martes, 8 de agosto de 2017

TEATRO DEL ABSURDO - VIÑETA 212

Viñeta 212

Teatro del absurdo
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 8 de agosto 2017

No para el éxito de la comedia “Consulta antitaurina en Bogotá”. Otra superproducción disparatada de los alcaldes Gustavo Petro y Enrique Peñalosa, quienes debajo de sus diferentes maquillajes, se parecen más que Tola y Maruja.

El uno, autor, protagonista y director gracias a su pasada mayoría electoral en el Concejo distrital, y el otro, coprotagonista e improvisador polifacético.

Apoyados por un reparto estelar, no han dejado caer durante más de dos años de representación, la hilaridad del respetable. Con la complicidad, hay que reconocerlo, de sus respectivas claques, que para el caso parecen la misma. Esa que se cubrió de gloria en la plaza de Santamaría, seis meses ha.

Si bien la escenografía, el vestuario y los efectos especiales, (aterradores), han sido de premio, son los diálogos locos, los que se llevan la palma…

Petro. Remedando a Maduro.
–Hace cuatro años cerré la plaza. Soy demócrata, quiero consulta.

Concejo. A coro. --Somos petristas. !Hágale!

Corte Constitucional. Con martillazo en la mesa. –No. Sí. Pero rapidito. (Risas ambientales)

Entra Peñalosa eufórico. –¡El 13 de agosto!

Registrador. Asustado. –Vale 45.000 millones (unos 14 millones de euros). No hay plata.

Petro. –No importa. Yo la pongo.

Registrador. –Usted ya no es alcalde

Petro. –¡Ah! Entonces que la ponga Peñalosa. (Lo señala con los labios y se va)

Peñalosa. Sacándose los bolsillos –Yo tampoco tengo. Pero colguémosla de las próximas elecciones generales de marzo, así se la cargamos a la nación y de paso aseguramos el ahora incierto umbral de 1.800.000 votos.

Entra un grupo energúmeno (con disfraces de animales), gritando 
--¡Buena esa colega!

Registrador. Cariacontecido, mirando a todos lados. --¿Y eso se puede?

Corte. Lavándose las manos. –¡Un momento! Yo, no apruebo ni desapruebo el cambio de fecha, sino todo lo contrario. (Risas ambientales).

Energúmenos. --¡Consulta o muerte! (Estalla una papa-bomba)

Corte. –Que la hagan o no la hagan, porque ya prohibí, pero no prohibí las corridas y además le pasé la pelota al Congreso. (Carcajadas ambientales)

Energúmenos. –¡Ojo! ¡El sábado hay novillada en la Santamaría! (Explosión)

Peñalosa. Sacando pecho. –Seré el primero en marchar.

Energúmenos. Levantando puños. –¡Vamos animales!

(Salen todos. Cae telón. Suena el himno de Bogotá y aparece un anuncio: “Espectáculo cortesía del erario público. Continuará el 13")

EL TORO SIGUE AHÍ - VIÑETA 211

Viñeta 211

El toro sigue ahí
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 1º de agosto 2017

Toro de Puente-Jerez en la Plaza de toros de Cali. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
La moda no es cosa leve. Pesa más, de lo que sugieren el ancho de la solapa, la longitud de la falda, el modelo del carro, la forma de los muebles, la marca del celular…

Tras ella están el consumo, el mercado, la industria, los precios, el empleo, la política. Es gran turbina de una economía, basada en la compra y el desecho continuos, en la producción masiva y la basura, en el confort y el deterioro ambiental.

Rige los comportamientos sociales, y, en esta época de globalización, los de la humanidad entera. Gobierna la cultura. Por un lado, con su insoslayable poder de seducción, como el Flautista de Hamelín, y por otro, con mano de hierro, como dictador irracional. El que no la siga se despeña… social y… hasta físicamente.

Dicen los urgidos de culpables, que los carteles (trusts), los notables, los diseñadores, los mercaderes, los medios inventaron la moda. Falso. Se le suman, la sirven y se sirven. O pasan. Caen arrollados. Nacida en los instintos de las masas, avanza con dinámica propia.

Por contra, cultos viejos como las grandes religiones y el toreo parecen permanecer al margen. Sus dogmas, y misterios que no son de temporada, que no se rinden a los antojos, que resisten hacerse desechables, ofrecen a sus feligresías algo firme de qué agarrarse. Incluso en esta riada loca de la historia contemporánea. 

Sin embargo, no son estáticos esos ritos. Cambian, al menos en su parte formal; de siglo en siglo. Despacio, durante períodos que trascienden la vida humana y el ciclo generacional, luciendo por ello intemporales. La liturgia vigente de la corrida no tiene más de trescientos años, la de la misa quizá menos. Pero sus fundamentos, igual, continúan clavados al fondo.

Que Costillares hubiese adoptado el traje de los majos dieciochescos. Que Paquiro modificase la montera. Que “El Cordobés” de los sesentas llevase melena en boga. Quizá fueron modas. Pero el toro sigue ahí.

MORIGERACIÓN DESAFORADA - VIÑETA 210

Viñeta 210
Morigeración desaforada
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 25 de julio 2017

Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
Desafiando la constitución, políticos antitaurinos alcanzaron una mayoría circunstancial en el parlamento balear y aprovecharon para legislar la corrida sin tercio de varas, tercio de banderillas ni tercio de muerte.

Además de otras restricciones como: un máximo de tres toros por festejo, edad mínima de 18 años para espectadores y lidiadores, prohibición de beber vino y otros licores, así como controles antidoping (de orina) para toros y toreros.

Por la vía de una supuesta “morigeración” se ha decretado la negación del rito; la muerte ceremonial del toro. Por supuesto fueron menos radicales que el ministro colombiano (“liberal”), cuyo proyecto de un plumazo “prohíbe la tauromaquia en todo el territorio nacional”. Pero eufemismo más, eufemismo menos, es lo mismo. La eliminación arbitraria de una expresión cultural, creada y mantenida secularmente por el pueblo. ¡Pum! Desde arriba.

Definitivamente, hablando de cultura, quizás uno sepa de qué habla, pero no de qué hablan los demás. Ni qué se traen entre manos. “Cuando oigo la palabra cultura, echo mano a la pistola” decía el mariscal Göring, o muchos otros, pues la frase que no tiene paternidad precisa, por socorrida entre gentes de todas las ideologías, forma parte ya del acervo universal.

Que los parlamentarios prohibicionistas tengan en común el animalismo y la vitola (que no la miga) de “izquierdistas” no es extraño. Esa revoltura populista da rentabilidad. Los que pusieron la bomba en la Plaza de Santamaría en febrero pasado también la tienen.

El odio a lo que se ignora, el falso moralismo de proclamarse los buenos y la hipocresía de fingir lo que no son. Tanto en lo uno como en lo otro. Porque si algo le ha hecho daño a la izquierda real en la historia (más que la derecha) es el oportunismo de quienes toman su retórica para disfrazar apetitos autoritarios. Cómo les asoma la enagua en todo esto. Oyen la palabra tauromaquia y echan mano a la pistola… legislativa.

Pero volviendo a la “morigeración”, impuesta por los desaforados. En Colombia, donde ya un perro puso una demanda y la firmó con la pata, vamos peor. Acá parece que no la promoverían los antitaurinos sino algunos taurinos intimidados, quienes ingenuamente creen que cediendo principios pueden aplacar a los animalistas.

Tendrían que haber estado hace cinco meses en la plaza de Bogotá para saber lo razonables que son. Lo que hay que morigerar es el autoritarismo irracional.

lunes, 17 de julio de 2017

PEPE CÁCERES 30 AÑOS - VIÑETA 209

Viñeta 209

Pepe Cáceres 30 años
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 18 de julio 2017

Pepe Cáceres y Manolo Zúñiga. Plaza de Santamaría, Bogotá.
Pasado mañana 20 de Julio se cumplen con exactitud tres décadas de la cornada mortal inferida por el toro “Monín” al diestro tolimense, José Humberto Eslava Cáceres, “Pepe Cáceres”.

Ocurrió en Sogamoso durante las Fiestas del Sol y en el día conmemorativo de la independencia nacional. Alternaba esa tarde con el torero de Bujalance Antonio José Galán y el rejoneador antioqueño Dairo Chica.

El encierro (en Domecq), perteneció a la ganadería de San Esteban de Ovejas. “Monín”, negro, número 92, llegó a la plaza llamándose “Garrotilllo” (hijo de la vaca “Garrotilla”, dicen que tentada por él mismo) y durante el sorteo fue rebautizado.

Finalizada la faena, Pepe igualó al hilo de las tablas muy cerca del burladero de matadores. En la suerte natural, toro por las afueras y él por los adentros, estoqueó al volapié, siendo prendido por el pecho, empujado contra la barrera, donde el pitón, que abrió una tronera de 8 centímetros de diámetro, le atravesó el tórax. La testús aplastó la caja ósea contra las tablas fracturando las costillas e impidiendo la función respiratoria.

Los esfuerzos del equipo médico local para controlar la gran hemorragia, mantener la respiración asistida y estabilizar las constantes vitales fueron exitosos en principio, pero luego, trasladado a Bogotá murió a consecuencia de la sepsis 26 días después de la cogida, el 16 de agosto de 1987.

Había sido descubierto, niño, por el picador Melanio Murillo, quien se hizo su maestro. Tomó alternativa el 30 de septiembre de 1956 en la plaza de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en feria de San Miguel. Antonio Bienvenida le cedió el toro “Secretario” de Joaquín Buendía, con el testimonio de José María Martorell.

Confirmó en Madrid el 1ºde mayo de 1958, con Rafael Ortega y “Antoñete”, toros de Clemente Tassara, siendo “Saltador” el de la ceremonia. Desde su doctorado hasta la muerte, acaecida cinco años después de la alternativa de César Rincón, con quien alternó, fue la máxima figura colombiana.

Reconocido por la vocación estética de su toreo, tanto de capa como de muleta. Creó el lance llamado en Colombia “Cacerina” y en España “Rogerina”. Fue por contra un estoqueador irregular, pese a lo cual sus incontestables triunfos y la personalidad de su toreo mantuvieron largamente su cartel.

Hombre de amor propio, carácter fuerte y tenaz, llegaba con gran impacto a los públicos apasionándolos. Fundó la ganadería Campo Pequeño, de encaste Santacoloma, y desde la infancia, llevado por su gran afición, vivió en torero las veinticuatro horas del día.

PAMPLONA LEJOS - VIÑETA 208

Viñeta 208

Pamplona lejos
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 11 de julio 2017

Hace casi un siglo. El frío 27 de octubre de 1923 en Toronto, la revista Star Weekley publicó un artículo que trajo consecuencias: “Las Fiestas de Julio en Pamplona”.

Relato asombrado de un viajero norteamericano que con 24 años venía de presenciar en Madrid la primera corrida de su vida --Una semana después vi otra mejor en Pamplona… Desde 1126 hay allí corridas de toros durante seis días una vez al año --No es largo el texto, pero lo contiene todo, retratado con esa prosa escueta, precisa y ruda que se hizo tan imitada.

Volvió, y tres años después, el impacto de aquel descubrimiento, apareció expandido en su primera novela “The Sun Also Rises” (Fiesta).
--¿Qué estás escribiendo Ernest, un libro de viajes? –Le había preguntado el veterano Ford Madox Ford cuando vio el manuscrito.

No logró desanimarlo, el joven seguiría creando mucha literatura, mala y buena, pero toda best seller, consumida en diferentes idiomas como pan caliente. Nadie vendió más ni mejor las fiestas de San Fermín y la ciudad que aquel escritor paradójicamente censurado en España por décadas, y a quien terminaron pagando post mortem con una leyenda, una estatua y un tramo de calle; Paseo Hemigway

Hoy peregrinan muchedumbres y se cobran hasta 150 euros por un puesto en cualquier balcón para ver durante segundos pasar los, toros corriendo entre la masa cosmopolita. Por las entradas a corrida pagan lo que sea y por una cama nada, porque no se consigue.

Pese a este resultado que parece confirmar la ironía de Ford, el escritor en ciernes no pretendió promover nada, su fascinación fue auténtica y literaria. Desde el principio hasta la borracha despedida en 1959, ya camino de la psicosis, los electrochoques y el suicidio.

Fue pasión a primera vista. El artículo de 1923 termina declarándolo: –“De aquello hace tres meses; sin embargo, parecen un siglo cuando está uno trabajando en una oficina, Hay un abismo entre la soleada Pamplona donde los mozos corren delante de los toros por la mañana y montar en coche para ir al trabajo”.

martes, 4 de julio de 2017

LIBERALES ANTILIBERALES - VIÑETA 207

Viñeta 207

Liberales antiliberales
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 4 de julio 2017

Si la imposición de una supuesta superioridad racial, es racismo y la moral, moralismo; la cultural, bien podría llamarse “culturismo”. No como aquel de hipertrofiar los músculos, digo, sino el de usarlos contra culturas presuntamente inferiores.

Foto: Camilo Díaz
En la historia, estos tres “ismos”, generalmente movidos por otro poderoso, el economismo, han justificado segregación, prohibiciones, persecuciones, guetos, hogueras, genocidios, guerras.

El miedo al otro, su extrañamiento, eliminación o reducción han sido constantes veneradas. Por doquier, avenidas, parques, plazas están jalonados de monumentos a héroes y mártires de tales empresas.

¿Resultado de tanto esfuerzo y sufrimiento? Un mundo aún más abigarrado, variopinto, politeísta y multicultural, paradójicamente precipitado por su propia inercia (progreso) a una globalización turbulenta e irreversible.

El mercado, la vida exigen libre flujo de cosas, personas, modos y modas. Todos con todos en Internet. Ciudades, países, mosaicos de razas, cultos y culturas. El extraño a centímetros, en el barrio, el trabajo, el metro, el estadio, la escuela.

¡Tolerancia! comenzaron a clamar los liberales desde el siglo XVII. Asumir lo diverso como carácter y patrimonio de una sola humanidad. Cada individuo, cada comunidad, cada minoría como es y en paz.

A Europa (Torre de Babel), donde se reconocen 23 idiomas oficiales y quizá cientos de lenguajes autóctonos, han migrado muchos más. La Unión Europea, comprometida en respetar la identidad cultural de los asociados, pretende aclimatar también la de los advenedizos.

Tradiciones duras como la circuncisión sacra de bebés, el degüello ritual de corderos, las matanzas; kosher (judia), pascual (cristiana), halal (islámica), son aceptadas allá. Igual que la folclórica muerte del cerdo navideño en Latinoamérica o del pavo de acción de gracias en el norte.

Liberalidad integradora que choca con la satanización de la tauromaquia, rito cultural autóctono, ancestral. En Colombia, por caso, este “culturismo” es agitado en el parlamento, a coro con las consignas del terrorismo antitaurino callejero, por políticos nominalmente liberales.

DOS MESES CRUCIALES - VIÑETA 206

Viñeta 206
Dos meses cruciales
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 27 de junio 2017

Plaza de Las Ventas. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
Como un vendaval cruzó el bimestre mayo-junio por Las Ventas. Treinta y nueve corridas entre 1º y 25 de uno y otro mes, a las cuales los estamentos fundamentales de la Fiesta: ganaderos, toreros, afición, público, empresa, crítica, medios, autoridades, jugaron sus mejores cartas. Echaron lo que tenían. Apostaron sin ahorrarse, porque Madrid es la vitrina, la bolsa, el Wall Street del toreo.

Y al cierre, lo que fué, fué. Ninguno quedó valiendo más ni menos de lo que mostró. Ya no caben disculpas. Ni qué viento, ni qué loma en los medios, ni qué niño muerto. Igual a todos los años, lo qué pasó, pasó y cada uno en su propia realidad.

Cotizaciones muy altas alcanzaron, los santacoloma de Rehuelga imperdonablemente descompletados por los veterinarios, y frente a toros diversos, las tauromaquias de los veteranos Ferrera y Ponce. Aquella clásica y esta modernista, las dos bien aclamadas, así, el errático palco hubiese caído en privilegiar la segunda con una Puerta Grande tras muertes descalificantes.

Beneficiarios más hubo. Sin echar campanas al vuelo, el joven torero Ginés Marín, el novillero Colombo y el rejoneador Galán, por ejemplo. No pocos incrementaron o sostuvieron su vitola, gracias también a la disparada liberalidad en el reparto de orejas.

Damnificados, los más, aunque algunos, con cartel a prueba de vendavales tendrán corta convalecencia; Miura, Morante (perdón por mencionarlos juntos), Hermoso... Quizás el más inesperado, por su optimismo ruidoso, la empresa, que pese a las grandes concurrencias acusa pérdidas o de pronto ganancias mínimas. Su crédito en el capítulo toro cayó al principio, pero luego recompuso con edad y trapío.

El tan respetado respetable de Las Ventas, aguantó su lealtad a la taquilla, más no tanto a los cánones. La exigencia y acierto siguieron esa tendencia decreciente de los últimos años. Es que la cultura taurina requiere más de lo que se aspira promover con las exposiciones, una corrida de clavel, figuras y toros escogidos, o matizando el callejón con invitados de la farándula mediática.

Sin embargo, los hechos, tantos festejos consecutivos y tan asistidos (de rey para abajo), gritan en el balance general que, pese a todo, la fiesta vive y Madrid sigue siendo su capital mundial.