martes, 6 de junio de 2017

COLOMBIA, SOLUCIÓN FINAL - VIÑETA 203

Viñeta 203

Colombia, solución final   
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 6 de junio 2017

Las fuerzas alineadas contra la tauromaquia en Colombia son muchas. Las posiciones ya están asumidas. El diálogo no es viable. Los argumentos no valen, y el supuesto “debate” es parodia, porque la desproporción entre las partes garantiza la unilateralidad de la decisión última. El aniquilamiento.

¿Y la justicia? Ya tomó partido. La Corte Constitucional contradiciendo múltiples sentencias suyas anteriores la condenó y conminó a realizar de inmediato un referendo en Bogotá de resultado previsto y costo estrambótico.

¿Y el gobierno? Es el autor del proyecto de prohibición en todo el territorio nacional, a través de su ministro del interior.

¿Y el parlamento? Su primera votación en la comisión 7ª de la Cámara de Representes fue 11 a 0, unánimemente antitaurina. Según eso, los aficionados colombianos no están representados en la democracia nacional. No existen.

Además, la campaña hostil de prosélitos, políticos, alcaldes, gobernadores, parlamentarios, candidatos oportunistas coincide con los desmanes callejeros y el terrorismo desatados contra la pasada temporada en la plaza de Santamaría.

Sofismas como la humanización de animales y su definición acomodaticia cual derechohabientes. Consignas falsas como que acabar las corridas es necesario para la pacificación del país. Rotulaciones de barbarie, sadismo, tortura, crueldad, asesinato; satanizan, segregan e incitan al odio hacia una tradición cultural milenaria, protegida por la Constitución.

Sí. “Los espectáculos taurinos son considerados una expresión artística del ser humano.” Dice literalmente la ley 916 de 2004 de la República de Colombia, en su artículo 1º.

Pero de pronto, tras quinientos años, los auto-designados voceros animales, han convertido mayorías circunstanciales y representantes temporales de los tres poderes a la causa de criminalizar, perseguir y extirpar hasta del idioma esa legítima expresión artística.

Independiente de la prédica y el camuflaje legal con qué los nuevos creyentes pretendan investirse, de por medio están los derechos humanos. Los de las minorías culturales a existir, los de los individuos al pensamiento, culto y expresión libres. Para violarlos con su clamada solución final tendrán la fuerza, pero no la razón.

lunes, 29 de mayo de 2017

EL ASUNTO TORO - VIÑETA 202

El asunto toro
(Jorge Arturo Díaz Reyes)

Corrida diecinueve. Otra en que Madrid extraña su toro y protesta la falta de simetría, fuerza, raza y presencia en tres de ellos. Los toreros bregaron y se fueron sin trofeos. Pese al evidente deseo del público, que a dos tercios ocupó la plaza, por otorgar a ultranza uno del sexto.

Quizás fue la suma de solidaridad por infortunios recientes del joven espada Gonzalo Caballero, con el reconocimiento a sus esfuerzos, que no faena, frente a la ofensiva rudeza del negro Agrio. Cinco años, 610 kilos bien armados que descollaban del conjunto al menos por una cabeza.

Alzado y negado al regreso de los capotazos, arremetió de paso al caballo que guardaba la puerta y luego tras laboriosa colocación en suerte se dejó barrenar por Manuel Bernal. Carrera larga para la primera cita con la muleta que atacó punteando, y saliendo alto. Esa fue la partitura que impuso. Porque la impuso, a lo largo de toda la pelea. Unipase, trompicón, barullo, recolocación, por una mano y por la otra. Y la gente ole y ole, a favor del más débil.

La cosa duró y duró, en busca de una oportunidad para ligar con temple que no llegó, sin rendir a la estoica concurrencia. Las cuatro manoletinas finales no tuvieron más aplomo ni compostura. Pero cuando la estocada entró completa, la explosión fue jubilosa sin reparar en su colocación desprendida que prolongó la muerte hasta el aviso y el descabello.

Aparecieron algunos pañuelos y gritos orejicidas. Ni modo. Las palmas de consolación fueron interpretadas como una licencia para la vuelta al ruedo, la cual se dio en la plaza semivacía. Al parecer los que todo lo protestan ya se habían ido. Menos mal.

Morenito de Aranda destiló por momentos estilo y oficio con los sosos de turno. A Iván Fandiño tampoco le sirvieron los peredas de hoy. El asunto fue el toro. Tal vez. Pero no deberíamos olvidar que todo toro tiene su lidia. Incluso el no toro de Madrid.  

martes, 23 de mayo de 2017

FRANCIA ENSEÑA - VIÑETA 201

Viñeta 201
Francia enseña
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 23 de mayo 2017

En medio del monopolio de atención que impone la feria de San Isidro ha circulado sin mucho eco taurino una respuesta del nuevo presidente de Francia Emmanuel Macron, al periódico La Provence, fijando su posición oficial en favor de las corridas.

El toreo es una parte integral de la cultura y la economía de Francia, incluido el turismo en las regiones del sur. Soy como tal, opuesto a prohibirlo en los territorios de tradición taurina”.

Respuesta corroborada entre otros por su copartidaria y candidata en las próximas elecciones regionales, la rejoneadora María Sara.

Lo cierto es que Macron no ha hecho cosa diferente que acogerse a la historia y a la definición constitucional de su patria; libertad, igualdad, fraternidad. Patria, recordémosla cuna de la moderna democracia. Ya Charles de Gaulle había dicho alguna vez: “La historia de Francia es la historia de un permanente compromiso con la libertad”.

Hace unos años esa declaración presidencial hubiese resultado innecesaria, una perogrullada sin lugar a noticia. Un presidente declarando que cumplirá con su deber de respetar la libertad y la cultura. Pero ahora, cuando la norma es que los políticos, de la noche a la mañana cambien los principios éticos al soplo de las modas en el mercado del voto; ayer taurinos entusiastas, hoy antitaurinos beligerantes (mirar a Colombia), tales palabras impactan.

Francia dice una vez más que la democracia para parecerse a sí misma requiere un mínimo de civilización, en todos, pero más en quienes hacen del poder su profesión, su modus vivendi.

La cultura, el arte, la ciencia, los derechos humanos son tradiciones, levantadas generación sobre generación. Dinámicas, claro. En ellas el pasado sustenta el presente y alimenta el futuro. Violar ese libre desarrollo social a capricho de uno, de pocos o de muchos es tirano.

¿O no lo sería montar referéndums circunstanciales para dictar prohibiciones, por ejemplo, a los versos catalécticos, la pintura cubista, la teoría de la relatividad, la religión, o el rito milenario de los toros? 

martes, 16 de mayo de 2017

MADRID QUITA - VIÑETA 200

Viñeta 200
Madrid quita
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 16 de mayo 2017

A ocho mil trescientos kilómetros de Las Ventas miro la transmisión de la corrida patronal por internet. Lujosa, en el mejor estilo de las del ciclismo, el fútbol o la Fórmula 1. El conjunto y el detalle, los planos, los encuadres, las repeticiones, las cámaras lentas. Apenas hace falta estar de cuerpo presente viviendo el estado emocional en la plaza. Quizá desventaja, quizá ventaja para la valoración. Pero de todas maneras, otro punto de vista.

Curro Díaz entró a volapié, dejó la estocada mientras el pitón derecho perforaba su taleguilla bajo la cintura y le recorría la piel del pecho buscando el corazón o el cuello. No los halló por milagro. Minutos antes él mismo a mano limpia le había hecho un quite in extremis a Muñoz Lebrija su banderillero herido, cuando el montalvo se aprestaba a rematarlo bajo el estribo.

Pero además había toreado bellamente con capa y muleta en una faena por las dos manos, medial, prístina y de medida exacta. Unos le zahirieron, otros lo ignoraron.

Luego, con Escandaloso, cinqueño de casi 600 kilos, peleador en los primeros tercios pero que derrotaba por el derecho y salía carialto  Curro se arrancó por naturales desde las tablas para citar de largo, repetidamente en las afueras, viendo llegar al toro, aguantando los viajes y ligando las tandas en la suerte reina con variado formato; perfil, medio pecho, frente, compás abierto, a pie junto. Rematadas con sus personales ayudados, bajos, obligados, firmas y trincheras. Toreo aclamado, de gran contenido estético que solo disgustó a los pocos altos altisonantes. En fin, bien o mal ellos están en su derecho. Pagan y juzgan. Harto de su respetabilidad les debe la plaza.

La estocada, sin hurtar el bulto, cayó delantera y baja, es verdad. Ahí fue Troya, el disgusto cundió, los pitos minoritarios ganaron coro, escalaron a bronca y todo, todo lo demás, todos los méritos desaparecieron. Cierto, la suerte suprema los es, pero su sitio no es lo único.

Pasaron dos lidas más, la de Ureña lesionado por el quinto y dignísimo, y la de López Simón desacoplado con el sexto. Pero el rencor no cedió, esperaron a que Curro “torero de Madrid” cruzara el ruedo de salida como para decirle que ya no lo era, como para terminar de quitarle lo que otras tardes le habían dado felices.

miércoles, 10 de mayo de 2017

LA FERIA MAGNA - VIÑETA 199

La feria magna
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 10 de mayo 2017
 
Las Ventas. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
Las Ventas abre su enorme feria. La más importante y la más larga de todas. 34 festejos incluidos los fuera de abono. Pero en honor a la verdad, su prestigio e influencia no han dependido nunca de su tamaño.

Siempre, corta o larga, desde la primera de solo cinco corridas inauguradas el 15 de mayo de 1947 por el toro “Capachero” de Rogelio del Corral, que valga recordar se le fue vivo con tres avisos a Rafael Ortega Gómez “Gallito”, todo cuanto pasa en ella cala más, repercute más y marca más el rumbo de la Fiesta. Sus días son los días en que Madrid se revalida como centro de gravedad en el orbe taurino.

Para bien o para mal todo allí gana peso. San Isidro da y quita. De las taquillas a las oficinas, de la boca de riego a la bandera, de la puerta grande a la chica, todo, hasta lo intrascendente, trasciende.

Estar, no estar, hacer, no hacer, dejarse ver, pasar inadvertido, triunfar, fracasar, afecta como en ninguna otra latitud. Torero ganadero, empresario, crítico, aficionado... nadie después de Madrid vuelve a ser el mismo. Plaza que imprime carácter y carga la máxima responsabilidad.

Esa fuerza centrípeta, esa primacía pontificia que antes (siete décadas ha) fue uniforme, a lo largo del año, es ahora estacional. Se multiplica por mayo y comienzos de junio; atención, medios, público, cultura, mercadeo, festejos y sobre todo el toro, el toro de Madrid. Es el tiempo mayor del templo mayor, en que la feligresía se congrega en su más alta densidad y rigor.

Cada tarde, la más alta concentración de aficionados por metro cuadrado en el mundo. De aficionados, digo no de gente que le gusta ir a toros, sino de aquellos a los que definía "Guerrita" con eso de que, es mucho más difícil hacer uno bueno que una figura del toreo.

Este año además con las expectativas incrementadas por el reto de su nuevo empresario Simón Casas, quien ha declarado sin ambages que viene a cambiar el toreo. Pues si ha de ser así, está en el sitio y el momento para demostrarlo.

martes, 9 de mayo de 2017

CRISTO DE ESPALDAS - VIÑETA 198

Viñeta 198
Cristo de espaldas
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 9 de mayo 2017

Portada libro "El cristo de espaldas". Foto: http://bibliotecanacional.gov.co/es-co
No es una metáfora ni una invocación a la histórica novela (más que novela histórica) de Eduardo Caballero Calderón. Es un hecho. En Colombia, también el ministro del interior Fernando Cristo, ha dado la espalda a la Fiesta y ha radicado en el Congreso de la República su proyecto de ley: “Por el cual se elimina la tauromaquia en el Territorio Nacional…”.

¿Razones? Al parecer, todos los males de la patria. En particular “La violencia”, ese largo periodo de horror ininterrumpido que va para setenta años, pues comenzó en Bogotá el 9 de abril de 1948 a eso del medio día y no en una corrida ni por motivos taurinos precisamente.

Si estamos erradicando la violencia en nuestro país debemos empezar a construir una sociedad basada en el respeto a la vida y a los demás”. Un respeto que por cierto no mostraron los partidarios de la prohibición con sus inhumanas agresiones durante la pasada temporada en la plaza de Santamaría. La suma de movilización callejera, presión jurídica y acción parlamentaria copa la escala de Richter.

La Corte Constitucional, que había dado dos años de plazo para el puntillazo final, ayer mismo, le ordenó al alcalde Peñalosa que en 48 horas proceda con los trámites pertinentes para la consulta popular antitaurina solicitada por su antecesor Gustavo Petro.

Esto, antes de responder al recurso de nulidad interpuesto por Felipe Negret contra el ultimátum, alegando precedentes, pues hasta cuatro sentencias previas recientes del mismo tribunal legitimaron las corridas de toros y su ley reglamentaria 916 de 2004.

Cambiar la cultura, el arte, la tradición por decreto. Privilegiar sobre los derechos humanos los atribuidos a los animales. Aducir que la violencia inveterada del país tiene causalidades toreras. No son argumentos irrebatibles.

Sin embargo, el carácter de política gubernamental que da la jerarquía del ministro ponente a su iniciativa legislativa, el muy alto poder de la Corte, los antecedentes de orden público y el previsible resultado de la consulta popular gravitarán con fuerza mayor en el Congreso. Entonces cómo rebatir si todo estará consumado. 

martes, 2 de mayo de 2017

MÁS ANTITAUROMAQUIAS - VIÑETA 197

Viñeta 197
Más antitauromaquias
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 2 de mayo 2017

Foto: Camilo Díaz, archivo
No he leído completo el segundo libro Antitauromaquia del escritor Manuel Vincent y el caricaturista “El Roto”. Apenas las primeras cuarenta páginas, prólogo incluido y algunas reseñas y comentarios. Recién salió, pero considero esa información una muestra representativa y no creo necesario sufrir entero el repelo para expresar una primera impresión.

La portada muestra un torero sangrante que se ha cortado a sí mismo la oreja izquierda y la ofrece. La imagen da la tónica del “alegato… panfleto… diatriba” como lo define su preámbulo. Se trata de una recopilación de material publicado por los autores “durante veinte años”. En ella por supuesto se nos pone mal a los taurinos.  Pero se nos hubiese podido poner peor, creo, si en lo que llevó de lectura hubiese hallado siquiera un atisbo de tesis original. De nuevo argumento.

El refrito que hacen de su propia producción los eminentes antis, también lo es de los clichés que sus correligionarios han repetido por siglos. A veces con mejor gusto, menos ira o más ingenio. Violencia, barbarie, sadismo, feísimo, ignorancia, brutalidad, arcaísmo, derechismo, abuso, falsa religiosidad, no arte, inferioridad moral…, etcétera, etcétera, etcétera. En fin, ya estamos acostumbrados.

Solo que hora el menú viene adobado con los personales condimentos literarios y gráficos de los firmantes. El estilo es el hombre. Don Manuel arranca presumiendo de su conversión, de su brinco súbito desde las plazas a los púlpitos animalistas, de su iluminado fervor. El Roto por su lado, fiel a sí mismo, descarga ironía, pero aquí con tal encono que la desdibuja y cae al insulto.


Lo que más ataca la cartilla de reclutar contrarios es la muerte pública del toro. El sacrifico ritual, frontal, con oportunidad de defensa, digo. Frente a la diaria ejecución oculta de los mataderos, anónima, sórdida, masiva, con indefensión, de millones de vacunos y de otras especies, sobre la cual, no se dice ni mu. En esto la obra también repite a sus antecesoras.