martes, 25 de junio de 2019

SEGUNDA SEMANA... - VIÑETA 305

Viñeta 305

Segunda semana…
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, mayo 28 de 2019

D Gonzalo de Villa Parro preside la 12ª corrida
Corre semana tras semana la feria de las ferias, la más larga del mundo. Y mientras llega el juicio final voy haciendo parciales. Los míos, claro, cada quien tendrá los propios mejores.

Tabular día por día y saldar cada siete, resulta menos incierto que después, cuando todo ha pasado, lanzarse al pajar de la memoria buscando alguna conclusión aguda. Mejor así, apuntar como empezamos, de martes a martes:

El pasado, en la dura corrida de El Pilar, una cornada privó de posible premio a Gonzalo Caballero. El miércoles, Roca Rey a plaza llena y herido abrumó y abrió la puerta grande. El jueves, con mansos y ásperos jandillas confirmó sin premio un veraz Ángel Téllez. El viernes, de nuevo con boletas agotadas, otro confirmante, David de Miranda, formó lío con un bravo juanpedro, salió a hombros y mandó sus veteranos padrinos a pie. El sábado, Juan Leal corneado gravemente pagó con estoíco arrojo el único trofeo. El domingo, la mitad de los rejoneadores reciben tres orejas de menor cuantía. Y ayer lunes, con otro encastado encierro de La Quinta, el novillero más novel de la terna es doblemente ovacionado.

El extracto de la segunda semana es obligado: Los jóvenes emergen. Ahora queda procesar los datos y responder, no cuanto se beneficiarán ellos de tales triunfos… sino: ¿Fueron estos tan ciertos? ¿Triunfa con ellos también la fiesta?

Notas al margen. El trapío se mantiene, la concurrencia también, la empresa pasa, los toreros arriesgan, el palco deriva, el reglamento y los cánones penan, la crítica se desoye y… La primera plaza del mundo lanza mensajes equívocos, da malos ejemplos, crea jurisprudencias viciosas.

¿Devolver toros lesionados durante la lidia, ya iniciado el último tercio? ¿Dar orejas a faenas insulsas o estocadas criticables, “porque las piden”? ¿Festivalear para “salvar el espectáculo” a costa del rito?

¡Cuidado! Todas las plazas querrán saltar por ahí, más allá —¿Si en Madrid se hace por qué aquí no? —Van dos, faltan tres.

SUERTE A SUERTE - VIÑETA 304

Viñeta 304

Suerte a suerte
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, mayo 21 de 2019

Paseíllo en Las Ventas mayo 15. Foto: www.las-ventas.com
Han pasado muchas cosas en esta primera semana del San isidro. Imposible reseñarlas todas. Innecesario además, el cubrimiento de los medios ha sido completo, simultáneo y universal en alcance. No en audiencia, la fiesta igual que todos los temas humanos no es unánime.  

¿Trascendencia? Si. Por estos días Madrid locuta. Lo que allí pasa, bueno, malo, afecta el clima del “Planeta de los toros”. En toda su extensión, ganaderías, toreros, toreo, empresas, público, autoridad, prensa, crítica y su relación con la sociedad en general.

Se han oficiado ya siete de las treinta y cuatro corridas. Mirarlas en conjunto es volver a los claroscuros que ha grabado cada tarde...

Al serio y cinqueño encierro de La Quinta que se fue de la primera con sus orejas puestas y cuatro arrastres ovacionados reivindicando la casta Santacoloma. La segunda con su desmesurada Puerta Grande, que puso al presidente Villa Parro en la picota, relegando una buena faena y un gran toro. Tercera, los atanasios de Valdefresno con sus avilanteces exigiendo una lidia que no hallaron. Cuarta, una figura torera naufraga en su descastado debut ganadero en la feria. Quinta, ignorando una faena total con estocada recibiendo, el triunfador de Sevilla es aclamado por una repartida y breve muestra de majeza. Sexta, dos orejas para rejoneadores ya son juzgadas pobre cosecha. Y ayer, tres blandos novillos de Mayalde ovacionados y otra oreja protestada…
Sigue bajando el rigor del palco y el público, que agotó el papel una vez y casi otra, fluctuando el resto de los días entre menos de la mitad y tres cuartos de aforo. No así la romana (574 kilos promedio para las cinco pedestres). Tampoco la edad, bastante cinqueño. Ni el trapío. Bien por los veterinarios.

Un bravo, “Pijotero” el segundo de Fuente Ymbro, no pocos encastados, algunos mansos y hasta los flojos hablan del estado de la cabaña. Pero los inválidos devueltos… ¿Por qué salieron? ¿Qué pasó? San Isidro no es cosa de “isidros”, es de todos. Ojo, hay que seguirlo, suerte a suerte.

CRUZANDO DESPEÑAPERROS - VIÑETA 303

Viñeta 303

Cruzando Despeñaperros
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, mayo 14 de 2019

Las Ventas . Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
Cierra la feria de Sevilla y se abre la de San Isidro en Madrid. La fiesta cruza el desfiladero, peregrina de una catedral a otra. Pero no solo cambia de sede y fechas (espacio y tiempo). Cambia de modo, de dimensión, de sistema referencial. Y cuando este cambia, todo cambia. Lo explicaron bien Einstein y Belmonte hace más de un siglo.

No hay tal toreo eterno y universal. El toreo es ahora y aquí. Siempre lo ha sido. Y hoy, dejadas atrás las doce corridas continuas en La Maestranza, corre hacia las treinta y cuatro de Las Ventas. Mundo cercano y distante, donde más allá de los carteles y el oropel aguardan otro toro, otro público y otra idiosincrasia. Donde no hallará música, ni plácidos lagos de silencio. Donde miles y miles de miradas y voces inquisidoras, presentes y ausentes, juzgarán cada suerte decidiendo destinos. Quien lo sabe lo teme. Las figuras más que nadie.

Plazas de Sevilla y Madrid. Ni mejor ni peor. Realidades aparte. Planetas con gravedades y atmósferas propias. Ambos existen, son ambos. El aficionado se adapta más a uno u a otro, según su metabolismo taurino. Los toreros también, solo unos pocos han podido reinar en los dos.

El del Baratillo, en una feria feliz por los muchos toros que salieron y embistieron a su gusto, ha mantenido en órbita satélites como: El Juli, Roca Rey, Perera, y Manzanares. Pero quizá su acontecimiento cumbre haya sido el estrepitoso lanzamiento de uno nuevo; Pablo Aguado. Además, refrendó su licencia de vuelo a veteranos como: Ferrera, Cayetano, Morante (por ser Morante), Urdiales, El Fandi, De Justo, Chacón y Bolívar en preferia. Dos jóvenes emergentes pasaron el examen de admisión; Galdós y Lorenzo.

De todos, algunos no estarán en este multitudinario San Isidro. Los más encopetados, porque no quisieron y los menos porque quisieron y no los invitaron. Del resto, el dieciséis de junio por la noche ya se sabrá su sino.

sábado, 11 de mayo de 2019

EL CABALLO DE CALÍGULA - VIÑETA 302

Viñeta 302

El caballo de Calígula
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, mayo 7 de 2019

Museo Arqueológico Nacional, Campa,
www.nationalgeographic.com.es
Era español, dicen. Bueno, nacido en la entonces Hispania (península ibérica). Veloz, campeón de las carreras y seguramente bello como los actuales de rejoneo criados en esa tierra.

Tantos atractivos tendría que desbordó la pasión animalista del emperador. Le asignó una mansión ajardinada, le construyó cuadras de mármol, comederos de marfil, le puso dieciocho sirvientes, y le cubrió de joyas, perfumes y prendas púrpuras, color privativo de la familia imperial. Es la leyenda.

Y lo más importante, jurídicamente hablando, le reconoció derechos. Derechos, sí. El de propiedad, el de pareja, con Penélope, bella mujer de la alta sociedad Romana. Y el básico de todo sujeto social ante la ley, elegir y ser elegido. Por el cual, instó a senadores copartidarios para votar su nombramiento como cónsul. Obedecieron e hicieron mayoría.

En atención a tal jurisprudencia, “Incitato”, equino prócer del derecho animal, sin duda, podría hoy también ser electo. No cónsul, pero sí tal vez presidente del PACMA o de algún otro de los partidos que la proclaman. Por ejemplo, los que acaban de aprobar el viernes pasado la eliminación del Zoo de Barcelona; BComú, PDeCAT, ERC...

Hay que liberar los animales, alegan. Son como nosotros. Nada de discriminaciones. Y me recuerdan a Jerry, antitaurino furibundo de mi ciudad, quien una vez, tras mucho lanzarse inútilmente al ruedo para sabotear corridas, optó por soltar el enorme tigre del circo que nos visitaba en la feria, y a punto estuvo de hacerle devorar a tres niñitos. Afortunadamente fue sorprendido in fraganti por los empleados.

Pero volviendo a las teorías jurídicas animalistas de Calígula, que hoy tienen tantos adeptos, valga repetirles que nosotros los odiados taurinos, queremos, cuidamos y respetamos los animales, tanto y más que ellos. Pero sabiéndonos diferentes.



No iguales, como su precursor y su par derechohabiente. A fe, honramos ritualmente, cara a cara con el toro, la inexorable lucha por la vida y expiamos así, por todos, la constante y vergonzosa profanación de la naturaleza, la masacre y extinción de las especies.

ENTRE T Y G - VIÑETA 301

Viñeta 301

Entre T y G
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, abril 30 de 2019

Algeciras. Plaza de Las Palomas. Foto: http://patrijrjimenez.blogspot.com/
Mis viejos amigos T y G, abogado y médico retirados, de buen pasar, eligieron desde jóvenes polos opuestos de afición sin que sus diferencias los hayan enemistado. Aman los toros, cada cual a su manera y peregrinan tras ellos.

Al cabo de los años, conservan el tipo y talante contrapuestos. Uno enjuto, alto y puntilloso, el otro grueso, bajo y socarrón. El envejecimiento en lugar de atenuar ha reafirmado su antagonismo. Se caricaturizan mutuamente.

—Eres un miracorridas, entre más ves menos entiendes.
—Y tú farsante, posas de sabio descalificando todo.

He compartido con ellos viajes, tertulias y ferias completas en diversos lugares y “épocas”. A comienzos del siglo, junio treinta del 2.000 (por más veras, tengo notas). En la calurosa plaza de Algeciras, durante la lidia del tercer barral, formaron tal discusión que los vecinos divertidos, ignoraron el ruedo y se giraron hacia nosotros.

¿La causa? El Juli, muy joven, quien por entonces banderilleaba, cerró tercio con un par espectacular, por los adentros, detonando gran ovación. T se sumó a ella feliz y aplaudidor, mientras G indignado, con el puño en alto gritaba como si le hubiesen robado el reloj —¡A toro pasado! ¡A toro pasado!

El barullo copó atención en ese rincón del tendido con su mezcla de acento, localismos y manoteos. Los curiosos reían, y yo, neutral en tierra de nadie, sentado entre los contendientes no hallaba escape honorable de la batalla. Cobardemente, intentando negarlos, me desentendí como un manso, mirando al callejón, donde Joselito, quien al final saldría en hombros junto al discutido, conversaba con José Tomás, el otro alternante.

Cada vez que recuerdo aquello no puedo negarme a pensar que mis amigos han tenido razón siempre, al tiempo. Que la existencia misma de la fiesta lo prueba con su pasional convivencia de subjetividad y objetividad. Y qué si los modernizadores de oficio logran algún día eliminarle una de las dos, implantando chucherías como el VAR, la matarían.

EL DECURSO DEL MÉTODO - VIÑETA 300

Viñeta 300

El decurso del mėtodo
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, abril 23 de 2019 

Manzanares recibe al 2º el 21 de septiembre de 2012 en Logroño. Foto: www.josemariamanzanares.com
Que viene el toro, te quitas tú o te quita el toro. Así era el método, en el ruedo y en la vida. Dicen que Descartes aplicándolo, tituló su libro “Discurso” indicando que solo hablaba, no afirmaba.

Quite de legítima defensa, pues en tiempos de intolerancia y hoguera proponía nada menos que renunciar a lo sabido y buscar la verdad por sí mismo. Pienso luego existo. Quizá no le valió, murió joven y misteriosamente.

Sin embargo, a la par que se popularizaba la desafiante obra. La gente se largaba a pensar suelta de tramojo y en el ruedo los peones a robar el protagonismo de los caballeros toreros.

Los Romero de Ronda, abuelo, hijo y nietos, que seguro ni habían oído hablar del francés, coincidieron con esa moda y resolvieron a su real saber y entender, usar la muleta, esperar y recibir, ganando gran celebridad. Hasta hoy.

Para ello hubieron de hacer venir el toro, citar. No quitarse, parar. Estoquear y vaciar, o sea quitar al toro. Lo contrario del método consabido. Pedro, que al final fue maestro de la escuela de Sevilla, exigía primero que todo parar. Ese tiempo está descrito por su rival Pepe Hillo en la “Tauromaquia o arte de torear”, publicada 117 años antes de la alternativa de Belmonte.

A quien los historiadores, atribuyen el invento. Seguro, al ver en él conjugados y personalizados los avances logrados en ese largo lapso por tantos que le apostaron todo. Entre los cuales destacan: “Desperdicios”, quien perdió un ojo, “El Espartero” y “El Sacristán”, muertos por toros. Este último, ídolo y modelo de Juan desde su infancia.

Belmonte merece su leyenda, pero sin obviar la historia. Ni tampoco que su arriesgadísimo toreo, al cual auguraron no sobreviviría mucho, motivó la creación durante la pasada centuria de un nuevo toro, que se pudiese quitar a repetición para ligarle tandas y faenas embrocadas, lentas y prolongadas casi al infinito. 

Pero, cuidado, respeto. En contraprestación a tanta nobleza, hoy los toreros paran y duran más en jurisdicción de cacho. La siniestralidad que sufren demuestra cuanto siguen exponiendo. Tal ha sido el decurso que no el discurso del método.

IDOLA FORI - VIÑETA 299

Viñeta 299

Idola fori
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, abril 16 de 2019

Como aficionado viejo he visto presencialmente a todos los “ídolos” del toreo en las últimas siete décadas, y si me preguntan cuál ha sido el mayor que conocí, diré sin ambages que Manuel Benítez Pérez “El Cordobés”. No el mejor torero, el ídolo.

Mito, fenómeno de masas que copó las taquillas, rompió las barreras de la fiesta, trascendió la cultura y sometió el sistema. Relegando, allá y acá, íconos de una era privilegiada; Ordóñez, El Viti, Antoñete, Puerta, Camino, Curro, Calesero, Girón, Cáceres…

Gerardo Diego le rezó: “El Cordobés”, es el toreo al revés… en inglés, en danés, en pequinés, en volapuk y sin mover los pies.

Mísero huérfano de guerra, rebelde sin causa, desafío perenne, personalidad sin par, héroe de crónica, película y novela. Mezcla de verdad, ficción y artificio. Caló en el imaginario de una generación iconoclasta de por sí, que lo hizo su imagen y semejanza.

Los “ídola fori”, de la plaza, del mercado, fueron definidos en general como fantasías sociales, fugas de la realidad, productos verosímiles del pensamiento mágico, por Sir Francis Bacon. Hombre tan racional y paradójicamente idolatrado, que hasta le han atribuido las obras de Shakespeare, algunos incrédulos de que tanta genialidad pudiese habitar otra mente que no fuese la suya.

La idolatría es parte de la naturaleza humana, de su instinto gregario. No ha existido cultura sin ella; religiosa, política, deportiva, mediática, incluso científica. Y en el arte, donde lo sensorial prima sobre lo racional, el fenómeno aumenta. Cómo conmueven y se adoran los artistas Cuál sería la historia sin ellos. La del toreo en especial, arte biológico por excelencia.

Lo repiten muchos, no pretendo aquí descubrir nada, entre los factores causales de la decadencia, la falta de uno que remueva el hondo inconsciente colectivo hasta desbordar la razón, es determinante. Hoy, hay toreros de gran valía y técnica, pero no así.

El mercadeo y la propaganda, que nos hacen hasta fumar cancerígenos, comer tóxicos o votar por depredadores, no son capaces de fabricar por sí solos un ídolo torero. Está demostrado. Es indispensable la materia prima, la dura piedra en que lo talla el pueblo y esa ni se compra ni se vende. He ahí el problema.