lunes, 27 de enero de 2025

CHESTERTON AL RUEDO - VIÑETA 554

 

VIÑETA 554
 
Chesterton al ruedo
Jorge Arturo Díaz Reyes 27 I 2025 

Autorretrato de Chesterton. Wikipedia
No hay revoluciones, solo contrarrevoluciones, escribió Chesterton. Una paradoja, claro, un lance de recibo al comienzo del capítulo para fijar al lector y continuar la lidia:
 
“Los hombres siempre han estado rebelándose contra los últimos rebeldes, o incluso arrepintiéndose de la última rebelión. Se podría ver esto en las más intrascendentes modas contemporáneas (…) La chica moderna de cóctel y labios pintados es tan rebelde frente a la sufragista de 1880, con su cuello duro y su abstinencia estricta, como esta era rebelde frente a la dama victoriana de los valses lánguidos y el álbum lleno de citas de Byron; o como esta última, a su vez, era rebelde frente a una madre puritana para quien el vals era una orgía desenfrenada y Byron, el bolchevique de su tiempo.” (1)
 
Acción y reacción. Extensión de la tercera ley física de Newton a la historia humana toda; la del arte, la filosofía, la ciencia, la política, la sociología…, y la del toreo por supuesto. En la cual, pese a las hipérboles publicitarias, que proclaman día de por medio una “revolución”, con rigor, apenas podría reconocerse la del siglo XVIII. La que instauró la corrida moderna, y que Pepe Illo compendiara en su “Tauromaquia o arte de torear” (1796). La que, al empuje de su época, derrocó el protagonismo de los caballeros, lo entregó a los peones, e instauró una nueva doctrina, y una nueva liturgia.
 
Abusos del lenguaje y de la ingenuidad aparte, las demás, como señala Chesterton, han sido (cuando en realidad han sido), rebeliones formales, variaciones de estilo, modas al vaivén de la clientela. “Solo un lunático defendería que esas cosas sean un progreso, porque obviamente van primero en una dirección y luego en la otra”. Concluía el crítico inglés.
 
Pero la falta de memoria, el desconocimiento del pasado y la inocencia permiten que a cada retorno (falda corta, falda larga), se la descubra y se le anuncie como una “revolución”. Para el toreo, apenas podría llamarse cuerdamente tal, cuando los valores y cánones vigentes desde la última, la de los Romero, la de Goya, la de la ilustración, sean abolidos y reemplazados por unos nuevos. Cosa que no ha sucedido.
 
En el mundo actual, que cada vez parece más la nave de los locos, resuenan gritos de ¡Prohibición o muerte! Newton. Acción y reacción… En Colombia, por ejemplo, ahora serán los antitaurinos quienes reglamenten la corrida, mientras vence el plazo para su eliminación definitiva. Tres años. Imagínense.
 
¿Progreso? ¿Regreso? El péndulo de la historia vuelve con su eterna fatalidad, más atrás del siglo de las luces (igualdad, legalidad, fraternidad). No hay revolución, solo contrarrevolución, sigue advirtiendo Chesterton desde su tumba en Buckinghamshire.
 
1 G. K. Chesterton. Santo Tomás de Aquino (Esenciales) (p. 100). (Function). Kindle Edition.
 

lunes, 20 de enero de 2025

EN EL UBER - VIÑETA 553

 VIÑETA 553

 En el Uber
Jorge Arturo Díaz Reyes 20 I 2025 
Ilustración por IA (fragmento). Computer 
Enjuto, de unos setenta años, firme al volante de su Kia 2019. Después de saludar y confirmar el destino, pregunta jovial

—¿Usted es de los toros, cierto? Lo he visto.

—Sí, sí ¿usted también…, aficionado?

—De sol arriba, pero no he vuelto a la plaza —dice con gesto derrotado.

—¿Por?

—Muchas cosas, muchos años… —Señala la pantalla del Waze —Tomaremos la circunvalar, la quinta tiene más congestión —Mira de reojo la motocicleta ruidosa que lo cierra por la izquierda, maniobra y reanuda la conversación.

El asunto es plata…, y que ya no es como antes… La feria era la feria… teníamos una peña popular, abonados. Ya ni modo —Una Toyota cambia de carril sin avisar. Frena duro moviendo la cabeza negativamente y protesta

—Ahora todo es así.

—¿Pero sigue la temporada desde fuera?

Mas o menos. Ya los periódicos no publican toros. Porque son dizque animalistas, pero hay que ver la de carnicerías que presentan todos los días. Me entero en internet. En la feria oigo la radio, aquí en el carro, cuando los pasajeros permiten, y si hay ocasión, en los días libres veo alguna corrida con amigos que tienen suscripción de televisión.

—Qué tal

Buenas. Buenísimas. El toro en Europa es otra cosa. El que sacan acá da pena. Ahora es que nos damos cuenta. Es la otra razón.

¿Y los toreros?

Hablo por los de mí época, los que vi, los que venían: Ordóñez, Los Girón, Pepe Cáceres, El Viti, Camino, Puerta, Curro, El Cordobés, Palomo, Cavazos, Silveti, Manolo Martínez, Paquirri… muchos, hasta César Rincón fui. Me llevaban. Usted que cree.

Fueron buenos tiempos. Pero los de ahora también valen.

Bueno, para los que pueden ir. Aunque para los que ya no podemos, que somos la mayoría, la televisión es la única posibilidad de continuar la afición.

Esta temporada creo muy difícil que la haya.

Ahí está. Se quejan de que el negocio declina, que la gente se retira, que no les entra dinero suficiente… pero ponen trabas y agregan costos a las transmisiones. Las quiebran...

—Bueno, la parafernalia para transmitir una corrida es muy costosa, encima los impuestos, los derechos de los empresarios, los de imagen de los toreros, hasta de los mozos de espadas creo. Yo no sé si de los ganaderos también…

—¿No le digo…? ¿Se imagina, el fútbol, la fórmula uno, el comercio, la política… sin televisión? Se encierran. Se niegan a mostrarse. No evolucionan ¿Es que no se dan cuenta del mundo en que viven? Hasta nos están prohibiendo, por raros. Y que no echen la culpa solo a los antitaurinos. ¡Estúpidos! refunfuña por dos ciclistas que salen de la esquina en contra vía —y concluye

—Es el fin.

¿De la fiesta?

—No. Del viaje. Son treinta y dos mil pesos.