martes, 21 de julio de 2015

TRADICIÓN DE ALEIXANDRE - VIÑETA 110

Viñeta 110

Tradición de Aleixandre
Por Jorge Arturo Díaz Reyes 21 de julio del 2015


La fría noche del 12 de diciembre de 1977 Vicente Aleixandre debía estar en Estocolmo recibiendo del Rey de Suecia el premio Nobel. No fue. Se hallaba enfermo como lo estuvo casi toda su vida. Envió el discurso para que lo leyese otro. “Tradición y revolución, dos palabras idénticas”.

Y explicó… “poesía, arte, es siempre y ante todo, tradición, de la que cada autor no representa otra cosa que un modesto eslabón de tránsito hacia una expresión estética diferente…”

Y con ello recordó sin decirlo que también lo son pensamiento, lenguaje, conocimiento, cultura, y el propio ser, suma de tradiciones genéticas y sociales. Que vemos el mundo desde los hombros de nuestros antepasados. Uno tras otro.
Sucesión, tradición, río del tiempo que corre inexorable, jamás el mismo, siempre él mismo. Regresarlo, precipitarlo, estancarlo. Parar, disparar la historia, delirio de tiranos. Del “Patriarca” en su “Otoño”, decretando que las once son las cuatro, en todos los relojes.


Patrañas de políticos que se muerden entre sí. No hay utopía, ni superhombre. Siempre los mismos, nunca los mismos, fluyendo sobre el rocoso lecho del presente, empujados sin opción por la fuerza del pasado.
Aleixandre, sevillano, chozno de Luis, nieto de  Góngora, hermano de Alberti, Neruda, Borges, Vallejo, Diego, Alonso, los dos Guillén, Altolaguirre, Cernuda, Lorca, Hernández… Izquierdista, preso, censurado, no exiliado, reivindicado, aficionado. Murió hace treinta años, dejando poemas de tradición y diferencia...
Toro o mundo que no,
que no muge. Silencio;
vastedad de esta hora. Cuerno o cielo ostentoso,
toro negro que aguanta caricia, seda, mano.
Ternura delicada sobre una piel de mar...
 

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