martes, 17 de mayo de 2016

MORIR EN LA PLAZA - VIÑETA 154

Viñeta 154
Morir en la plaza
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 17 de mayo 2016

Eso querías. Lo dijiste muchas veces. La última que te oí, durante una entrevista en la televisión española no hace mucho tiempo. Ya no podrá ser.

Qué pena. Estuviste a punto de lograrlo. Hasta lo último. Dando las ventajas de tus pesados sesenta y cuatro años. Tan vividos. Tan estrafalarios. Tan histriónicos. El segundo te cogió brutalmente. Nada. El cuarto solo te atropello, pero caíste mal, sobre la cabeza, tronchando tu cuello y tu ilusión.

Negándote la gloria del épico final. Tirándote a una vida de parálisis completa, desvalido para las funciones más elementales. Hasta para respirar. La más lejana de tu ideal romántico. Lo qué estarás pasando.

Qué injusto. Has debido acabar allí. No había derecho a impedírtelo. Pero quién lo iba a saber. El pronóstico desgraciado solo vino a confirmarse días después, en el hospital. Mientras tanto, la obligación de los médicos era salvar tu vida (como fuera). Lo hicieron, y lo volvieron a hacer cinco días atrás cuando tu valiente corazón se detuvo solo. Dándote la oportunidad de un terminar sereno. Te resucitaron.

¿Para qué? La muerte digna es un derecho, y la dignidad, concepto subjetivo, debería ser decidida por cada uno. La tuya, nos lo dijiste, hubiese sido de luces y en la arena.

Qué triste. Ojalá te hubieras muerto ahí mismo Pana. En el ruedo de Lerdo, aquel domingo primero de  mayo. Puede sonar cruel, pero no tanto como lo que te ha tocado. Como lo que les tocó a Sánchez Mejías, Curro Puya, Pepe Cáceres… 

Unos por falta de tecnología médica y otras por mucha. Ya, lo habías repetido, lo digno para ti hubiese sido ese final con estrambote, ahí en la corrida, como Pepete, Espartero, Joselito, Balderas, El Yiyo… pero no tuviste esa suerte. Como no la tuvieron Nimeño II ni Robles.

Qué injusto. Lo digo como médico y aficionado que ha visto morir, bien y mal, a muchas personas y a muchos toros… Tú naciste torero de raza, para jugarte la vida, para morir en la plaza. Te lo merecías y no lo has alcanzado.

martes, 10 de mayo de 2016

CUENTO CHINO - VIÑETA 153

Viñeta 153
Cuento chino
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 10 de mayo 2016

La semana pasada los principales diarios de Madrid hicieron despliegue de la “corrida sin sangre”, pero con música baile flamenco, megapaella, vino y sangría, organizada para 2.500 turista chinos.

Corrida con un solo novillo despuntado, “Burlesco” , negro, bajo los 300 kilos, de Ramón Rodríguez, que se lidió sin delimitación de tercios, pica, banderillas ni espada.

El cronista Wen Xing en “El Mundo” informó: “tres novilleros se encargaron de rejonear”, y  uno de estos, Juan Carlos Benítez, explicó a “El País”: “No ha habido banderillas, ni sangre, ni muerte... se les enseña qué es el toreo, no queremos que se vayan con una mala impresión".

Eran las diez en punto de... la mañana. Llovía.  La cubierta plaza de Moralzarzal fue tomada en algo más de la tercera parte por lo que un titular denominó “La marea China”; contingente de trabajadores a quienes su patrón Li Jinyuan recompensaba con vacaciones VIP en España tras haber cumplido metas laborales.

Uniformados, de azul, con “disciplina casi militar”, gallardete, cámara y palo para selfies en mano, ocuparon sus localidades. Habían llegado en setenta buses, enarbolado una bandera de 600 metros cuadrados con la consigna “Paz y progreso” y agotado  10 paelleras de 300 raciones cada una, que requirieron entre otras cosas, 320 kilos de arroz, 300 de pollo y 700 litros de agua.

Una de las comensales confesó admirada “jamás había comido de una olla tan grande”, mientras un parroquiano que no entró a la plaza (el festejo era exclusivo), comentó: “fue divertido ver a tanto chino junto”.

El espectáculo, montado por Mamerto López, matador de toros especialista en eventos taurinoscontó con el beneplácito del alcalde Carlos Rodríguez, quien gobierna respaldado por el PSOE, y opina que “la ciudad no es demasiado taurina, su plaza de toros está sobredimensionada y debe convertirse a escenario multiuso con fines turísticos”.

Nadie puede oponerse a que una fiesta privada monte la parodia que quiera. Pero enseñarla  como “La corrida” con el pretexto vergonzante de no causar “mala impresión” ese sí es un cuento chino. Cuento que dicho sea de paso ya tiene fervientes creyentes “taurinos” por acá en Suramérica.

martes, 3 de mayo de 2016

CENTRO DE GRAVEDAD - VIÑETA 152

Viñeta 152
Centro de gravedad
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 3 de mayo 2016

Hay plazas más grandes, hay plazas más viejas, hay plazas más bellas, pero no hay plaza más importante que Las Ventas. Para bien o para mal todo cuanto pasa en ella cala más, repercute sobre las otras y marca rumbo a la fiesta.

Es el punto de mayor gravedad en el universo taurino. Allí todo  gana peso. De las taquillas a las oficinas, de la boca de riego a la bandera, de la puerta grande a la chica, todo, hasta lo intrascendente, trasciende.

Estar, no estar, hacer, no hacer, dejarse ver, pasar inadvertido, triunfar, fracasar, afecta como en ninguna otra latitud. Torero ganadero, empresario, crítico, aficionado... nadie después de Madrid vuelve a ser el mismo. Plaza que imprime carácter y carga la máxima responsablidad.

Pero esa fuerza centrípeta, esa primacía pontifical que antes fue uniforme, a lo largo del año, es ahora (siete décadas ha) estacional. Se multiplica por estos días de “La Feria”. Todo se concentra en mayo y comienzos de junio; atención, medios, público, cultura, mercadeo, festejos, treinta y cuatro en treinta y siete tardes continuas, “Comunidad” y “San Isidro”.

Concurren de las diferentes órbitas. Gran acontecimiento, gran escenario, gran compromiso; los nadie lo anhelan, los retadores lo agradecen y los astros que ya están consolidados lo resisten; “Qué atoree San Isidro”.

Aceptemos, los hechos no valen por sí mismos, el quién, el dónde y el cuándo los cotizan. En el toreo y en todo. No es lo mismo el “Do” entonado en la Scala de Milán que los quizá mejores lanzados en la ducha, ni el gol de Pelé en la final de la Copa mundo 58, que los muchos más bellos bordados antes por él en la terrosa cancha de Três Corações. Tampoco la faena crucial de Rincón a Santanerito que las tantas muy épicas desperdigadas por ahí.

El empresario Manuel Martínez Erice dijo hace poco en una entrevista: “van a ocurrir cosas importantes”. Era innecesario, todo lo que pasa y no pasa en su plaza por estas fechas lo es.

martes, 26 de abril de 2016

"OH BELLACOS VILLANOS" - VIÑETA 151

Viñeta 151
“Oh bellacos villanos”
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 26 de abril 2016

Algunos políticos parroquiales de Alcalá rabiaron en enero, cuando supieron que se preparaba para abril una corrida homenaje al más ilustre nativo de la villa, Miguel de Cervantes Saavedra, cuatrocientos años después de su muerte.

--La memoria de uno de los más grandes genios de la literatura no es compatible con la tortura –bufaron juntos en el ayuntamiento, los del PSOE, “Somos” e IU.

No vencieron. El festejo se anunció para el 23. Toros de Victorino Martín; El Cid, Escribano y El Chechu”. Un día después de la efemeride, claro,  Cervates murió el 22, y no en Alcalá, en Madrid, donde también ameritaba honores con toros.

Sí, porque su afición fue más allá de las múltiples referencia a ellos en su obra. --!Para mí no hay toros que valgan, aunque sean los más bravos que cría Jarama en sus riberas! desafiaba Don Alonso Quijano lanza en ristre.

Además, según José María Cossío, cervantista y enciclopedista hondo, en el cruce de celosas puyas poéticas; Góngora sin querer, consignó al Manco de Lepanto como uno de los primeros cronistas taurinos.

“Mandáronse a escribir estas hazañas a Don Quijote, Sancho y su jumento”

Dijo, resentido tal vez de que se le pidiera (a él y no a él), relatar la corrida celebrada en Valladolid, el 8 de abril de 1605, con motivo del nacimiento de Domingo Víctor de la Cruz, quien luego, nominado Felipe IV “Rey Planeta”, regiría España por 44 años, fuera aficionado, diera grandes corridas reales en la Plaza Mayor de Madrid, y autorizara por primera vez el cobro de las entradas.

Cervantes, quien vivía por entonces en aquella ciudad (Valladolid) y tres meses antes acababa de publicar la primera parte de su libro inmortal, contestaría la burla con un supuesto elogio de sarcasmo no menor: “Aquel que tiene de escribir la llave.

Transcurridos once años, el Príncipe de los Ingenios murió en su casa de Madrid, esquinera con las calles León y Francos (hoy Cervantes). Y al final, el sábado pasado, el clima (no los  cabilderos), impidió la “corrida cervantina”.

Fuerza mayor. Se acepta. Pero que los odiadores insultando, quisieran prohibir el homenaje, no. Seguramente si Don Quijote viviera repetiría --¡Oh bellacos villanos, mal mirados, descompuestos, ignorantes, infacundos, deslenguados, atrevidos, murmuradores y maldicientes!

martes, 19 de abril de 2016

ELOGIO DEL ANTITORO - VIÑETA 150

Viñeta 150
Elogio del antitoro
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 19 de abril 2016


A todos los enemigo de la fiesta se les rotula como antitaurinos (contrarios a los taurinos). Es una generalización, fácil, inexacta e injusta como todas. No hay derecho a ignorar otro amplio sector que con iguales o mayores méritos pide título propio; los antitoro (contrarios al toro).

Porque sí atacar a los taurinos, agredirlos, insultarlos, calumniarlos da rango, no hay duda que hacerlo con el toro, que dicen es el rey, el eje y la base del toreo, debería darlo más alto.

Tendría que ser así, pues hacen más por la causa. Tiran al corazón. Sin el toro el toreo es imposible. Si el toro es toro, el toreo es toreo. Si el toro es medio toro el toreo es medio toreo. Si el toro no es toro el toreo no es toreo. Así de sencillo.

No voy a especular sobre las razones genéticas, culturales, económicas, que mutan una persona normal en antitaurina o en antitoro. Simplemente han tomado partido y ya está. Cada cual tiene derecho a sus fobias, filias e intereses. Me remito a la obligación moral de reconocer a cada uno su importancia.

Y el fervor, claro. Hay que oírlos, verlos y leerlos (a los antitoro, digo). Cómo se afanan estos olvidados en minimizar al animal sagrado, cómo reniegan de sus hechuras, de su majestad e imponencia. No se ahorran agravio: grandulón, zambombo, mostrenco, destartalado, zancudo, feo, dinosaurio, mastodonte, fueradetipo...

Y no hablemos de cómo se duelen del poder, soberbia e instinto de lucha por la vida que le han sacralizado: alimaña, peligroso, bruto, violento, resabiado, bestia, marrajo, asesino, malaleche, pregonao...

Y cómo resienten que no se deje, no se humille, no colabore, no ayude… que no se no se entregue como juguete y cómplice tonto de su propia burla y muerte.

Indudablemente, mucho más que los antitaurinos, los antitoro sirven a la solución final, su extinción, por el camino de “moderarlo”, disminuirlo, empequeñecerlo, hacerlo enano, inmaduro, pocacosa; y además inerme, dócil, amaestrado. Despojarlo de todo lo que le ha ganado grandeza, reverencia, simbolismo, significación histórica, y en consecuencia convertir su culto, la lidia, en una parodia indefensible y terminal.

No tiene perdón desconocer a estos apóstoles así vistan el hábito de los taurinos.

martes, 12 de abril de 2016

ESTACIÓN SEVILLA - VIÑETA 149

Viñeta 149
Estación Sevilla
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 12 de abril 2016

A distancia pero con minuciosidad sigo los acontecimientos en “La Maestranza”, una de las primeras grandes estaciones de la temporada mundial, que ha entrado en ella con mucho vapor y carga pesada.

Desde acá, viendo pasar el tren me pregunto si todos deberíamos olvidar ya el conflicto de dos años con los del vagón VIP. Su veto, las ominosas condiciones impuestas, el armisticio (rendición), las secuelas, y en aras de no reactivarlo, contemporizar y callar.

Quizá sería lo más prudente, sin embargo esta pregunta de la voz interior llama otras...

¿Obviamos el hecho de que 12 de los 14 encierros para corridas de a pié son de sangre Domecq?

¿Tragamos el malestar expresado por afición y crónica respecto al trapío y casta del ganado, que algunos califican como desastre?

¿Es dato leve que a Morante, contando “resurrección”, se le anuncie cuatro tardes, como a Curro en tiempos de su pontificado y ferias mucho más largas?

¿Omitimos el relegamiento a cartel menor (preferia) del primer espada de América Joselito Adame?

¿Ignoramos el incierto y amistoso alzamiento de los nuevos?

¿Pasamos por alto que prensa y medios en general conceden cada vez menos atención a la antes insoslayable feria?

¿Desestimamos la creciente distancia entre público general, (casi todo), y la feneciente afición?

¿Saltamos por encima de que en las más de las corridas, las 12.000 localidades hayan estado solo a media acupación?

¿Desdeñamos el costo de las entradas?

¿Nos privamos de pensar si esta feria, “la más cara de la historia”, según el empresario Ramón Valencia, montada a gusto y capricho de las figuras, está justificando su precio?

El cuestionario se alarga tristemente. Sí, una pregunta trae la otra y quizá para todas haya respuesta. Pero la más apremiante, es la que todos los pasajeros al comenzar un viaje nos hacemos: ¿Por este camino llegaremos a buen fin?

martes, 5 de abril de 2016

NO COLOMBIANOS - VIÑETA 148

Viñeta 148
No Colombianos
Por Jorge Arturo Díaz Reyes. Cali, 5 de abril 2016

Evacuadas la ferias de Valdemorillo, Olivenza, Castellón, Arles, Fallas, iniciada la de Sevilla y cerrados, a cal y canto (advirtió uno), los carteles de Pentecostés en Nimes, Comunidad y San Isidro en Madrid, amén de muchas corridas sueltas, vemos ya negociada casi la mitad de la temporada 2016 en Europa. La vemos y no nos vemos. Los colombianos, digo.

Hoy, ningúno de nuestros matadores de toros pinta en los carteles del viejo mundo. Choca, porque tras las apariciones, episódicas pero dignas, de “Joselillo” y Pepe Cáceres en los cincuenta, Óscar Cruz, “El Cali”, Jorge Herrera y algunos otros de menos nombradía en décadas sucesivas, y recientemente César Rincón y Luís Bolívar, nos acostumbramos a vernos en las principales ferias. El último por cierto, hasta el año anterior toreó en Las Ventas por San Isidro y Pamplona por San Fermín, toros de Ibán y Miura respectivamente.

Veníamos acostumbrados, no sólo porque nuestros pocos espadas admitidos justificaban en serio su presencia, sino porque nuestro país hace parte de la geografía, la historia y la economía taurinas. Acá recibimos desde siempre torería extranjera y la tratamos y pagamos bien. Más que bien incluso. No nos duele. Nunca la reciprocidad fue requisito. Cuando se ha dado espontánea, como en los casos mencionados, la hemos celebrado y agradecido. Porque un torero nuestro avalado allá fortalece la fiesta en este lado. Está demostrado.

Ahora en tiempos duros tampoco la exigiremos, pese a la certeza de que tres o cuatro de nuestros espadas; Bolívar, Perlaza, Guerrita, Vargas, Ramsés, Pardo, Rivera, Libardo, Ritter… para mencionar algunos, podrían competir en cualquier ruedo y rentar para los contratantes.

Pero tampoco  está vez invocaremos equidad ni tratados. Aunque quizá sí algo de inteligencia. La fiesta en Colombia se bate al borde del abismo. Vencida su primera plaza, Bogotá; Cali minimizada, trabajando a pérdida, mal vendiendo sus terrenos para sobreaguar y pensando subastarse, Medellín en zozobra, y solo Manizales flotando agarrada de su eficaz autogestión.
Han escogido los empresarios europeos el peor momento para ignorarnos. O el mejor, dirán los antitaurinos. Pues nunca hizo más falta el reconocimiento y la correspondencia ya que no la solidaridad. Deberían entender que si este frente olvidado cae, la derrota y el perjuicio será de todos comenzando por ellos mismos. Es de sentido común.