VIÑETA 556
Taurinos a
palos
No más terminada la Gala nocturna que lanzó la feria de San Isidro 2025,
el jueves en Las Ventas, cundió el eco mediático. Había curiosidad,
expectativa, la fiesta importa, vende.
Qué Victoria Federica en el cartel, añoró a su abuelo don Juan Carlos I,
gran aficionado. Qué Roca Rey “se espantó” y Morante se le arrimó a Serra. Qué doña
Isabel Díaz Ayuso presidenta de la Comunidad reclamó con razón: "En Madrid defendemos la libertad y un patrimonio cultural de hace siglos,
frente a la censura". Qué hubo leves cambios de última hora en los 29 carteles, por
la agenda de la Casa real. Qué todos los festejos serán televisados localmente
(Telemadrid). Qué los toreros, de acuerdo a méritos personales y de poderdantía,
irán: seis de a triplete, catorce de a doblete, los demás de a una, y los menos
aventajados con los hierros más temidos, tradición.
Noticias y noticias del mismo evento, y como es de uso, la mayoría orientadas.
Empáticas, promocionales las más, publicitarias digamos. —Bueno, los tiempos
que atravesamos. —Entendido, pero es que no es de hoy.
Entonces en busca de aire libre vamos al diario que fuera tribuna del
inolvidable Joaquín Vidal, paradigma de críticos e independientes. Y nos recibe
un encabezado con siete precalificaciones, mejor, descalificaciones: Ciclo largo, carente, anodino como el toreo
actual, sin atisbo de innovación, proeza, sorpresa ni entusiasmo... ¿Ah? Qué síntesis,
qué concentración de fuego amigo, qué contrapromoción. Suficiente, mucha gente
no lee sino los titulares, claro, y es conocida la línea del periódico.
En democracia la prensa es libre, la opinión sagrada. Por fortuna, pero
cabe preguntar ¿Esta es justa? ¿Lo es acaso declarar de antemano anodinos a todo
el toreo y a la feria más importante del mundo, que por fortuna todavía, en
épocas de persecución, dura un mes largo con sus anexos y sus llenos?
¿Y no es frívolo el argumento-pronóstico puramente recreacionista, espectacularista,
fiestero de que habrá carencia de sorpresa, innovación y entusiasmo? ¿Sin atención
a lo ritual, al toro, a la imprevisibilidad trágica, a la devoción y fidelidad del
aficionado por su culto, y a qué se trata de su máximo examen anual?
Encima de farándula respira mal agüero la nota. Algo así como una advertencia
para público circense —No vayan a perder el tiempo y la plata, que la función va
a estar aburrida. ¿Lo harían mejor los antitaurinos?
Está bien, el periodismo ha sido siempre, y ahora más, campo de
propaganda y contra propaganda. Sin embargo, un algo de sutileza, de: ni tanto
que queme al santo…, le ha servido siempre mejor a sus fines. Por el contrario,
una quema y una catarsis como la de los sucesores de don Joaquín, invita más que
a credibilidad a compasión.
Sí. Pongámonos en sus zapatos. Tener que concurrir a disgusto un mes seguido
a la plaza, y encima oficiar de aficionados. Eso debe ser tan cruel como la
paliza que Martina le metió a su marido, el pobre leñador Sganarelle, para obligarle
a pasar por falso médico, en la comedia de Moliere. También hay taurinos a
palos.
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