martes, 30 de julio de 2019

IR O NO IR - VIÑETA 314


Viñeta 314

Ir o no ir
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, julio 30 de 2019


A pesar de que como pasa hoy en todos los parlamentos del mundo, nadie convence a nadie, pues las posiciones llegan asumidas, las votaciones amarradas y conocidas de antemano y los discursos van más para los compradores televidentes que para los inamovibles interlocutores, fueron dos días de un espectáculo apasionante. Para mi, digo.

Tanto y más que la cocina de Arguiñano, las hazañas pedaleras de mi paisano Egan Bernal en el Tour de Francia, o alguna corrida transmitida en directo. La esgrima retórica, el histrionismo, el astuto uso del idioma, la sorna, el ingenio, la tergiversación, el doble rasero, la calumnia, el insulto, la picaresca. En fin, todo el arsenal de la oratoria política desplegado con diversos acentos regionales y partidistas.

Y como no podía ser de otra manera, los toros pesando en este ruedo ibérico. Así solo se les hiciera entre las muchas peroratas una mención muy corta, la de Santiago Abascal: “Quiero una España donde se pueda ir o no ir a los toros”. Pesaron tácitamente de principio a fin, como se pudo colegir del informe de Adriana Lastra sobre la negociación entre PSOE y Podemos Unidas, eje del conflicto insoluble.

El precio que puso este partido para permitir formar gobierno fue: una vicepresidencia y cinco ministerios, entre los cuales figuraba por ahí entreverado el de Medioambiente y “Derechos de los Animales”.

Sabido el antitaurinismo militante de Podemos, no es difícil suponer qué pretendían con ello ni la suerte que correría la tauromaquia bajo su poder. Gabriel Rufián, vocero de ERC, dolido por la intransigencia de las dos formaciones que abortó la coalición de izquierdas las recriminó. “Debería darles vergüenza”.

Pero quizá debió dolerse más por algo que sin ser dicho quedó patente. La entrega de la electoralmente rentable bandera de la libertad a sus adversarios ideológicos. Ir o no ir, esa es la cuestión.

martes, 23 de julio de 2019

CON QUÉ CARA - VIÑETA 313


Viñeta 313

Con qué cara
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, julio 23 de 2019

Sigo leyendo a Yuval Harari. Sin la revolución agrícola (y ganadera) no hubiese sido posible la revolución industrial ni la sociedad actual, plantea.

Una sociedad en la cual, por ejemplo, el 2% de la población de los Estados Unidos que se ocupa de la agricultura y la ganadería produce alimentos para mantener el 98% de la población del país y además rendir enormes excedentes que se exportan a otros países. Datos oficiales.

Con ojos de aficionado a los toros, cuestionado moralmente como todos por los “animalistas”, me centro en lo pecuario.  En todo el mundo los animales hoy en día se producen masivamente, de manera industrial, sin consideración alguna por su individualidad, instinto ni sensibilidad.

Miles de millones pasan su vida en cintas de producción mecanizadas y anualmente se matan alrededor de 50.000 millones de ellos. En las granjas avícolas los polluelos imperfectos son extraídos, asfixiados en cámaras de gas, triturados automáticamente o arrojados a la basura. Cientos de millones mueren así cada año.

A las gallinas ponedoras, hechas por la evolución para explorar su entorno, buscar comida y picotear, se las confina  a morir en jaulas no mayores de 25 por 22 centímetros.

Las puercas viven y crían en cajas tan pequeñas en las cuales no pueden siquiera darse la vuelta, durmiendo sobre sus propios orines y excrementos. Recién paridas, les quitan los hijos para engordarlos y sacrificarlos.

Las vacas lecheras pasan casi toda su existencia en recintos minúsculos, recibiendo mecánicamente comida, hormonas, medicinas y siendo ordeñadas por máquinas. Para no hablar de las dedicadas a carne cuya vida en promedio no se permite más allá de los dos años. Ni de las infinitas formas modernas de maltratar a todas las otras especies animales y vegetales.

Cuando se comparan estas vergonzosas realidades con la crianza del toro de lidia, en su hábitat natural, de manera espaciosa y libre, permitiéndole, correr, jugar, desarrollarse, socializar con su manada, recibiendo esmerado cuido y al final, adulto, batirse instintivamente por su vida con código, identidad, ceremonia y respeto. No puede uno menos que preguntarse con qué cara esta sociedad que vive de lo uno pueda cuestionar lo otro.  

martes, 16 de julio de 2019

GRAMA Y ARENA - VIÑETA 312

 Viñeta 312

Grama y arena
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, julio 16 de 2019

Estadio Bramall Lane de Seheffiel y Plaza de toros de Sevilla
Antes que los deportes congregaran masas la corrida ya lo hacía. Las plazas antes que los estadios. Las ferias antes que los torneos. Las figuras del toreo antes que los campeones de las canchas y las pistas.

Dos fenómenos culturales diferentes con una misma paternidad, el instinto. El siglo XVIII, llamado de las luces y la ilustración, que trajo la revolución científica, industrial, democrática, económica, hizo crecer ciudades y cambió la manera de vivir a millones.

El trabajo repetitivo en las fábricas, las oficinas, los mercados alejaron cada vez más a las personas de la naturaleza y la libre actividad física, en las cuales millones de años evolutivos moldearon el organismo, la mente y fraguaron los comportamientos.

De pronto, atrapados en la rutina laboral urbana, una válvula de tal enajenación era pagar de vez en cuando para ver a otros hacer lo que no podían hacer. Volver a moverse, jugar (incluso a muerte) con los animales, correr tras ellos o tras una pelota, saltar, esquivar, lograr, vencer, perder. Ver el toro de cerca. Sentir su poder. Evocar la pradera. Aplacar la nostalgia de campo y libertad, perdidos tan recientemente.

La corrida moderna, heredera de ritos milenarios, surgió entonces como rentable negocio-espectáculo. La estructuraron entre otros los Romero, Costillares y Pepe Illo, quien dictó las tablas de la Ley en su “Tauromaquia o arte de torear” 1796.

Y se iniciaron la selección del bravo y las ganaderías. Los empresarios levantaron cosos en grandes poblaciones, cobraron las entradas y anunciaron con carteles (modalidad propia) a los ídolos que todos querían ver. También aparecieron el arte, la música, la literatura y el periodismo taurino especializado (1793).

Todo, una centuria más o menos antes de la adaptación definitiva como primer estadio de fútbol en el mundo, del campo de cricket “Bramall Lane” por el club Sheffield FC (1889) en Inglaterra, y de que se fundara la FIFA en 1904.

Aún después, por 1920, no había una estrella deportiva que pudiera imaginarse competiendo popularidad con Joselito, Belmonte o Gaona. Hoy eso puede haber cambiado, pero el instinto no, hay mucha biología detrás.

martes, 9 de julio de 2019

EL OJO DE DIOS - VIÑETA 311

Viñeta 311

El ojo de dios
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, julio 9 de 2019
 
Pamplona. Encierro en la Cuesta de Santo Domingo. Fotograma: RTVE
Como tanta gente, por estos días he estado leyendo a Youval Harari. El joven historiador judío quien con autoridad teologal escribe sobre lo divino y lo humano. Y aunque no lo hace directamente sobre muchos temas particulares, resulta imposible abstraerle ninguno, porque su asunto y título, “Sapiens” engloba todo cuanto nos atañe. 

Uno puede no estar de acuerdo, pero tampoco puede parar de leerlo”. Confesó Barak Obama coincidiendo con muchos otros lectores anónimos, yo entre ellos. Pues, aunque cuenta una vez más el viejo cuento del hombre, sin descubrir nada nuevo, su interpretación crítica sí es original, seductora y total.

Por supuesto la tauromaquia tampoco está tratada directamente. Pero a quien la tiene dentro de sus preocupaciones la encontrará entre líneas, casi que página tras página. El toro ha sido asunto del “sapiens” desde que tiene consciencia, imaginación y mito. Junto a la mujer fueron las primeras deidades. Lo recuerda con el antropólogo Mika Gimbutas, una de sus múltiples referencias bibliográficas.

Vida, muerte, instinto, potencia, fertilidad, sobrevivencia, necesidad de significado impulsando ese animalismo que ha marcado la historia. Quién más animalista que los taurinos. Cuál rito moderno le supera en edad. Qué cultura ha tenido mayor vigencia.  Hay que ver nada más en directo por la televisión satelital, ubicua, en HD, la muchedumbre cosmopolita, multiétnica, multicultural, multicredo… correteando fervorosa los encierros por las calles de Pamplona.

Una forma mucho menos enajenada, menos ahistórica y perversa de relacionarnos con las otras especies (incluidas las vegetales) que la de pretender humanizarlas y atribuirles “derechos”, inventos nuestros que no han pedido ni caben a su naturaleza.  

Y a propósito de transmisiones panópticas en directo, ejemplificadas en el fútbol y el esnobista “Var”, Harari señala que hoy los telespectadores tienen una visión primera y más completa del espectáculo que los jugadores, el público presencial y el mismísimo árbitro.

Está pasando en los toros, también. Los viejos aficionados lo comprobamos. El Viti, lo dijo en Madrid hace poco. Vemos mejor las corridas desde la casa que asistiendo. Así nos privemos de la emoción colectiva irreemplazable del participar en la ceremonia. La televisión en los toros y en todo se nos ha convertido en el ojo de dios.


martes, 2 de julio de 2019

EL DOMINGO DE ÁNDERSON - VIÑETA 310

Viñeta 310

El domingo de Ánderson
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, julio 2 de 2019

Ánderson en Las Ventas. Foto:www.elmundo.es (fragmento)
Con Germán Wolff, Loperita, Quinito II y “El Gallego” Blanco, todos colombianos, (el último de adopción), salimos a las seis del Hotel Europa y nos fuimos a Las Ventas.

Plaza llena, los victorinos ilusionan siempre. Sin embargo, nadie apostaba porque al final, en aquella última corrida, la veintinueve de una feria gris, ocurriese algo que alumbrara esa larga opacidad. Algo que justificara su memoria. Menos aún, que un picador, nuestro único paisano anunciado, fuese santo del milagro. 

Corría el año 2001, faltaba un día para el cuarenta de mayo. El cielo nublado que soltaba una tenue y fresca garúa y los seis intimidantes cárdenos en los toriles daban un tono más otoñal que veraniego a la tarde.

La cosa empezó pronto con Esplá y su toreo reminiscente al primero, armadísimo, de casi seiscientos kilos. Capote, palos y muleta se remontaron a tiempos viejos. Solo la imperfecta estocada dio razones al palco para contradecir al público. Mas la pelea quedó casada.

Volvieron por la revancha con el cuarto, “Bodegón”, cuatreño de amplia cuna, ovacionado de salida. Tardeó a la primera vara de Anderson Murillo, pero atacó al galope y peleó largamente. Citándolo con maestría, el monteriano aguarda la tromba, tira certero el palo arriba otras dos veces, impidiendo a brazo las estrelladas violentas contra el peto. Echado al morrillo, teniéndose, gobernando y aguantando el hierro sin enmienda. Las ovaciónes tras cada uno de los tres encuentros fueron a más y más. Caían prendas y gritos de ¡Torero! En el aire atrapa el sombrero “vueltiao”, que le arroja Rafael Giraldo desde “el siete”, se quita el castoreño y recorre el callejón con él emblema de su tierra sinuana en la cabeza.

Esplá banderilleando, de poder a poder, al sesgo y por los adentros echa más leña. Dando el tercer natural es cogido aparatosamente y sin mirarse insiste por lo mismo tragando tornillazos. Lidia de autoridad, media estocada y otra vez la petición contrariada. Entonces exigen furiosos la vuelta al ruedo, y Paco en gran gesto de aficionado la comparte con su picador bajo tenaz algarabía.
        
Lo demás no tuvo brillantez. Detalles de Uceda con el toro que brindó a Manzanares y pitos dobles para Caballero. Hablando mucho subimos apretujados al Metro hacia Puerta del Sol, en él iba Victorino (padre).

Al otro día, Joaquín Vidal tituló su crónica en El País: “Estampas de vieja tauromaquia”. La leímos reverentes y nos fuimos a Toledo. Toreaban Joselito, José Tomás y Eugenio de Mora con plaza también llena, encierro protestado y mucho disgusto. No recuerdo más de aquello.

Hoy, ya no están Victorino, Joaquín Vidal, “El Gallego”, Quinito II, Manzanares… y ahora se ha ido también Ánderson. Se difumina el mundo propio.

martes, 25 de junio de 2019

QUÉ ME DICES - VIÑETA 309

Viñeta 309

Qué me dices
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, junio 23 de 2019

¿Decimos lo que decimos? ¿Exactamente? ¿Siempre, a veces, nunca…? Nunca, ni siquiera en ciencia. La verdad científica es cuanto más aproximación, un consenso perfectible.

¿Qué diremos en los toros, que son tantas cosas variables al tiempo, arte, rito, espectáculo, negocio, con una ética, una estética y un lenguaje propios? ¿De qué hablamos cuando hablamos de algo tan complejo? ¿Qué es lo que realmente estamos diciendo? ¿Responde a la realidad y los hechos?

En esto y en todo, la objetividad absoluta es imposible. Pero hay grados; de belleza, justicia, bondad, bravura, trapío, valor, lealtad, sinceridad. No podemos estar en los toros ni en nada sin certezas. Reales o imaginarias. ¿Podemos fiarnos de lo que oímos, leemos e incluso vemos? ¿O queremos fiarnos? Creemos lo que debemos o deseamos creer y así entramos o nos apartamos del acuerdo colectivo.

Además, la discrepancia trae desventajas. ¿Cómo vivir consecuentemente bajo el mandato “Por la verdad murió Cristo” cuando ni siquiera podemos aseverar cuál es la verdad?

Puro, eterno, épico, sublime, magistral, heroico, rotundo, maravilloso, deslumbrante, apoteósico… fueron calificativos titulares respecto a la actuación de José Tomás el sábado pasado, veintidos de junio en Granada

Corrida mano a mano con un rejoneador, mercadeada con afilada técnica y sin televisión, sin sorteo, sin alternantes pares, con toros escogidos, en medio de una masiva peregrinación condicionada e incondicional.

Bueno, la verdad es un consenso y en este caso lo hubo, sino unánime, casi. ¿Cómo negarlo entonces?  ¿Criticar semejante resultado comercial y contento de la clientela? ¿Están Locos? ¿Lo que quieren es acabar con la fiesta?

La necesidad y el acuerdo afectan la valoración de la realidad. ¿Acaso durante milenios la tierra no nos fue convenientemente plana y cuantos no murieron por cuestionar tamaña “verdad”?

Solo leí una ironía de una crónica no presencial del acontecimiento en la plaza “Frascuelo”, que se atrevió a llamarlo “Festival” y “showcooking”, pero por supuesto en un medio de corto alcance.



LA CRUDA VERDAD - VIÑETA 308

Viñeta 308

La cruda verdad
Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, junio 18 de 2019

Cerró San Isidro en su corrida treinta y cuatro, con lleno y sangre. Dos marcas impresas en esta feria, por la sorda competencia torera.

Monumento a El Yiyo. Foto: www.las-ventas.com
Es la impía ley de la oferta y la demanda que también rige la fiesta. En la medida que merma el número de corridas en el resto del mundo y los cupos en los carteles ralean, se disparan las apuestas por ellos. ¿Dónde más? Ahí en la ruleta mayor, la que da y quita, la que reparte. Madrid, donde todos van a fondo; toreros, ganaderos, medios y público. Resultado, más toro, más arrojó, más exposición, más toreo, más taquilla.

Numerosos heridos, de oro y plata, graves y leves. Para no contar los muchos trances en los que la casualidad quitó por milímetros la carne a los pitonazos. Sin acudir a las estadísticas de los años transcurridos desde que a Don Livinio se le ocurrió esto, pienso como tantos otros qué el que acaba de terminar ha sido no solo el San Isidro más largo y concurrido, sino el más cruento.

De haber acontecido antes, durante la heróica “Edad de plata”, por ejemplo, con la medicina de aquellos tiempos, la mortalidad hubiese sido alta. No fue así, gracias a la dotación, diligencia y eficacia del équipo quirúrgico dirigido por el doctor Máximo García Padrós.

Cuesta decirlo, pero es real, esta siniestralidad avaló el toreo y la feria que fue grande. Loor a los caídos.

Resumen de la quinta semana:
Martes 11, los ofensivos Valdellán se llevan cinco ovaciones (una de salida).
Miércoles 12, el Rey Felipe VI preside una mixta, democrática y llena Beneficencia.
Jueves 13, López Chaves honra el manso adiós ganadero de Fernando Cuadri.
Viernes 14, desencuentro de la terna con los diversos fuenteymbros.
Sábado 15, Puerta Grande al vapuleado Paco Ureña por su faena al único bueno de Victoriano de Río.
Domingo 16. Corrida de la Prensa, Pablo Aguado a punto del tercer aviso corneado por su primer toro...
Lunes 17, se publica la premiación oficial de la empresa.