreros que no pueden parar, para no alejar melindrosos de la taquilla con “mensajes bárbaros”?

Bueno. Habrá quienes lo consideren indispensable, lo aplaudan, y de pronto hasta tengan razón. Los tiempos cambian. Pero pienso que esa cosa ya no sería toreo. Sería como la escritura que renunciando a su sonoridad, deja de ser literatura para convertirse a libro de cocina, guía de armar muebles prefabricados, o manual para hacerse rico sin morir en el intento, por ejemplo.

Entre Bob Dylan y Pedro Romero hay un abismo, es verdad, pero lo cruza un puente; la autenticidad del arte. 

EL TRAJE DE CHICUELO - VIÑETA 171

Viñeta 171
El traje de Chicuelo
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 11 de octubre 2016

La tarde, del 18 de mayo de 1960, Brassai, “El ojo de Paris” como le llamara Henry Miller, se quedó mirando un traje de luces que Pablo Picasso tenía colgado en su estudio, de Cannes. 

El ya famoso festival de cine de aquel año estaba en curso, y el fotógrafo, escritor y cineasta que había ganado el premio allí a la película más original cuatro años atrás, con -Tant qu'il aura des bêtes- aprovechó para visitar a su gran amigo.

El pintor notó la curiosidad del “Ojo” y explicó: “Es una triste historia. El traje de luces que está usted viendo pertenecía al matador Chicuelo II. Él me lo envió. Murió de una forma trágica. ¡Si al menos lo hubiera matado un toro! No, murió en un estúpido accidente de aviación. Hoy en día los matadores se desplazan continuamente, siempre tienen prisa. Y mueren muchos más en accidentes de automóvil o de avión que por los cuernos de los toros. Cuando me llegó el traje, él ya había muerto. Era como un último mensaje de amistad”.

El accidente había ocurrido apenas cuatro meses antes en el aeropuerto de Montego Bay (Jamaica) cuando el vuelo 671 de la aerolínea colombiana Avianca, haciendo escala, impactó contra la pista. Chicuelo II venía para torear en la Santa María bogotana donde yo habría podido verlo.

A Manuel Jiménez Díaz, le apodaron así por su pequeña estatura y su homonimia con el sevillano Manuel Jiménez Moreno. Pero por la demás nada que ver. No tenían parentesco ni paisanaje, además la medrosa genialidad artística de este era contraria con el seco arrojo de aquel. “El torero más valiente que he conocido”, me dijo una vez Andrés Hernando, en otro vuelo de Avianca que sí llegó.

Cinco años antes de matarse, Chicuelo II había cortado el rabo a un miura en Pamplona, y siete orejas en Madrid durante la feria de San Isidro; cuatro a toros de Carlos Núñez el 17 de mayo y tres a toros de Barcial el 19. Después se retiró, y luego volvió solo para morir. Treinta años tenía. Fue una corta y digna vida. ¿Qué habrá sido del traje?

QUÉ SERÁ DE NOSOTROS - VIÑETA 170

Viñeta 170
Qué será de nosotros
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 4 de octubre 2016

Los nuevos empresarios de Las Ventas, el francés Simón Casas y la agencia de viajes Nautalia, quienes ganaron la subasta “no subasta” colocando sobre la mesa setecientos mil euros más que su rival, entraron declarando --Se abre un antes y un después en el toreo.

Fuerte. ¿Cómo Belmonte? ¿Otra forma de torear, otro toro que se ajuste a ella y otra afición que la pague? Se pregunta uno.

Podría ser, por qué no, si en el toreo moderno, desde Pedro Romero para acá, Madrid locuta..., y Casas es locuaz. --El cambio ya está en marcha –agregó –llego avalado por mi gestión en muchas otras plazas.

Pero al margen de la promesa, quizá deseable,  de transpolar a la primera del mundo sus exitosas gestiones comerciales anteriores, ha expresado también cosas muy preocupantes para el aficionado, como… --Las novilladas de Madrid rozan el concepto de crimen contra la humanidad… hechos indignos de la condición humana… mensajes bárbaros..

Al tiempo que su socio habla de turismo, glamour, humanizar la plaza, convertirla en centro de espectáculos nocturnos de toda índole y carteles más relevantes. Estos últimos por ejemplo, no son posibles si no se hacen con los toros que los toreros relevantes admiten. Lo sabemos de sobra.

Flota una inquietud esencial. ¿Sobrevivirá el “toro de Madrid” sobre cuyo trapío y fiereza se ha levantado el prestigio, la categoría catedralicia, y la primacía? Y hablo de Madrid, no de Las Ventas, pues esta solo es la más reciente de las plazas desde las cuales la capital española ha oficiado su histórico pontificado.

Lo que pase allá repercutirá en todo el mundo taurino. Estamos a la espera todos de comprobar si el toro del después será más o menos toro que el del antes, y si la otra promesa, la de “potenciar Las Ventas como capital mundial del toreo”, incluye aquella premisa sine qua non. 

Tendremos que esperar entonces hasta la próxima primavera para comenzar a saber qué será de nosotros.